lunes, 20 de enero de 2014

El estado del bienestar: 1945-2010

El ciclo del estado del bienestar.
x Jesús Gabriel
un astrólogo de Barcelona

Las conjunciones de Quirón con Urano, Neptuno o Plutón suelen coincidir con profundas convulsiones colectivas. La naturaleza de los hechos, cuando se produce alguna de estas conjunciones, suele dar a entender que la humanidad está necesitada de curar alguna herida, ya sea porque la está recibiendo en aquel momento o porque una memoria se reactiva y hace necesario que haya un reconocimiento del dolor ante un daño antiguo que quedó sin resolver.

Una conjunción entre Quirón y uno de estos planetas suele indicar situaciones que afectan a colectividades enteras, que llegan a zapar a toda una generación, pues tales conjunciones dejan una huella perdurable durante años, acaso durante todo el ciclo Quirón-Neptuno (desde 1945 a 2010)

Sebald, el escritor, dejó un ensayo muy esclarecedor sobre ello: Historia Natural de la Destrucción. En él, Sebald se llevaba las manos a la cabeza con lo ocurrido a resultas de la 2a. guerra mundial en Alemania, cuando los supervivientes omitieron su necesidad de hacer justicia y optaron por reconstruir el país para dejarlo en mejores condiciones a sus hijos. De algún modo, los alemanes que presenciaron y experimentaron aquel dolor dejaron para generaciones posteriores la posibilidad de que la justicia fuese posible. Digamos que se sacrificaron, para centrarse en reconstruir el país, y legaron en hijos y nietos el protagonismo de clamar justicia y hacer pedagogía de lo ocurrido al resto del mundo más adelante.

Este hecho está muy relacionado con la conjunción entre Quirón y Neptuno, acontecida alrededor de 1945. A partir de estas fechas se empezó a construir la sociedad de consumo ligada al estado del bienestar. Este ciclo parece haber llegado a su extinción, al menos en la forma conocida, para dar paso a otra forma cuyo desarrollo no está claro. Es posible que lo esté una vez hayamos pasado el umbral del 2020.

Si la conjunción de 1945 fue en el signo de Libra, podríamos entender que el sacrificio de aquella generación afectó a sus relaciones de pareja. Es decir, dejaron que el ámbito existencial relacionado con el amor y con las formas que lo articulan fuera cuestionado por sus hijos o por sus nietos. Y así ha sido. La generación de la posguerra no podía permitirse la holgura económica necesaria, pues la prioridad era reconstruir los países, garantizar un mundo mejor para los descendientes. 

Sin embargo, con la conjunción más reciente, cuyos rescoldos nos afectan todavía hoy, entablada en el signo de Piscis, el sacrificio es la propia utopía. A diferencia de Libra, en el que el sacrificio tiene unas formas concretas, en Piscis las formas no existen y las personas pueden llegar a sentir que carecen de un referente que ayude a sobrellevar el sacrificio. Es decir, en 1945 el diagnóstico del dolor estaba claro, y estaba claro lo que había que hacer. A partir de esta conjunción, la actual, la sensación de que se haga lo que se haga no servirá para que los hijos vivan mejor. Sin embargo, digo yo, si podrán vivir felices, aunque no con los referentes que sus padres construyeron. 

Las generaciones venideras vivirán la espiritualidad que sus abuelos no vivieron, ocupados como estaban en trabajar o consumir. Claro que, bien mirado, trabajar puede ser vivido como un sacrificio que puede repercutir muy mucho sobre la propia espiritualidad y la de los descendientes.



domingo, 19 de enero de 2014

La transformación del medicamento.

Sigo en este post la narración del contenido de los ciclos que se originan a partir de las grandes conjunciones. Corresponde ahora tratar el que implica a Urano y a Neptuno.

Urano - Neptuno: La abducción tecnológica busca su plenitud. 
x Jesús Gabriel
un astrólogo de Barcelona

La última conjunción se formó alrededor de 1993. La duración de este ciclo es de 170 años. Su importancia es fundamental para nuestra historia futura, pues, como bien dice José Luis San Miguel de Pablos, autor de "Urano-Neptuno: un reloj astrohistórico", la combinación entre Urano y Neptuno da lugar a un ciclo histórico de primera magnitud.

