martes, 29 de septiembre de 2015

Predicciones y partidos

Las predicciones de los políticos y el partido de los astrólogos.


Las predicciones de los políticos.
 
Una de las razones por las cuales la astrología fue apartada gira en torno al asunto de las predicciones. El argumento utilizado es que el futuro -o el destino- sólo puede estar en manos de Dios y que, por tanto, se entiende que los astrólogos que tratan de adivinar, cuando se ponen, lo que ambicionan es ser divinos, o emular a Dios, al menos en tal prerrogativa adivinatoria. Es decir, que para pontificar y administrar los designios de Dios ya les fue concedida la patente y la licencia a personal autorizado.
El caso es que los políticos también predicen, y de qué manera. Por ejemplo, unos dicen que una Catalunya independiente no podrá ser admitida en la U.E. En realidad deberían decir que ellos no quieren que una Catalunya independiente ingrese en la U.E. Que lo digan claro, por favor, y que dejen de utilizar las predicciones para camuflar lo que ellos harían en el caso de tener el poder al que aspiran. 
O, por ejemplo, algunos otros que sostienen que la independencia de Catalunya la haría más justa y más atenta a las necesidades sociales. En realidad no lo sabremos hasta que ocurra , y aún así, pues de llegar a ello las dinámicas que favorecen al capital o al pueblo llano irán discurriendo según el contexto mundial. Es decir, los gobernantes siguen pautas según las situaciones generales que se estén dando. Si el contexto general favorece A o B, el gobernante procurará A o B.

El partido de los astrólogos.

Y ahora, la otra. A resultas de las campañas políticas que no cesan, en los comentarios de astrólogos que han surgido en facebook se percibe una falta de neutralidad. Es decir: todos, utilizando las mismas herramientas, podemos llegar a conclusiones contradictorias. No le veo el problema, si no fuera porque, por dar más prioridad a la defensa del propio negocio, los astrólogos, compitiendo vanidosamente unos con otros, pierden la neutralidad y la ecuanimidad que deberían tener. Y no sólo la perdemos sino que en la calentura del debate caemos en la misma dinámica tendenciosa de la cual los políticos se sirven para intoxicar el ambiente. Es decir, que nos ocurre lo que a cada hijo de vecino, que sobre la defensa de causas nobles acaban solapándose los intereses mezquinos de cada cual.

En lo que a mi respecta, la defensa que hago en mis escritos son siempre en relación a mis vaticinios. Si a alguien le ha parecido que yo defendía a través de ellos una determinada preferencia política, allá él con su percepción. 
Y en el caso de quien auguró que mi vaticinio está equivocado, lamento decirle que habrá que esperar hasta el año 2020. En ese año hablaremos del asunto y haremos balance. Precipitarse ahora y ponerse a competir sobre quien tiene razón y quien no la tiene lleva a pensar que cada vaticinio defiende posturas ideológicas relacionadas con el tema vaticinado. O, si no es eso, entonces lo que hay es publicidad de bombo y platillo del propio negocio.

Así, pues, el gallinero de los astrólogos no se diferencia gran cosa del gallinero de los políticos.

martes, 22 de septiembre de 2015

La agenda roja: 2015-2023 (5)


La agenda roja: 2015-2023 (y 5).

El proyecto soberanista, el auge de la neo-burguesía y la muerte del estado.

Sigo con mi cliente. A resultas de la exposición primera, y de acuerdo con los propósitos expresados por él, le planteo los beneficios que puede generar el auge del soberanismo en Catalunya. Es decir, hago una re-pregunta. ¿qué puede pasar si el intento acaba en nada? Mejor todavía, y al margen del resultado final, ¿cómo capitalizar el movimiento que se ha estado generando para obtener una serie de ventajas que de otra manera hubieran sido imposibles de conseguir?

