jueves, 27 de febrero de 2014

La ingobernabilidad del mundo y las burbujas de Capricornio

El mundo es ingobernable y la pretensión de poder es un anhelo que se resiste a ser consumado.

Que se piense que un país está siendo gobernado es (o ha sido) una creencia tan fuertemente implantada que hace que parezca que sea así, hasta el punto que una minoría dispone del escenario en donde ello sucede. Comprender tal escenificación es lo que hace que la desigualdad exista. Ahí está su poder. 

El realidad, el mundo es un desgobierno. Me refiero al mundo humano, claro. En realidad es la naturaleza quien realmente manda. El poderoso, si es que se puede llamar así, es quien conoce la naturaleza de los hechos, la naturaleza de los humanos ante los hechos, las emociones, etcétera. Poderoso es quien tiene tomada la medida de la construcción interna humana. Poderoso es quien comprende que la vida es un vaivén, sus ciclos, lo cósmico. Poderoso es quien tiene información al respecto de ello. Poderoso es quien se queda para sí toda esta información. De ahí que no quiera que estas herramientas de comprensión salgan fuera de su control.

De la ingobernabilidad del mundo, maquillada de aparente gobierno, van apareciendo beneficiarios y víctimas que se van reciclando a lo largo de la historia de la humanidad. La cultura egipcia, por poner un ejemplo, ya nos advirtió de ello. Dijeron: el mundo funciona como una pirámide. Y cada pirámide alberga un secreto que atraviesa generaciones y culturas enteras. Es decir, la pirámide humana alberga un secreto que hace que el asunto funcione como funciona. Y quienes comprenden tal funcionamiento poseen poder. No distingo si este poder está ceñido a lo económico o lo político. Me refiero a todas las clases de poder. Bien, en realidad no tiene poder ni conocimiento. Digamos que observan el poder y el conocimiento en la naturaleza de las cosas.

Sigo y le doy una vuelta.

El poder en las personas no existe como algo contenible, emanado o creado desde su voluntad. Es la voluntad la que es emanada por el poder de la naturaleza intrínseca de las cosas, la cual puede ser concienciada a posteriori.

La única voluntad es la que surge de arrodillarse ante este hecho.

El poder en las personas surge de la aceptación de nuestras posibilidades y limitaciones. También, de una conciencia transgeneracional o transpersonal. Y, como dije antes, del conocimiento de lo sinuoso de la naturaleza, perceptible en los ciclos que tanto están en el bosque como en la ciudad, lo cual permite prevenir, adelantarse, etcétera.

Poder, pues, no lo tiene nadie en concreto. El poder lo tiene la naturaleza. Poder, en todo caso, deriva de la contemplación del conocimiento. Poder es conocer sin dejarse embarullar por los delirios humanos.

El humano no tiene poder. Sin embargo, puede llegar a conocerlo.

Poderoso es quien es consciente de los efectos iatrogénicos de sus propios actos y puede evitar tales efectos. O, como mínimo, que la tal iatrogenia esté bajo control. Descontrolada, acabaría destruyendo a quien la provoca.

En este sentido, la humanidad ha demostrado no tener ningún poder, por más que beneficiarios y perjudicados digan lo contrario.

No puede ser poderoso quien no reconoce el fracaso en el que incurre de forma continuada, por más que lo tape o lo maquille. Y el fracaso es proporcional a la iatrogenia generada.

Poderoso es quien controla el delirio. Víctima es quien se deja controlar por él.

Las burbujas de Capricornio.

En la historia reciente de la humanidad, además de las burbujas de las que todo el mundo habla, se han generado dos especialmente peligrosas. Una es la que deriva de la conjunción entre Saturno y Neptuno acaecida en 1989. La otra, la que se formó en 1993 entre Urano y Neptuno.

La del 1989 dejó una huella en el grado 11 de Capricornio. La de 1993, en el grado 19 del mismo signo.

La conjunción de 1989 está muy vinculada a la historia de los países de la Europa del Este. Sobre este grado 11 llegó el tránsito de Plutón, el gran petador de burbujas, y nos dejó bien avisados de las consecuencias iatrogénicas de los actos humanos. Como muestra un botón: lo que está aconteciendo en Ucrania. Resulta curioso que una de las regiones que forman este país, Crimea, fue escenario de la madre de todas las guerras: la guerra de Crimea. Fue pasada la mitad del siglo XIX y su huella se dejó notar, y muy mucho, en las guerras del siglo XX.