Si en los 60 se produjo la deslocalización financiera y en los 80, la desregulación, en los 90 se produjo la clusterización, alianzas empresariales que llegarán a tener un impacto fuerte en la gobernanza de ciudades y países. Ya lo estamos viendo: la linea que divide lo público de lo privado es muy sutil.

La opacidad política de estos años, que lo son, además, como consecuencia de las décadas anteriores, dio lugar a numerosos casos de corrupción. Recordemos los gobiernos de Felipe González.

También se firmó el Tratado de Maastricht, el de la construcción federal europea, el cual se ve que está topando con esas mismas consecuencias. La corrupción y el modelo neoliberal van a la contra de dicha construcción.

Sin embargo, las secuelas de este ciclos van más allá de unos hechos concretos fundacionales. Con este ciclo se forma un marco mental colectivo de primera magnitud, pues reúne dos conceptos-fuerza que guardan relación con la innovación, la transversalidad, la mezcla y la abducción.

Por ejemplo, alrededor de 1993 se empiezan a tratar el tema de la multiculturalidad. Se trata, pues, de todo un síntoma de los efectos que aportan las grandes conjunciones, que suelen acontecer con grandes migraciones: de personas, de ideas, de modos de vida. También, por otro lado, el diálogo inter-religioso en el ámbito cristiano. Un ejemplo de esto último son las reuniones transversales que católicos y protestantes vienen haciendo con frecuencia creciente a partir de la década de los 90.

Esta conjunción es la disparadora de internet y de un sinfín de fenómenos relacionados con ello. También, de grandes avances tecnológicos, de los cuales hablaré a continuación.

Más allá del dinero.

La conjunción que forman Urano y Neptuno contribuye grandemente en el proceso de elitización, acumulación de poder y oscuración de los procesos de control que se ejerce sobre la pirámide social a través de tecnologías aceptadas por todos.  Ya les comenté que en coincidencia con las conjunciones habidas en los 60 (Urano-Plutón) y en los 80 (Saturno-Plutón), lo financiero, lo empresarial y lo gubernamental empezó a transformarse. Como decía, esta contribución se reviste de formas tecnológicas que nos seducen y abducen. El encanto que la tecnología ejerce reviste de una doble posibilidad: el poder se infiltra en nuestras vidas, nos extrae y nos distrae, al tiempo que nos brinda, a través de las redes sociales, poder contrarrestar esta influencia a través de motivos sociales que podemos compartir con otras personas. ¿Paradojas? ¡¡ Si, paradojas !! Bien, el asunto es tener claro qué motivos puede uno tener para contrarrestar esta influencia y, además, confabularse a conciencia con otras personas. Todo lo cual se traduce en un desarrollo de una conciencia crítica y espiritual mayor. También, cómo no, de las habilidades sociales propias y del lugar que uno ocupe en la pirámide social, la cual ya no se regirá solo mediante el baremo de los valores asociados al dinero sino a otros, más vinculados a la gestión del conocimiento y de las relaciones.

Así, pues, las palabras clave para este ciclo son: clusterización, tecnologización, tecnocratización, monetización, medicalización,  privatización de lo público y miniaturización de lo estatal.

• Clusterización: Formación de alianzas empresariales que harán que la línea divisoria entre lo estatal y lo privado quede liquidada. 

• Monetización y tecnocratización: La extracción de rendimiento económico inunda a toda la sociedad. Lo vemos en los hospitales, cuya dirección dejó de lado a los médicos para poner en su lugar a economistas y/o tecnócratas. La palabra sostenibilidad está muy en relación con ello. Bajo este concepto subyacen ideas que van más allá de lo que formalmente dicen. Es decir, se aprovechará el discurso ecologista para introducir elementos que no tienen nada que ver con la preservación de la naturaleza.

• Tecnologización: Afectará a todos los aspectos de la vida humana. Ello comportará acercarse a una utopía relacionada con la posibilidad de mantener el mundo en orden (o en un desorden dirigido).
Resulta curioso que tras haber proclamado, a través del modelo neoliberal, que el mercado podía autorregularse y funcionar de por libre, se apliquen formas de control que denotan que hay una desconfianza total en el que el humano pueda hacerlo. ¿A qué viene, pues, que se haya estado promoviendo la libertad de mercado al tiempo que los artefactos de control de las personas ha estado yendo a más (y a más que irá). 