¿Qué puede pasar a partir de ahora? He aquí algunas alternativas:

a.- El proceso que se encamina a la independencia busca que Catalunya se dote de instituciones de Estado. Ello llevará a España a tener que reinventarse, ya sea por la crisis identitaria que ello le generará, ya sea porque su economía se verá condicionada seriamente por el hecho de que Catalunya llegue a ser independiente.

b.- Puede pasar que el proceso entre en crisis debido a una oferta por parte del gobierno consistente en ofrecer a Catalunya los poderes que tendría siendo independiente pero sin ser independiente. Ello llevaría a dar media vuelta a sectores de una élite influyente que se han proclamado independentistas de última hora. Esta élite infuyente, que está a resguardo de la mirada pública, pues no está en la arena política, vería bien la oferta, pues no les lleva a poner en peligro sus privilegios de clase, al tiempo que se mantienen en su zona cómoda. Sin embargo, para esta elite, la cuestión está en cómo enterrar a los muertos de entre su clase que sí se han comprometido públicamente con el soberanismo.

En cualquier caso, la opción b, tanto como la a, requerirá que España tenga que reinventar su economía y su modus vivendi, lo cual puede darle un soponcio a más de uno.

Tanto la opción a como la opción b conllevarán ambas que determinados actores sean expulsados de escena. Lo que cambia es que pueden ser unos o pueden ser otros en función de si lo que triunfa es a o b.

Por otro lado, la opción b conllevaría que el gobierno central ha de comportarse fiel a los acuerdos a que se pueda llegar, lo cual dista mucho del modo de proceder habitual. Realmente, la opción b no es de fiar. La opción b podría funcionar en otro país, pero no en España.

Más opciones:

c.- Se convoca un referendum legal y el resultado no es el esperado, aunque con esperanzas de remontarlo más adelante. Algo así como lo que ocurrió en el caso escocés. De ser así, esta opción podría generar una desmoralización entre los miles y miles de personas que han puesto sus emociones en juego, que es como decir que después de una guerra viene una posguerra (al menos, en cuanto a estados de ánimo). También puede ocurrir que la moral no decaiga y el movimiento soberanista se regenere y se mantenga en pie, a la espera de que el gobierno cometa algún incumplimiento, tal y como está sucediendo con Cameron.
Esta opción, a diferencia de a o b, puede generar que los defensores de las opciones en liza sigan incólumes en sus propósitos. Sin embargo, seguir con ello es exponerse al cansancio y a la deserción por parte del sector más debil.

También podría ocurrir que se impidiera la celebración de un referendum, y más habiendo una mayoría parlamentaria clara, cosa que pondría al sector inmovilista en el ojo de la opinión pública europea.
Otra cosa que podría ocurrir es que se convocara el referendum, se ganara y la ejecución del resultado fuera impedida o boicoteada. Tal cosa llevaría a establecer alianzas con minorías europeas, como, por ejemplo, la escocesa, para establecer acciones conjuntas que alertaran de la baja calidad de las democracias nacionales.
Relacionado con esta opción está la posibilidad de que se orqueste una campaña contra el proceso soberanista por parte de sectores de la banca, por ejemplo, la de estos días, de las empresas, etcétera. Esta ofensiva llevará a que desde sectores independentistas se planteen respuestas más atrevidas. Esto puede dar lugar a una guerra que irá arrastrando a más sectores, lo cual puede hacer que el asunto trascienda en el exterior de una forma que llamará la atención.

Esta opción pondría en evidencia que el presupuesto inicial en el que se ampara el soberanismo se ha quedado corto y hay que plantear una revolución más profunda, amplia e internacional. Algo así como una Revolución Francesa multilocalizada. Es decir, el auge de una nueva élite que, como en 1789, empezó a proclamar el fin del absolutismo y del antiguo régimen. En este caso, ampliando el presupuesto de partida, y salvando la diferencia de formas, el antiguo régimen es el viejo estado-nación -amparado por el sector inmovilista de la gran banca-, el cual va a ir cediendo su influencia ante la Europa de las regiones que ha de acabar de emerger y que está siendo apoyado ya por un sector bancario emergente. Por lo tanto, estamos hablando de una situación pre-revolucionaria a escala global. La fecha en que estos hechos podrían hacerse más obvios se podría situar en torno al año 2023.