El humano no sabe cerrar bien sus conflictos. No tiene poder para ello.

La otra burbuja es la que está asociada al grado 19 de Capricornio. Sobre ese grado pasará Plutón durante el bienio que formarán los años 2017 y 2018. Como este grado tiene gran relación con la construcción de la Europa federal, pues el Tratado de Maastricht viene de ahí, cuando Plutón llegué a ese grado nos mostrará aspectos muy evidentes de toda la iatrogenia humana generada hasta ese momento.

domingo, 23 de febrero de 2014

La desvalorización del trabajo humano

El poder del grado 11 de Capricornio.

Alrededor de 1989.

Si retrocedemos a 1989, un año clave para entender lo que ahora está sucediendo, nos encontraremos con que pocos años antes España había firmado el acta de adhesión a las Comunidades Europeas. La entrada en vigor fue fijada para el 1 de enero de 1986. En este mismo año, unos meses después, Barcelona fue designada sede de los Juegos Olímpicos de 1992. Eso fue a las 13:32 hrs. del 17 de octubre de 1986. Con el horizonte de 1992 en mente, España, además, acometió la celebración de la expo de Sevilla. Los fondos de cohesión empezaban a llegar. Entre unas cosas y otras, el nivel de empleo estaba en lo alto.

En 1989 se formó la gran conjunción entre Saturno y Neptuno, un aspecto al que se le suele atribuir un tono izquierdista. Dicho de otro modo, cuando Saturno y Neptuno forman aspectos en el cielo, y la conjunción es uno de ellos, es factible que las políticas de reparto de riqueza sean más equitativas que cuando Saturno hace aspectos con Plutón o con Urano.

Sin embargo, en relación a los aspectos entre Saturno y Neptuno, tengo mis más y mis menos. No digo que las políticas no puedan ser más izquierdistas en consonancia eon este aspecto. Más bien, lo que intento comprender es si esas políticas son formas maquilladas que el mismo poder, que ahora le da por facilitar la concentración de dinero en pocas manos, usa para eternizarse. Es decir, la pregunta que me hago es si las políticas sociales son realmente consistentes o son, más bien, burbujas o situaciones de poca duración.
La conclusión a la que llego es que los momentos históricos en los que la izquierda gana sólo sirven para crear burbujas que llevan, a poco tardar, a que todo vuelva a que sea la banca la que siempre gane.

Los aspectos Saturno-Neptuno pueden reinterpretarse de la siguiente manera: cuando los gobiernos hacen políticas favorables al trabajador no lo hacen para favorecer sino para fomentar la desmovilización. Ello sirve para que se encarne, desde el punto de vista del trabajador, el famoso dicho: pan para hoy y hambre para mañana.

El valor del trabajo humano.

Los años en los que se produjo esta conjunción fueron los de la gloria de los gobiernos de Felipe González. Pocos años después sobrevinieron los casos de corrupción y el consiguiente declive de su figura. Además, coincidiendo con la decadencia, y ya celebrados los Juegos Olímpicos y la Expo, los niveles de paro empezaron a subir alarmantemente. Estos fastos supusieron el estallido de la burbuja laboral.

Más cosas. Fue en los años 80, los anteriores a la conjunción que nos ocupa, en los que la creación de empleo por parte de las empresas no públicas empezó a ir a la baja de forma irreversible. Sin embargo, y por todo lo que les acabo de comentar, sí que va a más la creación de empleo público (o creación de empleo con empuje institucional por parte de lo estatal), lo cual sirve para compensar lo anterior. Es decir, en los años que circundan a esta conjunción se crean las condiciones de lo que luego nos ha estado viniendo. Si quien creaba empleo era al rebufo del empuje dado por lo estatal, cuando lo estatal se ve recortado por la crisis y por un modelo que le está llevando a la miniaturización definitiva, ya vamos viendo que el asunto del empleo y del paro han entrado en una vía bien difícil.

Dicho con otras palabras, esta conjunción entre Saturno y Neptuno, que abre un ciclo que durará hasta el 2026, supone la creación ilusoria de puestos de trabajo en un primer momento, hasta los primeros 4 años (de 1989 hasta 1993), que ha llevado a la situación de paro estructural que se ha mostrado con todo su dramatismo como resultas de la crisis en la que estamos desde 2008.

Entre unas cosas y otras, el resultado es que el trabajo ha perdido el valor. O, mejor dicho, ha perdido precio. Se unen a ello varios factores: la incorporación de la mujer al mercado de trabajo a partir de la década de los 70, la inmigración, las deslocalizaciones empresariales, la evasión fiscal, etc. Se busca mano de obra barata en el exterior, con lo que el trabajo se va haciendo cada vez más precario en el interior.

