jueves, 28 de abril de 2016

Eupatorium Perfoliatum y el grado 0 de Géminis

Eupatorium Perfoliatum y el grado 0 de Géminis.

Palabras que inflaman.



Si la esencia de Eupatorium Perfoliatum estuviera encarnada en una persona, somatizaría en inflamaciones de garganta o a través de catarros repentinos. Se trata de alguien explosivamente susceptible; que desconfía de los demás, aunque trate de disimularlo a través de argumentos supuestamente justicieros. Por otro lado, posee una gran capacidad de observación en la que no se le escapa detalle. Este hecho está muy relacionado con los arrebatos de desconfianza. Como tiende a sospechar, a menudo infundadamente, y se cree los motivos de las sospechas, tiende a ver en los hechos una confirmación. Además, sabe argumentarse de tal modo que cree tener razón. Ello da a entender que lo que percibe puede ajustarse a la realidad o ser fruto de una interpretación paranoica que considera auténticamente veraz. En cualquier caso, su mente racionalista es fuerte y sumamente hábil.



La tendencia a sospechar perjudica sus relaciones y las oportunidades que de ellas puedan venir. La consecuencia de esta tendencia a sospechar es la desconfianza y el preferir hacer las cosas sin contar verdaderamente con los demás (por más que argumente lo contrario).

Esta desconfianza lleva a ser confrontativo y desafiante, lo cual puede hacer que la amistad acabe en enemistad o en indiferente frialdad.



Cuando la persona caracterizada por Eupatorium Perfoliatum se descentra, sus palabras pueden llegar a ser punzantes, críticas y recriminatorias. Estas palabras tanto pueden ser experimentadas por pasiva (porque le parece escuchar de los demás críticas a su persona) o por activa (fruto de su propia interpretación subjetiva en relación a lo escuchado). Por lo tanto, un factor de conflicto se hace presente a través de la palabra.



La persona siente las palabras que escucha, y si junto con ello se produce una tendencia a la sospecha infundada, la persona hará un juicio de valor en relación a las supuestas intenciones de quien las emitió. Ello generará una reactividad explosiva que acabará contagiándose en el entorno.

Puede ocurrir que está persona, una vez ha dado cuenta de que sus interpretaciones no se ajustan a la realidad, opte por mantenerse en cierta cautela, reteniendo su explosividad en su interior. Es entonces cuando las palabras que hasta entonces solía pronunciar se convierten ahora en inflamación que afecta a los órganos y glándulas que están en la zona de la garganta.



La raíz de los comportamientos de Eupatorium Perfoliatum está en la tendencia a interpretar la opinión discordante de los demás como si se tratara de una desvalorización que se le hace, con la consiguiente reacción explosiva. Sin embargo, una mirada más profunda nos llevaría a captar que la madre de esta percepción proviene del uso inicial del habla por parte de la persona. Por tanto, estamos hablando del momento en que recibió alguna burla por parte de los adultos. Es decir, el infante que fue encontró que sus primeros interlocutores no fueron respetuosos con su necesidad de comunicación.



La consecuencia de estos hechos es que Eupatorium Perfoliatum da gran importancia a la palabra, a menudo excesivamente y con gran carga emocional añadida. Por lo tanto, la palabra escuchada es un símbolo en el que reverberan las primeras experiencias tenidas cuando uno empezaba a balbucear. Es un elemento a través del cual uno revive aquella primera relación infantil. Hay algo procedente de la infancia -una fragilidad infantil- en el uso actual de la comunicación verbal.



El otro factor relacionado con Eupatorium Perfoliatum está en la deriva patológica de todo lo indicado anteriormente. En concreto, además de con la paranoia, con el acoso o mobbing y con las alergias, o las afonías repentinas y demás afectaciones de la garganta. Puesto en primera persona, podríamos describirlo así: "Me siento perseguido y me defiendo rechazando a mis perseguidores con prepotencia o agresividad verbal, o con un silencio que es igualmente agresivo."