Curiosamente, las recientes declaraciones de los banqueros pone a las claras la existencia de ese estado absolutista que recuerda al antiguo régimen.

Volviendo a la situación local, otras opciones:

d.- ya que hablamos de guerra (metafórica) -hay que tener este hecho en cuenta-, debo decir que también habrá posguerra. Y tanto da que el resultado sea independencia como que no lo sea. En cualquier caso, las consecuencias del conflicto perdurarán durante más tiempo de lo que el conflicto dure per se. Me estoy refiriendo a un término que nos llevaría hasta el 2038 con secuelas, incluso con independencia conseguida legalmente.

Es decir, tanto si hay referendum como si no lo hay, como si hay una declaración unilateral de independencia, como si no hay nada de nada, habrá una posguerra. El asunto es si el gobierno central proseguirá con sus afanes recentralizadores hasta aniquilar el estado de autonomías, que es lo que desde la época de Aznar se viene haciendo.

¿Por qué duran tanto los conflictos?

La acción de los políticos, postergando la solución de los problemas, causa daños irreversibles. Es decir, pensando en las consecuencias futuras, no es lo mismo la resolución pronta y audaz de un conflicto que una reacción tardía, o a destiempo, y después de haber estado apretando las tuercas para nada.
Es en estos casos en los que se ve a qué atienden los políticos: si a proteger su poltrona, a costa de vivir de la eternización de los problemas que no resuelven, o si a facilitar soluciones con visión de futuro que favorezca a los pueblos.

Otro escenario, otra opción:

e.- la tensión generada por quienes no quieren mover nada y por quienes arriesgan su imágen pública en pro del soberanismo está facilitando la entrada de otros actores en escena, los cuales acechan como buitres carroñeros, ya sea de carne de soberanistas o de inmovilistas. Es decir, hacen crítica de lo que otros hacen mientras ellos se mantienen parapetados en una neutralidad sin riesgo. Viven de lo que otros arriesgan y ya les va bien así, por más que digan que lo de los demás es un disparate.

Seguramente hay más opciones. Y también es posible que lo que ocurra no esté recogido por ninguna de las hipótesis que acabo de expresar. Lo que vaya viniendo, especialmente a partir de noviembre y hasta bien entrado el 2017, será debido a una concurrencia de factores, algunos de ellos imprevisibles, sorprendentes, de esos que por inusitados nadie puede haber imaginado. Las encuestas de intención de voto que tanto proliferan estos días pueden quedarse obsoletas a la que un acontecimiento chocante y no previsto se produzca.

Y para acabarlo de adobar, lo intuyo, este asunto no es algo que afecte a lo local únicamente. Se avecina la muerte del estado-nación y surge el estado-cluster. Para ello harán falta detonantes, alguno de los cuales ya se está dando. Es decir, macro-regiones o mega-clusters, una forma de hibridación entre lo público y lo privado, entre empresas e instituciones. Aunque, si lo miramos bien, ya está funcionando entre bambalinas. Este asunto de los clusters lo he tratado en este blog relacionándolo con la gran conjunción entre Urano y Neptuno, que es la que sirve para poner la alfombra a un nuevo paradigma de cooperación-competividad entre lo que aún está en manos del estado y lo que ya está en potestad de las empresas. Pronto veremos funcionar una idea nueva de gobernanza, la cual tendrá muchos parecidos a la estructura de los estados feudales de la edad media. En realidad, como ya se pueden imaginar, vamos a ella, a una nueva edad media, al menos en las fases iniciales de ese nuevo paradigma, con una neo-burguesía pujante que aprovechará los descuidos de la burguesía heredada del paradigma generado por la Revolución Francesa y por la división de poderes.

Intuyo, pues, que de lo que he tratado va de eso, de un cambio mayor que empezará a activarse a partir de cambios pequeños, de los cuales veremos su verdadero significado según pase el tiempo. El periodo de tiempo en que este surgimiento va a tener lugar será el que da título a esta parte 5 de La agenda roja.