La significancia del grado 11. 

El signo de Capricornio, el terreno de la élite, conserva en su memoria dos momentos estelares: el grado 19 y el grado 11. Del grado 19, en el que se formó la conjunción entre Urano y Neptuno de 1993, he escrito mucho en este blog. Este grado tiene mucha relación con el proyecto europeo. Por otro lado, el grado 19 representa el proceso de acumulación financiera. También, el cambio de modelo que llevará a la clusterización (privatización híbrida de lo que hasta ahora era gestionado por instituciones públicas), En cambio, el grado 11, el que alberga la memoria de la conjunción entre Saturno y Neptuno, representa al trabajador. En este caso, al trabajador de élite, el que trabaja para proteger al poder establecido. Se puede decir que esta conjunción representa un proceso de feudalización o aristocratización del trabajo (y de los trabajadores).

Este grado 11 hace cuadratura con Ceres, un asteriode que representa el valor del trabajador, el mérito, el aprendizaje, el progreso. Se puede decir que esta conjunción ya contenía la semilla del hundimiento del nivel de empleo. Si vemos la diferencia en grados, 4, para que esta cuadratura llegara a la exactitud , ello ya anunciaba que las políticas de izquierda se iban a acabar 4 años después. En concreto, a partir de 1993.

Lo curioso del caso es que sobre este grado 11 acaba de pasar la máquina de arrasar formada por la cuadratura transitante de Urano y Plutón. Quiero pensar, y eso espero, que el nivel de rebaja del valor del trabajo haya llegado ya a su máximo.


domingo, 16 de febrero de 2014

Las grandes conjunciones de Quirón



Las grandes conjunciones de Quirón: 
su influencia unívoca en la psicología individual y en los movimientos sociales.

De la influencia de Quirón en el psiquismo colectivo se ha escrito más bien poco. Es posible que ello venga del hecho de que Quirón sea mayormente tenido en cuenta en contextos terapéuticos. Es por esta razón, para insertar a Quirón en el contexto de la astrología que estudia el movimiento de la sociedad, que me dispongo a escribir una breve serie en la que trataré del ciclo sinódico que Quirón forma con los planetas lentos, los que se toman como referentes en Astrología Mundial. Veremos como Quirón, tanto en su propio ciclo como en el que forma con Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón, puentea el sufrimiento de las personas en su singularidad con el sufrimiento de la sociedad en momentos determinantes. Estos momentos están jalonados por las grandes conjunciones de las que Quirón forma parte.

Ya tenía escritos algunos artículos al respecto. En concreto, los que hacían referencia a la conjunción Quirón-Neptuno. Podría tomarse esta serie como inaugurada con esos artículos, de los cuales estos son sus correspondientes enlaces:


En próximas entradas de este blog iré dedicando sucesivos escritos a las conjunciones de Quirón con Júpiter, Saturno, Urano y Plutón.

Nota:
En el mapa que acompaña a este texto está simbolizada por la conjunción entre Quirón y Neptuno del 2010. Las coordenadas con las que ha estado calculada son las de Barcelona. 

x Jesús Gabriel
un astrólogo de Barcelona.

jueves, 13 de febrero de 2014

Influencia prenatal en la vida adulta



¿Hasta qué punto influye la experiencia prenatal en nuestra vida adulta?

De 20 años a esta parte está surgiendo una percepción que propone que la vida de los humanos está marcada por la experiencia prenatal. Además del enfoque expuesto por Stanislaf Groff sobre las matrices perinatales -en relación a la experiencia relacionada con el parto, con su forma y con las consecuencias para la vida de la persona, incluso en sus fases adultas-, surge en otros sectores de la psicología una percepción que considera que es todo el periodo prenatal, y no sólo lo acontecido alrededor del parto, el que influye en la totalidad del desarrollo emocional de la persona, incluso con efectos que perdurarán durante toda la vida.

En concreto, se dice que el 75 % de nuestra vida es una resonancia de lo acontecido durante los meses de embarazo. Así, pues, se podría decir que nuestra salud -su base temperamental y orgánica- está muy relacionada con la experiencia fisiológica y espiritual de haber pasado por el proceso de gestación. Vista así, la vida propia, desde que es engendrada hasta que llega el momento de la muerte, es una única pieza. El parto, pues, es una experiencia en la que se uno lo previo con lo posterior. A lo largo de la vida experimentamos nacimientos que reproducirán el parto fisiológico, tanto en lo biológico como en lo simbólico.