Esto que acabo de exponer daría una explicación a la tendencia a tomarse las palabras de forma compulsiva. O, si lo prefieren, una precipitación que afecta a lo que se escucha y a lo que se dice. De esta precipitación se puede ser consciente o no. En cualquier caso, el uso de la palabra -junto con sus interpretaciones- determinan y afectan al rumbo que emprenden las relaciones. E, incluso, al estado de salud.



Parece, pues, que haya una fatalidad recurrente relacionada con las consecuencias del uso de las palabras, especialmente en lo relacionado con el rumbo de las relaciones con otras personas.



Como si se contagiaran, las palabras pueden cortar el aire o, siendo consciente de sus consecuencias, pueden ayudar a cicatrizar viejas heridas y desencuentros.



La otra pata del drama relacionado con Eupatorium Perfoliatum es el sentimiento de ser estafado, junto con la consiguiente actitud inquisitivamente defensiva. Se trata de una sensación que acompaña a la persona desde tiempo inmemorial. Es decir, desde antes de ser consciente de ello. Dicho de otro modo, en la niñez de alguien que encajara en el perfil de Eupatorium Perfoliatum hay una inteligencia pre-verbal muy aguda. Se trata de una percepción de las mentiras de los adultos cuando uno todavía no puede hacer nada al respecto. Por tanto, pues, podríamos decir que el drama de Eupatorium Perfoliatum está en su propia inteligencia.



En Eupatorium Perfoliatum las palabras pueden inflamar cuando uno las escucha; o bien, inflaman a los demás cuando uno las pronuncia.

De ahí que Eupatorium Perfoliatum pueda ser de interés para problemas con la voz, con la garganta, amígdalas y demás glándulas. También, con el sistema otorrino-laríngeo.



El grado 0 de Géminis.



La vibración de Eupatorium Perfoliatum se corresponde con el 0 de Géminis. Este grado representa a la persona que quiere pensar por su cuenta. Sin embargo, como hemos visto, la tarea comporta un esfuerzo heroico, pues la tendencia es identificar lo que se piensa con la reacción ante lo que uno cree percibir, especialmente si lo percibido alberga una resonancia que le lleva a uno a sentirse herido.



El grado 0 de Géminis representa a un pionero del pensamiento y de la percepción. Ello conlleva ser muy consciente de las trampas de la propia mente, de no entregarse al victimismo que puedan generar las interpretaciones de lo que uno cree percibir. Podemos decir que hay un elemento ilusorio de tal magnitud que la persona identifica su propio dolor con el mundo que le circunda. Por tanto, pues, tenemos una inteligencia aguda que puede quedar fácilmente coaccionada por las emociones.



El trabajo asociado al grado 0 de Géminis / Eupatorium Perfoliatum consistiría en tomarse el mundo como si hubiera de ser percibido por primera vez. O lo que es lo mismo, tomarse la molestia de vaciar la mente con cierta periodicidad. Por otro lado, además, desarrollar habilidades de percepción no verbales, de manera que la persona pueda tomarse la palabra de una forma más relativa y menos absolutista.



Otra forma de trabajo podría consistir en detectar lo honesto y lo tendencioso -lo noble y lo engañoso- en las formas de comunicarse con los demás. Empezando por uno mismo, claro está.

jueves, 21 de abril de 2016

Astrología y corrupción (y II)

Astrología y corrupción.
El poder del ciclo de 58 años y la psicología del estropicio premeditado (y II).


Quirón es un planeta poco estudiado en astro-historia y en astrología mundana. Y mucho menos, el ciclo sinódico formado por las conjunciones entre Quirón y Plutón. Las características de ambos nos ayudarán a entender hasta qué punto el humano se ve desbordado por las circunstancias que contribuyó a crear. Así, pues, tenemos una serie de conjunciones que dan paso a espacios de tiempo de 58 años actuando dentro de un ciclo mayor, que es el que corresponde al ciclo de Plutón (240 años).