En próximos artículos trataré de cómo el ciclo neoliberal (1982-2020) ha servido para matar al estado. En concreto, estos artículos están insertos dentro de la serie La Conspiración de Libra, cuyas partes publicadas están disponibles en este blog.

domingo, 20 de septiembre de 2015

La agenda roja: 2015-2017 (4)

La agenda roja: 2015-2017 (4)

En las tres partes de esta serie he estado tratando de la situación política que afecta a la relación entre Catalunya y España, con el auge del independentismo de fondo. En concreto, en una de ellas, en la segunda, propuse un calendario que abarca de aquí al verano del 2017. En esta, en cambio, voy a proponer una mirada diferente en relación a lo que ha venido pasando y puede llegar a pasar. Para ello, les propongo un viaje al año 2010.

Llama un cliente.

En el 2010, una persona muy bien situada en la élite política local me pide que le ayude a visualizar un escenario independentista. Las preguntas eran la siguientes: Si nos movemos, ¿puede alcanzar Catalunya la independencia en los próximos años?; ¿es este tiempo adecuado para poner en marcha un movimiento que catalice a cuanto mayor número de sectores sociales?; ¿cuáles pueden ser las mejores fechas para encaminar mejor las acciones al respecto?.   Debo decir que yo no tenía mucho interés en el tema hasta aquel momento, de no ser porque mi cliente me indujo a investigar. También debo decir que en el 2010 ya estaba habiendo un caldo de cultivo propicio. Durante el año anterior se celebró el referendum independentista de Arenys, se fundó una asociación de empresarios con ideas afines y, para acabarlo de rematar, ya en el 2010, el Tribunal Constitucional dictó una sentencia adversa en relación a la reforma del Estatut. Todo ayuda y todos ayudan, incluso los que no quieren ayudar ayudan sin darse cuenta. Lo cual me lleva a pensar lo siguiente: el futuro es una construcción colectiva, hecha tanto por los que quieren A como por los que quieren B. Es decir, el futuro requiere que en el presente estemos compitiendo en ese laberinto social que es la vida de la especie humana. Es decir, compitiendo por el poder, por la influencia social, por el trozo de pastel, por la carrera profesional, por alcanzar una meta. Y no estoy hablando de lo político únicamente sino que me refiero a cualquier aspecto de la vida humana.

Vuelvo a la pregunta de mi cliente.

La respuesta que le di fue la siguiente:
Mejores posibilidades cuanto más cerca del 2020, pues ahí se inician ciclos crecientes. Es decir, ponerse a fundar un estado en un momento de declive cíclico no ayuda nada al futuro del país. Es por eso que debo decirle que la crisis mundial, con sus recortes y sus ajustes, seguirán durante largo tiempo. Le podría decir que entre el 2016 y el 2017 hay una segunda hecatombe. No es conveniente lograr la independencia antes del primer semestre del 2017, excepto que quiera que el pueblo y sus adversarios le culpen de la hecatombe mundial. Es conveniente que se mentalicen de que la cuerda debe estar tensa durante más tiempo del que se tiene presupuestado.

En sesiones posteriores estuvimos conjeturando con otras alternativas, alguna de ellas ciertamente trascendente. Es decir, la posibilidad de que el proceso soberanista local sirva como detonante de una revolución similar a la francesa a escala europea formada por minorías descontentas con las políticas de los estados y con las de la UE. Sin embargo, adelanto, esta revolución potencial se detonaría como consecuencia de la resistencia del estado español a facilitar el referendum y, llegado el caso, resistencia a facilitar las consecuencias del resultado en el caso de que el voto sea claramente independentista. Es decir, empezaría desde las minorías locales y se iría propagando hasta formar un gran movimiento. De ello hablaré en el próximo artículo de este blog.

viernes, 18 de septiembre de 2015

La agenda roja: 2015-2017 (3)

La agenda roja: 2015-2017 (3)