¿Influyen las características del parto en el modo de suicidarse?

A continuación, y antes de pasar a considerar cómo se puede percibir este asunto desde el mapeo astral, les cito un párrafo cuyo autor es Peter Chappell. El libro del que procede es Los traumas emocionales y su tratamiento con la Homeopatía. En él se dice, además de lo indicado en el siguiente párrafo, que al nacer pueden aparecer los viejos traumas del nacimiento del padre o de la madre.

Paso al párrafo:

En las investigaciones sobre suicidios se ha llegado a la conclusión de que los traumas creados en el momento de nacer tienen una influencia decisiva en el tipo de suicidio que se puede llegar a cometer. Cuando en el nacimiento se utilizan muchos medicamentos, es posible que el adulto se suicide con fármacos (y yo diría que posiblemente se vuelva adicto a las drogas). Cuando en el proceso de nacimiento hay asfixia, el suicidio por este método será la posible forma en que la víctima se quite la  vida y cuando se llega al mundo con la intervención de dispositivos mecánicos, como los fórceps, el suicidio se cometerá por medios mecánicos como el ahorcamiento. Todo esto encaja con las ideas acerca de la "repetición" de la que ya hablé en páginas anteriores. Estos hechos destacan la relevancia de los traumas que sufrimos en el momento del nacimiento.

Monitorización astrológica de la psicología prenatal.

Los mapas natales contienen una información muy interesante de tener en cuenta en relación a cómo es la persona y cómo ha sido la experiencia prenatal, y hasta qué punto, cómo, cuándo y en qué esta experiencia reverberará en los acontecimientos de la vida adulta.

Factores:

• La conjunción Sol-Luna prenatal describe lo que ha supuesto para los padres la llegada al mundo del usuario de determinada Carta. El signo en el que cae describe qué elementos del modo de vida han sido activados como consecuencia de la llegada de este hijo y cómo ello va a influir en la arquitectura psicológica individual. El signo y el grado refiere a aquello a lo que los padres dieron prioridad, ya sea voluntaria o involuntariamente. Aunque esta conjunción no se suele consignar en la Rueda Astral, su importancia, como digo, es tal que influye en las motivaciones, en la salud y en diversos elementos que actúan desde el inconsciente.

• La progresión inversa de la Luna, a razón de un grado hacia atrás por mes, nos indicaría qué incidencias pueden haber afectado la psique emocional del nativo.

• El ascendente y sus aspectos nos indica cómo fue el parto. De aquí sería deducible que el aspecto físico de la persona, el descrito por el ascendente, puede delatar si hay secuelas procedentes del parto.

• La Casa XII indica la experiencia prenatal mayormente recordada. Es muy habitual que se concentre en esta Casa la atención de los astrólogos que investigan el periodo intrauterino. Sin embargo, como señalaré en el siguiente punto, este factor se queda corto.

• Las Casas que van de la IV a la I reflejan cada una lo acontecido mes por mes. El primer mes está reflejado en la Casa IV; el segundo, en la Casa V; y así hasta llegar a la antesala del parto, la Casa XII, y el ascendente, que como ya he indicado es el parto mismo.
Con este detalle se pueden llegar a conocer los acontecimientos, su orden, si ha habido tensión, etcétera. Incluso se podría percibir cuándo cada uno de los padres se ha implicado psicológica y existencialmente en el proceso de gestación.
Hay astrólogos que utilizan la Carta de la concepción. Con este modo que les acabo de describir me parece innecesaria, a parte de la complicación que supone disponer de dos Cartas.

• De acuerdo a lo expuesto en el último punto, 3/4 partes de la Carta -de las Casas IV a XII- pueden ser consideradas como influencia prenatal. Son tres cuadrantes. Si consideramos que hay cuatro, aquí tendríamos la corroboración de que 3/4 partes del desarrollo vital adulto son un reflejo de la vida prenatal.

Un tema apasionante.

x Jesús Gabriel
un astrólogo de Barcelona.

domingo, 9 de febrero de 2014

El poder del 139.

¿Será el futuro más femenino que masculino?
¿Surgirán formas de mancomunización o de cooperación que compensen los recortes presupuestarios que afectan a los servicios públicos?
¿Se transformará el sistema capitalista en comunista por decreto?

Acerca del ciclo de 139 años.

