domingo, 19 de agosto de 2012

La gran abducción de 500 años


El ciclo de la gran abducción.
x Jesús Gabriel, un astrólogo de Barcelona.
Una aclaración previa: seducción es diferente de abducción. De la primera te das cuenta; de la segunda, no. De ello va este post

Los planetas se mueven con un vaivén que recuerda al del péndulo de un hipnólogo. Y hasta es posible que estos movimientos nos estén llevando a algún lugar mediante un trance colectivo. Son los ciclos, movimientos del tiempo a lo largo de la historia. De ellos les he ido hablando en otros posts de este blog. Hoy me voy a referir a uno especialmente importante.

El ciclo de 500 años

Me gustaría comentarles algo del ciclo de 500 años -bien, en realidad no llega a 500-. Como ven es bastante largo, lo cual indica que para entender la totalidad de su movimiento habría que tener una fina y profunda conciencia histórica.

Cada aguja del reloj planetario está asociada a unos temas. Las hay que describen un ciclo corto, las cuales, y valga la redundancia, se refieren a asuntos muy concretos, perecederos, cuyos principios y finales son relativamente fáciles de percibir por estar relativamente próximos unos de otros. Otros son largos, transgeneracionales, y los temas con que se les relaciona son más difíciles de captar y requieren que la historia sea percibida holísticamente, con conciencia amplia y profunda. Es el caso del ciclo que forman Neptuno y Plutón, cuyos acontecimientos asociados no parecen tener factores comunes o atribuciones que resulten fáciles de ser encajadas o englobadas en una unidad de significado.

La gran conjunción que domina el mundo.

Una forma de comprender o anticipar la tendencia de cada ciclo es teniendo en cuenta qué acontecimientos giran alrededor del momento en el que una gran conjunción se está gestando. Una gran conjunción, y las ideas-fuerza que están emergiendo, determina una directriz que se irá desplegando y desarrollando a lo largo de todo el ciclo, hasta que otra conjunción entre esos mismos planetas vuelva a producirse.

El caso del ciclo sinódico formado por el par Neptuno-Plutón es especialmente importante, pues ambos planetas son los más lentos y lejanos del sistema. Este dato sugiere que la función asociada a dicho ciclo es la de una gran matriz que engloba a otros ciclos más corto. Se trata de un athanor cuyos principios operativos nos pueden resultar ciertamente inasequibles. La extensión de este ciclo nos lleva a percibir en él un orden que germina desde el inconsciente colectivo y que afecta a la humanidad entera.

La última conjunción habida entre Neptuno y Plutón se hizo exacta en 1891, aunque entre su periodo de incubación y el posterior habría que extender su impronta fundacional a los años de alrededor. Por esa época, por ejemplo, se fundaron algunos de los periódicos cuyo formato conocemos hoy y cuyas cabeceras podemos ver en kioscos e internet.
La anterior conjunción se produjo en 1398, año del nacimiento de Guttenberg, el inventor de la imprenta. Nótese la coincidencia: imprenta y periódicos. Y por si fuera poco, ambas se producen en Géminis, un signo al que se le asocian potestades tales como la comunicación, la difusión, la publicidad, el marketing, el uso de la palabra, editoriales, libros, etcétera.

Sigamos. Alrededor de la fecha de la última conjunción, vigente en sus efectos hasta el 2385, se inventa el cinematógrafo. Más: Sigmund Freud funda el psiconálisis. Y, por si fuera poco, también, los clubs de fútbol. Con esta breve lista podemos hacernos una idea de cómo el sistema social humano ha creado los instrumentos con los que comunicar y alinear los comportamientos colectivos.

Bueno, ya ven que el siglo XIX tiene una gran importancia en nuestras vidas, casi más que el XX. En el XIX quedaron abolidos el esclavismo y la inquisición, aunque pronto fueron sustituidos por otros artefactos que compartían la misma intención, aunque, eso sí, con otras formas.
Hay un par de cosas más muy curiosas de ser tenidas en cuenta. En los años finales del siglo XIX empieza a ser más utilizado el inglés que el francés, especialmente en el ámbito del comercio y de los negocios -ambas cosas son atributos de Géminis-. Ah, y el culto al dinero empieza a configurarse como la religión dominante a partir de aquel momento.

Además, en esos años finales del siglo XIX se forja la relación entre Alemania y el mundo islámico a través de tratados que han dejado huella. En aquel momento fue con el Imperio Otomano mientras ahora es con Turquía, un país considerado emergente y situado en un enclave de vital importancia para el futuro de Alemania, que es como decir de Europa.

El otro acontecimiento coincidente con la última gran conjunción es la fundación de las ciencias del cerebro. Si alguien creyó alguna vez que el psicoanálisis iba a sobrevivir hasta nuestros días, que se lo quite de la cabeza ahora mismo. Lo que realmente va a cambiar nuestras vidas son las neurociencias, esas ciencias del cerebro iniciadas por Santiago Ramón y Cajal en coincidencia con la santa conjunción. La importancia que están tomando, junto con la física cuántica, también fundada pocos años después, es de tal magnitud que tratar de ello aquí desbordaría los límites de este post. Me atreveré, sin embargo, a decir que las neurociencias tienen más futuro que yo, que tú, que él, que nosotros, que vosotros y que ellos.

Una curiosidad:
Las ciencias del cerebro están muy relacionadas con el arquetipo astrológico de Neptuno. Los dos momentos clave en cuanto al impulso dado por las neurociencias han sido la referida gran conjunción Plutón-Neptuno, relacionada con lo descrito en este post, y el descubrimiento de las neuronas espejo, esto último coincidente con la gran conjunción Urano-Neptuno de 1993. También, además, de esta etapa sobrevivene la eclosión del concepto "Inteligencia Emocional", un invento occidental orientado a patentar lo que es natural en las personas.

Esta relación entre Neptuno y la neurocracia creciente tendrá su evolución más palpable en los tramos históricos en los que los tránsitos que los planetas lentos efectúen por Piscis. Uno ya lo tenemos aquí, Neptuno. El otro, por llegar, Plutón de tránsito por Piscis, momento en el que se verá a qué punto nos puede haber conducido todo ello. La ciencia-ficción, ya lo verán, se habrá quedado corta.

Acerca del 12.

Cierro este post con una connotación sugerida por el gráfico que le acompaña. Los pares de nervios craneales son 12, como los 12 sonidos que forman las notas musicales, los 12 gajos que forman la pulpa de muchos cítricos, los 12 meridianos de la medicina china, las 12 placas tectónicas principales que primero fueron descubiertas, los 12 signos zodiacales. Es posible que la división en 12 de la proyección de la eclíptica sobre la bóveda celeste tenga un fundamento biológico más que celeste, y que eso que llamamos bóveda celeste sea también otra proyección de nuestra bóveda craneal. Y que todo el conocimiento de lo externo sea una proyección de lo interno. O, aún más, que lo de arriba, lo de abajo, lo de dentro y lo de fuera son la misma cosa

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