Viví el segundo franquismo, la transición y la primera democracia con especial intensidad. Me sentí atraído por la situación. Aún recuerdo la estupefacción de los últimos asesinatos, el de Puig Antic, por ejemplo, previos a la muerte de Franco. Como si fuera ahora, también, el de Carrero Blanco saltando por los aires. Después murió el dictador, vino la democracia y se produjo la transición. De todo queda huella. Luego de Adolfo Suárez, sin olvidar el intento de golpe de estado, vinieron los gobiernos de Felipe González y, a partir de un cierto momento, acabó la efervescencia para luego dar paso al pasotismo político general y al consiguiente desinterés por parte del pueblo. También, aunque por otros motivos, este declive coincide con la pérdida progresiva de influencia por parte de los sindicatos.  A partir de ahí, el mantra que lo llenó todo fue que a los políticos sólo les interesa su carrera y su ambición particular. Y siendo cierto, y habiendo razones para abdicar del interés, es lo peor que se puede hacer: dejar a los políticos a sus anchas.

Lo que quiero decir con ello es que al político profesional, el que vive únicamente de la política, no le interesa que el pueblo esté interesado y activo. Un pueblo interesado en el debate puede correr el peligro de volverse crítico, lo cual no es muy deseable por parte de esta élite que vive de la cosa pública. Es decir, el politico de nuestros días prefiere que la gente se abstenga. Y no sólo eso sino que promueve la abstención de forma descarada. Y más aún, aunque promueve eso que acabo de decir, también promueve lo contrario cuando le interesa. El resultado de ello es que el pueblo, que podría ser crítico si tuviera interés en participar en la cosa pública, acaba convirtiéndose en recitador de mantras de los políticos de turno. O lo que es peor, que acabe siendo dogmático, que es algo que al político español le viene muy bien, pues se alimenta de ello.

Todo esto viene a colación de la situación que estamos viviendo, de la cual estoy tratando en esta serie de artículos. Por ejemplo, ayer mismo alguien puso un retrato que resulta ser un híbrido de las caras de Artur Mas y de Hitler. Lo que me resulta preocupante es hasta qué punto alguien puede pensar en estos términos. Es decir, ¿de qué información dispone?, ¿quién se la facilita?, ¿de quién la toma que tanto venera y acepta sin vacilar?, ¿conoce la realidad de la que habla?.
Mi opinión al respecto es que el movimiento independentista surge con fuerza desde mucho antes de que a Artur Mas le diese por salir de su zona de comodidad. Es decir, Artur Mas no es el führer, que convence a las masas de algo que él quiere, sino más bien alguien que toma el sentir de las masas y trata de liderar el proceso. Y hasta donde yo sé,  su papel es que el pueblo pueda acudir a votar en un referendum, y punto. La cuestión, pues, está en el gobierno central, que señala a Mas como inductor del independentismo, haciendo que quienes sientan hostilidad hacia lo que sucede aquí vean en Mas lo que el gobierno quiere que vean. Porque, claro, culpar al pueblo que se manifiesta ya sería el colmo de la torpeza, pues culparlo es reconocerlo.

Retomando la idea fundamental de este artículo, intuyo que Rajoy, queriendo o no, está tratando de repetir lo acontecido en los gobiernos de Felipe González: que nos cansemos, que nos hartemos, que les dejemos hacer.

Sin embargo, dada la situación, a la que habría que añadir el declive del ciclo neoliberal, surge el neoactivismo. Nuevos ciclos nos esperan a partir de 2020. De ello hablaré en un próximo artículo.

Para el próximo, La agenda roja: 2015-2017 (4), trataré de visualizar escenarios alternativos. Es decir, trataré de qué otras formas hay para conseguir un mismo propósito.

martes, 15 de septiembre de 2015

La agenda roja: 2015-2017 (2)

La agenda roja: 2015-2017 (2)

En esta segunda parte voy a desglosar las fechas que pueden definitivas. También expondré con qué escenarios nos las habremos de ver.

En la parte primera de este artículo ubiqué como primer detonante del actual proceso independentista la nominación de Barcelona como sede olímpica. Por tanto, pues, 1986, en primera instancia, y 1992, como trampolín definitivo.