• Medicalización de la sociedad: Aunque Michel Foucault ya había hablado de ello en su "Historia de la Medicalización", la fuerza que ejercen las empresas farmacéuticas sobre médicos, pacientes y medios de comunicación provocaron que se escribiera sobre ello de forma especialmente contundente. Por ejemplo, en los libros de Teresa Forcades, Ghislaine Lanctot o Jörg Blech, publicados cuando el asunto ya empezaba a clamar al cielo.
Un detalle interesante a tener en cuenta es que alrededor de esta conjunción fue que se empezó a publicitar o sugerir que las personas nos dieramos de alta en mútuas privadas. De algún modo, ya en los 90, se nos estaba diciendo que los servicios públicos relacionados con la sanidad iban a ser privatizados a medio plazo.

En definitiva, este ciclo augura que la tecnología va a tomar el cuerpo, se fundirá con él, lo regulará. Se pretende que todos los aspectos de la vida estén controlados, estudiados, dirigidos.
Una prueba de este hecho es la apuesta prioritaria en las inversiones que se están haciendo en proyectos relacionados con la biotecnología, nanotecnología, genética, robótica, biónica, biomédica, células madre, etc...

La transformación del medicamento.

Así, pues, se barrunta en el horizonte un cambio que afectará, entre otras cosas, a la forma de medicarnos: pasaremos del fármaco a la implantación nanotecnológica, ya sea mediante microchips o mediante geles o fluidos creados en laboratorio. La tecnología sabrá muchas cosas de nosotros, hasta el punto de poder leer e interpretar nuestras constantes vitales, nuestra composición de la sangre (sin que haga falta extraer ni una gota de ella), nuestro estado de ánimo a partir de la temperatura corporal.

Y todo irá bastante más rápido de lo que nos pensamos. Con toda seguridad a partir del 2017 lo veremos todo con gran claridad. Ese año Plutón transitará por el grado 19 de Capricornio, justo donde se produjo la conjunción Urano-Neptuno de los 90.  Ese grado alberga la memoria del inicio de este gran ciclo. Por tanto, este tránsito hará reverberar los contenidos relacionados con el ciclo entero presagiado por esa conjunción.

El 2017 será la antesala del gran cambio del 2020. Se trata, pues, de una etapa en la que la gran pirámide social experimentará un proceso de adaptación a nuevos designios, los cuales fueron dados por esa misma pirámide en comunión con los ciclos de las grandes conjunciones. 

Para no llevarse las manos a la cabeza, especialmente por avances tecnológicos que pueden rozar lo éticamente permitido, habría que entender la pasión humana por ir sustituyendo lo natural por artefactos creados a imagen y semejanza de lo humano. Se trata de una tendencia tan fuerte que es difícil pararla o atemperarla. Cuestión de tiempo poder llegar a ver todas sus consecuencias. 

viernes, 17 de enero de 2014

2020: La transformación del mundo


2020: La transformación del mundo
x Jesús Gabriel
un astrólogo de Barcelona

Sin pretenderlo, poco a poco este blog se ha especializado en tratar el tema de los ciclos desde su raíz. El asunto es que cada evento, para poder entender su significado potencial, requiere que sea enmarcado en un contexto determinado por la serie (ciclo) de la que forma parte. Ello comporta entender que los eventos están relacionados unos con otros, formando series, aunque las fechas respectivas puedan distar entre sí. 
Así, pues, la ciclología nos permite captar un mismo significado general común en eventos no sólo distantes sino aparente y formalmente diferentes. Por ejemplo: ¿a alguien se le ocurriría relacionar los acontecimientos de la década de los 60 con los que estamos viviendo desde el 2008?

Bien, se trata, pues, de relacionar unos eventos con otros para poder captar una perspectiva futura del desarrollo de los mismos.

En otros artículos más recientes hice una exposición de lo que se avecina para el 2020. Abundaré en ello. 