Plutón está relacionado con lo más depredador de la actividad del humano. No sólo depreda la naturaleza sino que también se depreda a sí mismo. Lo vemos en las guerras y en la corrupción. En los engaños, en la astucia, en la codicia. A través de Plutón percibimos las consecuencias de nuestros propios actos cuando éstos ya han adquirido más fuerza que el poder de la voluntad para rectificarlos. O dicho de otro modo, hará falta acrecentar la voluntad de cambio para hacer frente a todas las consecuencias que el humano causa sobre la naturaleza y sobre sí mismo.

Quirón, en cambio, refleja un principio de rectificación potencial. Cuando digo potencial es porque es un ideal. Lo cierto es que Quirón refleja el aspecto más solucionista de la conducta humana. Es decir, el humano considera que todo tiene solución a voluntad. Por tanto, podríamos decir que el Quirón cotidiano funciona poniendo parches. De algún modo, refleja un aspecto de nuestra naturaleza que se niega a aceptar la falta de soluciones. Es decir, que la soluciones que se proponen, parchear los desaguisados que se cometen, traen a la corta un alivio pero a la larga comportan una mayor complicación. Estas soluciones ficticias son parches que agravan el problema que pretenden solucionar en forma de consecuencias peores, observables a medio y largo plazo.

Es por todo ello que considero que el ciclo de 58 años es sumamente interesante para entender las dinámicas del humano cuando es capaz de generar su propio malestar sin ser consciente de ello. El asunto, y lo veremos a continuación, es que gran parte de las consecuencias negativas de este tipo de dinámicas, casi siempre en forma de soluciones ficticias, recaen sobre los elementos débiles de la sociedad. Lo vemos en la economía, en la medicina. Me refiero a los efectos secundarios de los medicamentos, de las medidas para "regenerar la economía" y de tantas cosas más que causan más perjuicios que bienestar real. Un ejemplo de esto que les acabo de decir está en los efectos adversos de los medicamentos, los cuales constituyen la tercera causa de muerte en el mundo civilizado. El otro ejemplo lo podríamos encontrar en las medidas económicas. Algunas de ellas las relato a continuación.

Las conjunciones entre Quirón y Plutón.

Me referiré en concreto a las que se produjeron en 1883, 1941 y 1999. Empezaré por la última.

La razón de que este ciclo esté tan poco estudiado es porque se refiere a un aspecto de la vida de la sociedad humana muy oculto o solapado detrás de acontecimientos más vistosos y más obvios. Es decir, tales conjunciones vienen asociadas a hechos subrepticios o de aparente poca relevancia. Ahora lo vemos:

La conjunción de 1999 coincidió con la derogación de la Ley Glass-Steagall. Esta ley se puso en marcha en 1933 para evitar que un evento como el crash de 1929 pudiera volver a dañar a los pequeños ahorradores. Hasta ese momento, 1929, la banca de inversión y la banca comercial estaban sin ningún mecanismo que las aislara. La ley Glass-Steagall separó la banca especulativa de riesgo de la banca comercial de pequeños ahorradores. Entonces, pues, la derogación de dicha ley supuso un retorno a la situación que había hasta antes de 1933. Es decir, desde 1999 la banca especulativa y la banca de ahorro están sin el mecanismo protector que esa ley procuraba. La consecuencia que hemos vivido es que desde ese año hemos visto proliferar los fraudes y la corrupción en relación a los productos bancarios. Y hasta es muy posible que la crisis que emergió a partir del 2007 tenga relación con la supresión de esta ley.

No me digan que no es para sospechar de malevolencia.