Sin embargo, el detonante más reciente está en el 2010, año de la sentencia del Tribunal Constitucional, el cual rebajó las pretensiones competenciales de aquella reforma del Estatut. Luego desarrollaré la idea de que en el 2010 se inicia un ciclo de 14 años que va a ser capital, todo y que en asuntos històricos los hechos no funcionan al compas de un único ciclo.

Vamos por partes.

Tenemos dos convocatorias electorales una al lado de la otra: las elecciones catalanas y las elecciones legislativas. Entre una y otra va a producirse una serie de situaciones imprevistas. En concreto, en el lapso de tiempo comprendido entre el 10 de noviembre (+-) y la primera quincena de diciembre. Este lapso, cuya manifestación más intensa se percibirá mejor cuanto más a final de noviembre y cuanto más principios de diciembre, dará por abierta una guerra sin cuartel. Es decir, lo que hemos visto hasta ahora es sólo un aperitivo de lo que viene.

Este hecho abre una etapa que va a ir generando una escala de tensión que nos va a tener ocupados durante todo el primer semestre de 2016. Las vamos a ver de todos los colores. Puede haber atentados terroristas, secuestros y/o muertes por infarto fulminante. Incluso puede haber un aumento de la botiflería, de puro miedo. Debo decir que esta etapa es calcada a la de la década de los años 30. En concreto, el momento de inicio de la guerra civil española y lo que vaya a acontecer durante el primer semestre del 2016 está reflejado en el cielo mediante una cruz planetaria inusual, tan inusual como que entre 1936 y 2016 no se había producido ninguna otra. Las cruces planetarias suelen estar ligadas a grandes crisis, sufrimiento agudo, caos, ingobernabilidad e incertidumbre.

Tras el primer semestre, de infarto, llegamos al segundo. El escenario con que nos vamos a encontrar será bastante distinto si lo comparamos con la dinámica habida durante el primer semestre.

A partir de este segundo semestre, el del 2016, se inicia la etapa más decisiva, la del reconocimiento. Atención, pues, en concreto, a los días centrales de agosto -entre el 15 y el 24- y a los días finales de noviembre y principios de diciembre de 2016, pues abren un lapso de tiempo que abarca hasta el verano de 2017. En esta etapa, si se ha transitado por el tunel del miedo, el que corresponde al primer semestre del 2016, habiendo llegado en buenas condiciones emocionales, podríamos asegurar que Catalunya podrá decidir legalmente sobre su futuro. A este respecto, como fechas clave propongo las siguientes:

+- diciembre de 2016.
+- marzo de 2017.
+- agosto de 2017.

Este lapso de tiempo, de diciembre de 2016 a agosto de 2017, se corresponde con la mitad del ciclo de 14 años, el que se inició en el 2010. Debo decir que la primera mitad, de 2010 a 2017, se corresponde con un ascenso de la fuerza disidente propia del ciclo, mientras que la segunda, de 2017 a 2024, se corresponde con la capacidad para administrar y conservar los logros conseguidos durante la primera etapa. Por eso, el propósito independentista tiene margen para crecer hasta este punto de inflexión cíclico. Todo aquello que no haya podido conseguirse de aquí a agosto del 2017 no se podrá conseguir después. Lo que venga durante el lapso de tiempo que media entre 2017 y 2024 es la administración de los pasos dados previamente.

La agenda roja: 2015-2017 (1)

La agenda roja: 2015-2017 (1)

En relación al proceso independentista que vivimos en Catalunya, llevo unos cuantos escritos en los que trato de atisbar las posibilidades al respecto. Si se tratara de un cliente concreto y no de un proyecto colectivo, le diría que estamos ante una etapa excepcional que no puede dejar sin aprovechar. También le diría que no se quedara fijado a unas formas concretas y únicas, sino que elaborara un plan B, además del A que trae consigo. Vamos, que no se lo juegue todo a una carta. Es decir, que si el propósito está bien planteado, y si la persona tiene la actitud alineada con lo que se propone, se debe estar preparado para llegar al éxito a través de varias vías. Sin embargo, como no estamos ante un cliente concreto sino ante un hecho complejo, transversal y multitudinario, la estrategia no puede ceñirse a una mera dialéctica entre si el plan A es mejor que el B (o viceversa).

