domingo, 19 de agosto de 2012

Materia y Conciencia (y viceversa)


Materia y Conciencia (y viceversa)
Neptuno y las neurociencias.

Hay quienes dicen que la conciencia es un producto de la mente. De este modo postulan que el alma está en el cerebro. Es lógico, pues, que la materia, lo fisiológico, lo neurológico y el cerebro mismo sean aclamados, adorados y puestos en el pedestal. Vamos, el santo Grial, el becerro de oro.
Por otro lado, hay quienes dicen que la materia es el producto de la conciencia. Eso viene a decir que el cerebro, los órganos y la naturaleza entera son fruto de una misma cosa. Sin embargo, a la conciencia no le gusta que la coloquen en el pedestal, ni que la veneren o que la usen como bandera de algo, ni que la manipulen y, ni tan siquiera, que la nombren.

Pregunta:
¿Cuál de estas posiciones es la que se presta más a servir en bandeja  la posibilidad de manipulación genética y la implantación nanotecnológica de tejido biomimético artificial en seres vivos?
¿Cuál de ellas persigue la prolongación de la vida a costa de lo que sea?

Y ya, por fin, otra pregunta:
¿Alguien podría saber si lo que anhela es un sueño o un delirio?

Argumentación astrológica.

En la mayoría de posts más recientes de este blog me he dedicado a exponer la relación que los movimientos de Plutón tienen con el devenir político, económico y social. Está claro que los tránsitos de este elemento tan pequeño resultan determinantes en cuanto a la evolución de las formas que el sistema capitalista ha ido adoptando a lo largo del tiempo. Sin embargo, Neptuno, en cierto modo par de Plutón, tiene un papel fundamental como constructor etérico de las trazas sobre la que luego quedará hecho el sistema. Neptuno pone la alfombra bajo nuestros pies mientras nosotros miramos hacia cualquier otro sitio menos ahí. Con el tiempo nos damos cuenta, en el mejor de los casos, de hacia dónde caminamos. Y es en eso que Plutón llega y hace explotar las burbujas. Plop.

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