La anterior conjunción es de 1941. Estamos en medio de la 2a. guerra mundial. Sin embargo, justo en ese año Estados Unidos empieza a actuar sobre otros países por "interés nacional". Es decir, por el bien del imperio, Estados Unidos puede instalar sus tentáculos sobre todos aquellos países que pudieran resultar de "interés nacional". Y todo en nombre de la seguridad futura, en medio de un conflicto sangrante como fue el de la 2a. guerra mundial. Ahí vemos cómo se utilizan determinadas situaciones para aprovechar y marcar un gol cuando la defensa está distraida.

La anterior conjunción es de 1883. Mucho de lo que se atribuye a la conjunción entre Neptuno y Plutón, de esos mismos años, pertenece en realidad al ámbito de las conjunciones entre Quirón y Plutón.
En 1883 se funda la Sociedad Fabiana, se habla de la eugenesia, muere Karl Marx y nace John Maynard Keynes, el economista que recomendó políticas intervencionistas por parte del estado. Keynes sabía mucho del poder deprador del humano cuando es llevado por la codicia.
Además, fue en 1883 cuando se promulga la Ley de Seguridad Social en Alemania, todo un precedente de la institucionalización del estado del bienestar. Sin embargo, si nos lo miramos con cierta distancia, esta ley ha generado a su rebufo el mayor de los negocios: el farmacéutico, del cual ya sabemos que han hecho bandera los solucionistas médicos. Es decir, la medicalización de la sociedad tiene un punto de origen histórico en esta conjunción.
Dicho sea de paso, la instauración de la seguridad social pone fin a la posiblidad de empoderamiento del trabajador, lo cual es como decir que mamá-estado cuidará de nosotros hasta el punto de que no sea necesaria ninguna cooperación entre humanos que no pase por la seguridad social. Esta situación, la que viene a partir de 1883, quita todo el poder de autoayuda a los gremios y a los sindicatos en la medida que anunció que todo iba a ser intervenido por los poderes fácticos relacionados con la ciencia, con la medicina, con la banca, etcétera.

Deduzco, pues, que esta serie de conjunciones constituyen sendas vueltas de tuerca en relación al progreso del negocio de los seguros, de la salud, de la prevención, etcétera. Es decir, cómo lo que había sido un hecho solidario (con las guildas, los gremios, las logias y las cofradías) se ha convertido en negocio que parece beneficiar a todos, aunque, especialmente, a las élites extractivas de cada país.
No estoy diciendo que la seguridad social haya sido un atraso. Lo que trato de decir es que la solución ha  erosionado el espíritu de grupo y ha acabado fomentando el individualismo.

Como pueden ver, este ciclo de 58 años da mucho de sí.

miércoles, 20 de abril de 2016

Astrología y corrupción (I)

Astrología y corrupción.
El poder del 58 (I).

 Se suele asociar, y con razón, al ciclo de Plutón con la fase actual del capitalismo. En concreto, con la fase del capitalismo ligada al ciclo del petróleo. En tiempo anterior, al capitalismo se le llamó de otras maneras. Por ejemplo, mercantilismo. Y es posible que en el futuro, eso que llamamos capitalismo reciba otro nombre. Por lo tanto, el capitalismo (o como se le haya ido llamando a lo largo de la historia) es consustancial a la existencia humana. Es la economía, la convivencia, la política, la sociedad, la religión, el poder. Es algo más complejo que va más allá de los nombres que se le pongan.

Vuelvo al tema de Plutón y su ciclo. La fase actual, asociada al ciclo del petroleo, empezó con el tránsito de Plutón en Aries (a partir de 1822) y finalizará cuando transite por Piscis (a partir del 2043). Por tanto, el ciclo siguiente empezará cuando ingrese de nuevo en el signo de Aries.
El funcionamiento de un ciclo es similar al ciclo de las cuatro estaciones del año. El de Plutón refleja muy bien esta estructura. La primavera del ciclo va desde que ingresó en Aries hasta que lo hizo en Cáncer; el verano, desde Cáncer hasta Libra; el otoño, desde Libra hasta Capricornio; y el invierno, desde Capricornio hasta Aries. Ahora mismo, con Plutón transitando por Capricornio, estamos viviendo el inicio del invierno del ciclo del capitalismo vinculado al petróleo.