En relación a lo que llevo escrito sobre el tema, mi idea es que todo lo que podía yo decir ya está dicho. Sin embargo, como veo que queda algo de tinta voy a aprovechar para tomar un riesgo. Voy a ello.

El futuro es una construcción colectiva.

En uno de esos artículos comenté que el proceso catalán no se inicia en el 2010, año de la sentencia adversa del Tribunal Constitucional. Arranca desde hace mucho más tiempo. Sin embargo, como me quiero ceñir a la fase actual les diré que el detonante se ubica en los años 80. En esa década está aún coleando la crisis del sector textil, que fue el pilar de la economía catalana durante muchas décadas. El empresariado de aquel entonces quedó marcado por dicha crisis. La generación que vino a continuación, habiéndose curado en salud, decide internacionalizarse, lo cual ha dado lugar a que el cliente prioritario de las empresas catalanas ya no sea español sino internacional, lo cual libera de cierta relación clientelar monocolor. Sin embargo, la primera señal facilitadora del actual proceso habría que situarla en el momento en que Barcelona es nominada sede olímpica, lo cual sitúa a la ciudad en el ojo de mira internacional, que es justamente lo que el empresariado local necesitaba. El protagonista de aquel momento fue Joan Antoni Samaranch, falangista y nada sospechoso de ser independentista. Sin embargo, como considero que el futuro es una construcción colectiva, diré que todos han colaborado y colaboran en lo que tenga que venir. Es decir, las actitudes, los aciertos, los fallos, todos y todo, vivos y muertos, colaboran, con o sin intención, en que algo ocurra. El futuro será lo que tenga que ser porque el presente es la junta de choque entre lo que hubo, hay y habrá.

Del resultado del actual proceso, habrá quienes ganarán y habrá quienes perderán. Y habrá quien habrá ganado de todas las maneras, y tanto da que el resultado sea A, B o C. Me refiero, pues, a quien sepa adaptarse mejor al baile... y especialmente aquel que baila sin ser visto. Sin embargo, habrá quien perezca en el intento, pues el nivel de riesgo que corre es el más alto.
Lo que quiero decir con ello es que muchas personas (e incluso partidos políticos) habrán muerto o desaparecido de escena de aquí a unos pocos años.

Dejo para una segunda parte las fechas concretas que van a ser más significativas.

lunes, 7 de septiembre de 2015

2015-2017: España y las pérdidas de soberanía

¿Hay algo en común en los gobiernos de Franco y de Felipe González?

Hay un ciclo, el de 29-30 años, que suele coincidir con acontecimientos históricos que afectan a España. Me refiero en concreto a las pérdidas de soberanía del estado español en favor de otras potencias. Es decir, este ciclo pone de relevancia el declive de una antigua potencia imperial, en horas bajas desde que en 1898 perdió las últimas colonias que tenía en América. 

En concreto, la última vez que nos afectó coincidió con uno de los gobiernos de Felipe González. Fue la entrada de España en la OTAN. La anterior a ésta fue en época de Franco, en la que España acababa de ingresar en la ONU.
Estos dos hechos conllevan que las políticas de los respectivos gobiernos españoles aceptan ciertas reglas. Es decir, aceptan que su soberanía debe recortarse a cambio de algo que les resulta conveniente. Es decir, se pierde soberanía a cambio de protección.

Y resulta que ahora nos encontramos ante un trienio, el del 2015-2017, en el que vuelve el dios Saturno con las rebajas de soberanía. Ya veremos en qué consistirán estas pérdidas, en qué cosas pueden repercutir y en qué otras pueden beneficiar.

Ah, por cierto, este mismo Saturno en Sagitario (2015-2017) también estaba en el mismo lugar en el momento en que España pierde la guerra de Cuba, momento ya mencionado varias veces en este blog.

jueves, 3 de septiembre de 2015

La Conspiración de Capricornio y la propiedad líquida.