Pero antes, una consideración:
cada ciclo, cada serie de eventos, se inicia con una gran conjunción planetaria. Es como si dos (o más) de las grandes agujas del reloj cósmico marcaran una hora fundacional fundamental. Los momentos en que acontecen grandes conjunciones suelen tener una fuerza especial que hace que el desarrollo posterior del ciclo venga significado por esos hechos. Es decir, los hechos que se producen coincidiendo con grandes conjunciones tienen un potencial mucho mayor de generar impacto en la historia.

Por otro lado, las grandes conjunciones entre planetas lentos suponen la creación de un marco mental colectivo a través del cual nos enfocamos. Ello era muy sabido por determinados gobernantes del mundo antiguo (y, también, del actual), que para decretar con eficacia necesitaban conocer los designios de la naturaleza cósmica de los acontecimientos terrestres. De este modo, se procuraba que las decisiones fueran a favor y no contra natura. 

Grandes ciclos y grandes conjunciones.

Neptuno - Plutón.

El ciclo mayor dura unos 500 años y está relacionado con las conjunciones entre Neptuno y Plutón. La última de ellas aconteció alrededor de 1891. El evento fundamental relacionado con este ciclo es el surgimiento de lo que luego estamos viendo que son las neurociencias. La figura de referencia es Santiago Ramón y Cajal. Por otro lado, también se está gestando en esa época lo que luego se iba a llamar mecánica y física cuánticas.

Para leer más sobre las cualidades de este ciclo: 
La gran abducción de 500 años.

Urano - Plutón.

Otro ciclo de peso es el que reúne a Urano y Plutón, cuya conjunción más reciente data de los años centrales de la década de los 60. Durante esos años sucedieron muchas cosas cuyas consecuencias podemos ver en parte hoy. Podría decirse que esa época pone fin al liderazgo político convencional por parte de los gobernantes. El carisma, muy importante hasta entonces, queda barrido por otro tipo de consideraciones. Se podría decir que se escenifica la muerte del líder carismático y su sustitución por un modelo de gobernante muy distinto. Las pruebas de esta muerte simbólica fueron los asesinatos de los hermanos Kennedy y de Martin Luther King.

Sin embargo, un hecho poco advertido es, si cabe, todavía más importante. Me refiero a la deslocalización del dinero y al respectivo crecimiento de un fenómeno del cual se está hablando mucho en la actualidad: la evasión de capitales y la pujanza de los paraísos fiscales. La deslocalización mencionada coincide con esta conjunción.

Este ciclo abarca desde (+-) 1965 hasta el (+-) 2104. En este momento estamos en una fase creciente. Hoy Urano y Plutón forman un aspecto crítico de 90 grados. Ello quiere decir que los asuntos financieros que están en boca de todos está poniendo de relieve las consecuencias de la mencionada deslocalización habida en los años 60.

Para leer más sobre este tema:
El cuello de la botella.

Saturno - Plutón.

En 1982 se produjo la conjunción entre Saturno y Plutón, de gran importancia para las relaciones entre judíos y árabes. Sin embargo, los eventos más estrechamente relacionables con la naturaleza de esta conjunción es el llamado neoliberalismo, instaurado por Ronald Reagan y Margaret Thatcher. 
Si en la década de los 60 se produjo la deslocalización, cuyas consecuencias estamos viviendo ahora, en la de los 80 se produjo la desregulación. Ello supone la creencia de que el mercado puede regularse él solo, toda una utopía. Lo gubernamental  ha traspasado su poder a eso que llaman mercados. Murieron los líderes visibles (en los 60) y en esta década (la de los 80) murió lo gubernamental. Desde entonces, el mundo es cada vez más opaco. Los políticos se han convertido en tapaderas del poder real.

Para leer más sobre este tema:
La conspiración de Libra: el ciclo de 38 años y la conspiración neoliberal.


Saturno - Urano y Saturno - Neptuno.

Los ciclos relacionados con estas dos grandes conjunciones, habidas en los años 1988 y 1989. tienen una duración respectiva de 44 y 37 años. Tales conjunciones acontecieron con la caída del muro de Berlín y la instauración de lo que hoy se llama capitalismo global o globalización.