De ello he tratado profusamente en este blog, sobre los ciclos y sus significados. También, y de muy recomendable lectura, Inma Fernández y Santiago Niño Becerra publicaron en el 2004 un artículo esencial al respecto que resultó altamente premonitorio. Se puede leer en el blog de Inma.

La astro-historia.

Antes de empezar a hablar del ciclo de 58 años, les propongo percibir los ciclos planetarios como si se tratara de un reloj en el que cada aguja está simbolizada por un planeta. En concreto, la de Plutón, la de Neptuno, la de Urano y la de Quirón. También, claro está, la de Júpiter y la de Saturno.

Percibido este hecho, el del reloj astro-histórico, podemos establecer lo siguiente:

Hay dos tipos de ciclos:

1.- Los que se derivan del paso de cada planeta por la secuencia zodiacal, de tal manera que cuando un planeta ingresa en Aries inicia un ciclo cuyo contenido está asociado a los principios que alberga. Por ejemplo, tal como he indicado antes, el de Plutón y sus cuatro estaciones.
Por tanto, podríamos decir que si cada aguja del reloj está asociada a un tema, éstos son los siguientes (me referiré únicamente a los planetas lentos):
- Plutón: el ciclo de la economía global; la explotación de los recursos; la oligocracia; la banca; las finanzas; lo corruptible.
- Neptuno: lo estatal; el liderazgo; la religión como cohesión (por ejemplo, la economía, tenida como religión del capitalismo); las grandes esperanzas colectivas; la espiritualidad innominada; la sociedad y el colectivo como sujeto psicótico.
- Urano: la libre empresa; la capacidad de los individuos para asociarse libremente para compartir propósitos comunes.
- Quirón: los políticos, especialmente cuando éstos sirven de máscara del poder en la sombra. Es decir, se refiere al político que ya no tiene el poder sino que sirve a quien lo tiene. Desde este punto de vista, el político que encaja en esta categoría actua para maquillar o enmascarar los desaguisados de quien realmente tiene el poder.
- Saturno: la ley; los acuerdos; los compromisos; los contratos; los mandatos; las estructuras que articulan la convivencia.
- Júpiter: los debates políticos; la ética; lo refrendario; los predicadores de todo tipo; lo que adquiere fama.

Del ciclo sinódico de 20 años formado por las conjunciones entre Saturno y Júpiter, les dejo este artículo: La Psicología del Dinero.

2.- Además de los ciclos ligados a la secuencia zodiacal, están los ciclos vinculados a las grandes conjunciones. Es decir, ciclos cuya duración viene definida por la frecuencia de las conjunciones del mismo par. Se les llama ciclos sinódicos. A estos ciclos también se les podría aplicar la estructura de las cuatro estaciones, solo que la primavera se correspondería con la fase que acontece a partir de la conjunción. Por tanto, el invierno vendría a ser cuando el ciclo sinódico entra en su cuarta y última fase.

De entre los ciclos sinódicos que nos afectan ahora, señalaré aquellos que tienen a Plutón como parte del par. Les recuerdo que Plutón guarda mucha relación con la corrupción. Por tanto, estos ciclos aportan e indican pistas sobre momentos en los que se han instaurado comportamientos perniciosos en la sociedad.

- Neptuno-Plutón: forman un macro-ciclo que dura cerca de 500 años. Hay astrólogos que lo relacionan con el estado del bienestar. Sin embargo, yo percibo en él la evolución de la ciencia asociada al poder del dinero. La ciencia como religión del sistema capitalista. Es decir, se considera digno de estudio lo que pueda resultar de interés para quien detenta el poder. El momento inicial del actual auge que tienen las neurociencias se remonta al momento en que se produjo la última gran conjunción (alrededor de 1891). De ello dejé escrito este artículo: La Gran Abducción de 500 años.