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La Conspiración de Capricornio (2020-2053) y la propiedad líquida.

El futuro de la propiedad privada sólida es la propiedad pública líquida.

Podría parecer que la abolición de la propiedad privada pudiera ser cosa que ocurre en países comunistas. Sin embargo, se está barruntando un sistema comunista inspirado por las clases corporativas capitalistas. Ello comportará que, además, el uso libre del dinero sea abolido. Es decir, la cosa a la que vamos es una economía planificada, al estilo de lo que hasta hace poco era propio de la China o de la Rusia comunistas. La diferencia es que a ello llegaremos gracias a la deriva propia del sistema capitalista.

Es decir, y lo vamos a ir viendo progresivamente, a modo de ejemplo, que el piso en propiedad o el coche comprado va a ir en declive en favor del derecho a uso. Es decirr, viviendas y coches, entre otras cosas, van a ser propiedad de grandes oligopolios, los cuales ofrecerán su uso mediante alquileres. Nadie será propietario de nada, ni tan siquiera de su cuerpo. Sólo los oligopolios serán propietarios. Y todo, claro está, en nombre del interés público.

También, por cierto, la ecología formará parte del lenguaje capitalista. Se la utilizará para promover un tipo de fascismo o de control sobre la población cuya justificación será que todo va a ser por el bien del planeta y la sostenibilidad.


Todo esto que les acabo de contar irá acompañado de un cambio de paradigma laboral consistente en que los sueldos o emolumentos que se perciban irán destinados al pago de impuestos. Nada nuevo bajo el Sol, por otro lado. La cuestión es que la razón del por qué se trabajará ya no será el ahorro sino el pago de impuestos. Es decir, no trabajaremos para tener sino para poder pagar.

Para llegar a este punto, lo que aún hoy son las propiedades de las personas van a ser gravadas con más impuestos, y todo ello orientado a ir disuadiendo a las personas para que dejen de ser propietarias por voluntad propia. Es decir, vamos a una cultura del pago por uso, dejando atrás la tendencia heredada del siglo XX consistente en que el trabajo era el medio para obtener dinero y poder adquirir propiedades.

Así, pues, la propiedad y el uso libre del dinero irán transformándose gradualmente hasta ser abolidos. Sólo las clases corporativas podrán seguir con esos privilegios. El resto de la población trabajará para pagar impuestos a esas oligarquías para-estatales, a cambio de obtener los servicios que aún hoy están en manos del estado tal y como lo conocemos.

¿Y cuándo puede ocurrir esto?

Una primera fase ya está ocurriendo. Lo vemos en la precarización de la vida, en la bajada del nivel de los salarios, en los recortes sociales. La siguiente fase vendrá a partir del 2018 (y aún más claramente, a partir del 2020). Será en este tiempo en que veremos un aumento de impuestos a quienes sean propietarios de viviendas, coches, etcétera. La siguiente vuelta de tuerca acaecerá en torno al 2042, fecha en la que el capitalismo será totalmente ecologista. Por la ecología se cometerán todo tipo de acciones que ahora serían inimaginables y difíciles de tolerar. Las democracias liberales van a tener los días contados, hasta ir reconvirtiéndose en dictaduras participativas, por decirlo de algún modo. Las personas, por otro lado, trabajarán según las necesidades de la comunidad en trabajos que servirán para hacerse acreedores a protección social.

Como ven, esta conversión del capitalismo en formas de ecología comunistoide nos podría recordar a la adopción del cristianismo como religión oficial del Imperio Romano. Así, pues, el comunismo puede llegar a triunfar gracias al sistema capitalista. Paradojas históricas.

Ah, por cierto, en el 2020 tenemos una gran conjunción: la de Saturno y Plutón en el tercer decanato de Capricornio. Esta conjunción cierra y abre ciclo. Cierra el que se inició en 1982, el ciclo neoliberal, y abrirá otro que nos tendrá ocupados hasta bien pasada la mitad del siglo XXI.