Júpiter - Saturno.

La conjunción formada por ambos da lugar a un ciclo de 20 años. La astrología siempre le ha dado un valor especialmente importante para seguir y monitorizar procesos y eventos relacionados con la economía. Así, pues, podemos ver que si el ciclo lo dividimos en dos mitades veríamos que la primera, del 2000 al 2010, favorece la expansión, mientras que la segunda, del 2010 al 2020, representa un declive. Ello da lugar a entender que la vitalidad de la economía no empezará su ciclo sino es a partir de que se produzca una nueva conjunción. Cualquier crecimiento que pueda producirse en esta etapa, del 2010 al 2020, puede dar lugar a una nueva burbuja. 
La última conjunción, cuyo ciclo rige nuestros días presentes, data del año 2000, que coincidió con la implantación del euro.

Júpiter - Plutón.

La última conjunción data de 2007. Su ciclo es de 13 años. Ello supone que en el 2020 se producirá la siguiente conjunción.
Los temas relacionados con este ciclo guardan relación con la acumulación de capital en pocas manos, con la acción de fuerzas oscuras en lo relacionado con el gobierno del mundo, etc... Por otro lado, es una combinación que suele relacionarse con un aumento de la conciencia crítica, debido al uso que poderes en la sombra hacen del dinero. 

Júpiter - Urano.

La última conjunción aconteció en el 2010 y coincidió con un momento especialmente crítico. La combinación entre Júpiter y Urano da cierta explosividad, dado que actúa como detonante de procesos sociales. La anterior conjunción tuvo lugar en 1996, en el signo de Acuario, y supuso la popularización definitiva de los teléfonos móviles, internet y las redes sociales. Recordemos que las conjunciones marcan inicios y, por tanto, desarrollos que tiene lugar a lo largo de todo el ciclo. La actual conjunción, la del 2010, tiene lugar en el emprendedor signo de Aries. Y está claro que estamos asistiendo a una etapa en la que cada cual va a ser un empresario de sí mismo. Así, pues, se trata de un ciclo en el que la iniciativa personal va a ser la clave de muchos avances que luego repercutirán en la sociedad.

Preparándonos para pasar por el umbral del 2020.

De estos ciclos que acabo de mencionar, hay tres que expiran en el 2020. Así, pues, tenemos ante nosotros una nueva oleada de conjunciones: la de Júpiter-Saturno, que iniciará un nuevo ciclo que afectará a la economía real; la de Júpiter-Plutón, que afectará a la relación que las empresas tienen (o van a tener) con los servicios públicos que el estado les cederá; y la de Saturno-Plutón, que va a suponer una miniaturización de los estados e instituciones de los países. El resultado de ello es que las corporaciones y oligarquías van a tener más peso en los gobiernos de los países y que éstos, a su vez, habrán de ceder las potestades que les queden, además de a quienes acabo de mencionar, a la Unión Europea. Ello quiere decir que la federalización de Europa supondrá que muchas de las funciones que aún tienen los estados-nación queden fuera de su control. O, mejor dicho, el poder que se entregó a los mercados volverá a los estados, a cambio de que éstos entreguen lo que todavía hoy controlan. Es decir, se harán más pequeños a cambio de volver a regular lo que habían cedido en los 60 y en los 80. Y que dentro de su empequeñecimiento, gran parte de sus funciones esté tutelada o vigilada por el gobierno único europeo, el cual tendrá una supremacía creciente.

Dicho de otro modo: lo que se dejó en manos del mercado volverá a las instituciones; por otro lado, éstas se desharán de los servicios que hasta ahora constituían las joyas de la corona. En un futuro próximo dichos servicios serán híbridos entre lo público y lo privado.

También se espera que entre el 2017 y el 2020 se ponga bajo control el tema de los paraísos fiscales. Y hasta es posible que se sienten las bases para la abolición del dinero tal y como lo tenemos concebido a día de hoy.

Sobre el ciclo Urano - Neptuno.

Dejo lo referente al ciclo entre Urano y Neptuno para el siguiente post. Ya verán que es muy interesante, puesto que da pistas para poder entender los tiempos que corren (y que correrán).