- Urano-Plutón: forman un ciclo largo. El actual se inicia en los años 60, coincidiendo con el inicio de la deslocalización de empresas, todo un antecedente de lo que luego será la desregulación financiera. Sobre este ciclo les recomiendo el artículo: La decapitación del lider y el ciclo de 139 años.

- Saturno-Plutón: forman un ciclo cuya conjunción más reciente aconteció en 1982. Se le relaciona con el neoliberalismo y con la desregulación financiera. Los términos ingeniería financiera y especulación están muy relacionadas con este ciclo y con el de Urano-Plutón.
Sobre este ciclo les sugiero este artículo: La Conspiración de Libra.

- Quirón-Plutón: este ciclo es tan peculiar y tan poco explorado que le dedicaré la parte II de esta serie. Su duración es de 58 años.

- Júpiter-Plutón: la última conjunción habida tuvo lugar en el 2007, coincidiendo con los primeros momentos de la crisis. Hay que decir que en ello está contribuyendo la cuadratura entre Urano y Plutón cuya conjunción de origen viene de los años 60, tal y como he indicado anteriormente.

Para finalizar esta parte, les diré que en el 2020 se produce el final de tres ciclos sinódicos: entre Júpiter y Saturno, entre Júpiter y Plutón y entre Saturno y Plutón. Como puede deducirse, un año capital el 2020.

El próximo artículo se lo dedicaré al inexplorado ciclo de 58 años.

viernes, 15 de abril de 2016

Cuprum Metallicum y el grado 26 de Leo



Cuprum Metallicum y el grado 26 de Leo.
El encaje crítico en la mundanidad: las oportunidades, los ideales, la actitud y las relaciones.




La materia médica de Cuprum Metallicum lo menciona para temas muy diversos. Entre ellos, asma, espasmos, torceduras y calambres. Siendo el cobre el conductor eléctrico por excelencia, también podría tener relación con el sistema eléctrico corporal, el que relaciona al sistema nervioso con el sistema muscular. Por las mismas razones, además, para palpitaciones cardíacas relacionadas con el sistema nervioso o con el digestivo.



Sin embargo, mi experiencia con las tomas de Cuprum Metallicum, a una dilución de 10MK, ha sido la siguiente, y todo en un mismo día:

- Experimentación placentera por cosas pequeñas, por lo sencillo, por lo elemental, por la quietud. Es decir, por detalles en los que hasta ahora no había reparado.

- Durante la misma noche soñé con una familia, con niños de unos 5-7 años, que se mudaban constantemente, llevando cajas arriba y abajo. De mudanza en mudanza, con sensación de desarraigo. Lo hacían en carros tirados por caballos. Parecía de una época en la que no había coches ni comodidades.

- Durante las horas siguientes me vinieron imágenes relacionadas con cajas, acaso influido por aquel mismo sueño. De ahí me viene una imagen de los dientes hincados en encías. Una visión en la que la raíz de cada diente está mullidamente guardada en una cajita, en la encía, en el hueco en el hueso.

Deduzco, pues, que Cuprum Metallicum pueda ir dirigido a favorecer el bienestar de los tejidos húmedos, blandos y semiblandos que rodean los dientes. Por ejemplo, las encías.  También, para evitar que los dientes se desencajen, caigan o se muevan por retracción de esos tejidos.



- Justo después, me viene otra imagen del desarrollo del bebé en el útero materno. Podría ser que las patologías relacionadas con Cuprum Metallicum puedan tener que ver con el encaje agradable (o, más bien, al menos en algún momento clave, desagradable) del bebé en el vientre de su mamá. También, por lo mismo, el niño, que luego será adolescente y adulto, reproduce en su encajar en la vida los mismos avatares que experimentó en su periodo de gestación. Estamos hablando, pues, de un mejor o peor encaje en la vida en todos los ámbitos.