El estudio de los ciclos permite observar una ruta invisible que relaciona unos hechos con otros. En el caso que nos ocupa, el ciclo de 139 años, la ruta nos habla de una forma de imperialismo basado en lo pragmático. Es decir, el capitalismo expansionista se va a ir volviendo más ecologista. Les explico por qué.

Los ciclos que forman las conjunciones entre Urano y Plutón guardan mucha relación con el reparto del poder real. Este reparto suele resultar muy conflictivo y las luchas entre facciones de la élite económica, política y financiera suelen repercutir, y mucho, sobre la población. Es decir, la población es el receptor pasivo de estas trifulcas, desaguisados y efectos iatrogénicos que generan estas luchas. 
Los ciclos anteriores, los que han ido formando Urano y Plutón, han sido todos en signos de fuego. Por tanto, pues, imperialistas, impositivos y belicistas. Esto ha sido así desde hace más de 500 años. Sin embargo, con la conjunción habida en mitad de los años 60 del siglo XX, el motivo del ciclo pasa a signos de Tierra. En concreto, a Virgo, que es el signo en el que se produjo la conjunción que inició el actual ciclo. El siguiente ciclo se iniciará en el 2104 y la conjunción que lo abrirá recaerá en el signo de Tauro. Por tanto, pues, la zona alta de la élite pasa de ser imperialista a pragmatista. 

Cuando un ciclo se acaba, sin embargo, sigue su influencia durante un tiempo más hasta ocupar parte del ciclo siguiente. Esto lo estamos viendo claramente en nuestros días.
Ahora estamos en el primer cuarto de un ciclo que se inició en los años 60. Ya he comentado que la conjunción que lo inicia tiene un motivo pragmatista. Sin embargo, el imperialismo belicista residual procedente de la serie cíclica anterior choca con el paradigma que ha de desarrollarse durante los 139 años que van desde esos años 60 hasta el 2104. 
Por tanto, pues, este primer cuarto de ciclo crítico supone un choque entre las viejas memorias y el paradigma emergente de corte pragmatista-ecologista que la nueva élite necesita imponer definitivamente.

Hacia la mancomunización y la cooperación.

De los ciclos anteriores hemos heredado una tendencia individualista muy fuerte que tanto ha cuajado en el rico como en el pobre. Hemos tenido una educación que ha generado en las personas aspiraciones a una vida económicamente autosuficiente. Ello ha generado una tendencia a la desmovilización cuyas consecuencias se traducen en una falta de contrapoder social por parte del colectivo de los trabajadores. Por otro lado, como vemos en la esfera privada, las personas nos relacionamos poco con los vecinos, pues cada cual tiene en su casa las comodidades que hace que no haga falta la cooperación comunitaria de proximidad.

La cultura de la propiedad privada ha estado relacionada con el éxito individual, con la dignidad, con la individualidad. Cada cual en lo suyo y con lo suyo. Sin embargo, las cosas están cambiando.
Hasta es posible que el sistema social se desgaje en capitalista, para unos pocos, y permita que para unos muchos se vuelva comunista. Sería, pues, un sistema híbrido.


Por otro lado, asistimos a una reducción de las clases medias. El pobre ve menguar su poder adquisitivo mientras observa que el rico es más rico. No queda otro remedio que un retorno a la cooperación de proximidad... y, de ahí, quizá, a una cooperación ciudadana, nacional, etcétera.

Se trata de una etapa en la que los sueños, utopías y proclamas, que hasta ahora se quedaban en teorías, conversaciones y discursos, van a tener que pasarse a la acción concreta. Paradojas de la vida, que para que algunos sueños de izquierda se cumplan se haya tenido que esperar a una situación que obligue a ello.

Sin embargo, un cambio de cultura que apuntara a la cooperativización tiene sus peligros. ¿Consentirán las élites que la clase trabajadora se organice en cooperativas y mancomunice sus necesidades, con lo que ello supone de movilización social (o desmovilización del individualismo que ha dominado hasta ahora)?

Yo creo que la información de los brotes verdes, esos que dicen que hay o que vienen, forma parte de las maniobras de distracción piramidal que el sistema utiliza para hacer que las personas (no)tomen decisiones en una determinada dirección.

Bueno, pues, volviendo al tema de los ciclos: la parte más intensa está aconteciendo ahora. Y todavía nos queda la cuadratura entre Júpiter y Saturno, la cual coincidirá con una nueva recesión (2015-2016).

x Jesús Gabriel
Un astrólogo de Barcelona