En lo psicológico, Cuprum Metallicum, puede ir dirigido a redirigir y rectificar actitudes que se han desencajado, torcido o desviado de su intención original. De algún modo, Cuprum M. favorecería el alineamiento entre los valores y su realización concreta. Es decir, el encaje de la persona, con una actitud sensata, serena y constructiva, en pro de la priorización de los valores que ha decidido encarnar.



Cuprum Metallicum y el grado 26 de Leo.



El 26 de Leo, grado en el que reverbera Cuprum Metallicum, simboliza a la persona polivalente, que puede ser competente en cualquier campo, carismática y orgullosa de su intelecto. Sin embargo, el punto débil relacionado con este grado es consecuencia de su propio potencial. Lo podemos ver en las actitudes excesivamente confiadas o impositivas en relación al interlocutor, el cual puede sentirse invadido.  Ello lleva a la persona Cuprum Metallicum a cuestionarse. Sin embargo, como hay un tema de encaje que subyace emocionalmente, las autocríticas que hace pueden resultar excesivamente subjetivas y no cuadran con la realidad de lo que en verdad sucede. En realidad, la persona Cuprum Metallicum actúa para poder encajar. Ello supone que está obligando al otro a que le acepte.



Deduzco de ello que Cuprum Metallicum puede irle bien a quien no está conforme con nada, ni consigo mismo; a quien no se gusta; a quien quisiera ser otra cosa que no él mismo; quien vive en una discordia entre lo que quisiera vivir y lo que está viviendo. También, a quien experimenta una fuerte dualidad interna que no le deja vivir tranquilo con las decisiones tomadas. Por ejemplo, quien se remuerde por dentro pensando en qué hubiera pasado si en lugar de haber hecho esto hubiese hecho aquello otro. Esta discusión que se tiene internamente puede estar acompañada por elementos dramáticos cuando -por ejemplo, en temas de salud- una persona ha tomado decisiones que la han perjudicado y sobre cuyas consecuencias siente que no puede hacer nada.



Muy relacionado con lo que acabo de exponer podría estar la actitud de quien no acepta sus propios fallos y cree que son los factores externos los que son causa de su falta de fortuna. Como resulta obvio, mientras se corra en la tentación de señalar con el dedo a alguien externo, esta actitud no ayuda a generar la paz que la persona Cuprum Metallicum anhela.



A Cuprum Metallicum le exasperan ciertas conductas de las personas en grupo. A menudo se siente descolocado, desfasado o fuera de su sitio. Es decir, se siente poco desenvuelto. Es posible que un punto débil esté en la elección de compañeros o amistades, de proyectos compartidos. También podría ser que su visión de la sociedad no resulte propicia para sus intereses. Es decir, que sea muy crítico y que ello se traduzca en una falta de interés por conseguir una mejor integración.



Cuprum Metallicum puede ser leal a personas o a compromisos que no le aportan nada, dato este que debe ser escrutado a conciencia. Aquí tendríamos un factor que explicaría ciertos desajustes de la actitud en relación a lo social. Es muy posible, como antes he señalado, que este desencaje provenga de una experiencia primigenia relacionada con la experiencia prenatal y que bien supondría haber experimentado un desencaje, en este caso con el útero.



Por tanto, Cuprum Metallicum es alguien que no ha encontrado el lugar adecuado en el nido familiar, social o existencial. Una forma de comprobarlo hasta qué punto ello es así puede ser valorando si en su discurso hay quejas por falta de cooperación. Estas quejas tanto pueden ser las que el individuo Cuprum Metallicum hace a los demás como las que otros le hacen a él. Por tanto, una forma de cuestionar la actitud es indagando si hay alguna actitud inconsciente o que esté fuera de control que perjudique el trato armonioso interpersonal. Así, pues, una pregunta a hacerse podría ser esta: ¿hasta qué punto una persona significada por Cuprum Metallicum puede estar perjudicando su propio encaje en la vida?



Otro de los temores relacionados con este perfil gira alrededor de la pérdida de oportunidades. De algún modo, la persona Cuprum Metallicum teme que el tiempo pase sin poder aprovecharlo plenamente. Sin embargo, por la angustia que le genera, este temor traiciona dicho propósito llevando al individuo a actuar de manera inapropiada o desproporcionada. Todo ello se traduce en una discordia o incongruencia entre los valores que dicen defenderse y la actitud inconsciente. Por tanto, una palabra clave sería “torpeza inconsciente” que perjudica las pretensiones de bienestar, reconocimiento, cooperación y éxito. Esta torpeza actúa como un punto ciego que contradice y perjudica los intereses de esta persona.



El perfil Cuprum Metallicum refleja a la persona que quiere ser aceptada, pero que para ello, y sin darse cuenta, acaba coaccionando a los demás hasta conseguir que la situación que anhela se le vuelva en contra. Si este modo de funcionar acaba llevándolo a una conducta antisocial, desganada, solitaria, crítica o rebelde sin causa.



Segunda y tercera tanda de tomas de Cuprum Metallicum (post scriptum).



Pasados unos meses de la primera tanda de tomas, hice una segunda y una tercera. Resultó curioso ver la cantidad de coincidencias, desde acontecimientos externos hasta sensaciones corporales -picor en extremidades inferiores, vértigo, mareo, acidez, diarrea; rotura de tiestos con plantas en el patio de casa, por viento; avería irreparable en el ordenador, en el disco duro-. Deduzco de ello que Cuprum Metallicum también podrá ser válido para tratar problemas estomacales, por ejemplo. También, para problemas de circulación, en arterias y venas, los cuales serían el simil de lo que para una planta sería el tiesto que la acoge. Y hasta es posible que pueda ser un preventivo contra el ictus. E, incluso, para las pérdidas de memoria (por lo del disco duro).

De algún modo, además, Cuprum Metallicum puede actuar favorablemente en casos de mal aislamiento, tanto en lo fisiológico como en lo metafórico. Lo deduzco por el tema de los derrames, de las rupturas de vasos y tejidos. Es decir, que podría ayudar a mantener las cosas en su sitio: los fluidos corporales en sus canales y los asuntos, internos o externos, en su lugar. Así, pues, podría actuar para proteger, para contener, para encajar en las limitaciones que protegen. Por eso mismo, las tomas de Cuprum parecen ayudar a sacar del cuerpo (el gran canal) aquellos factores que erosionan o acidifican los canales (las venas, las arterias, los conductos, incluso los intestinos y el estómago) y dejan desprotegidos los tejidos por los que transita la información.



También, para personas en situaciones de expatriación, exilio, mudanza difícil, pérdidas de posición existencial, cambios de entorno cultural, cambios en el contexto laboral, ceses, dimisiones, jubilaciones, aclimataciones difíciles, divorcios, desencajes, etcétera. También, en casos en que ha habido un transplante de algún órgano, para que a éste le resulte adaptarse mejor al cuerpo que lo va a albergar.



En definitiva, para situaciones de desencaje, para una mejor armonía o coherencia. Para quien no está conforme con quien es, o con el tipo de vida que lleva, o con el entorno social en el que trata de desenvolverse. Para quien siente irritación, ya sea en lo fisiológico -en los tejidos orgánicos- o en lo psicológico -en las actitudes-.

jueves, 14 de abril de 2016

Zincum Metallicum y el grado 5 de Aries


Zincum Metallicum y el grado 5 de Aries.
La sabiduría invisible.



Empezaré por lo anecdótico exagerándolo: La persona que responde al perfil de Zincum Metallicum es maniática, adicta al trabajo, hipocondríaca; que fabula con sus enfermedades, ya sean reales o imaginarias. E incluso más: Zincum Metallicum podría ser un paranoico potencial, no tanto porque crea que otros le persigan o piensen mal de él, que también, sino porque se ve atrapado por factores más abstractos que están en su mente, a menudo poseída por minucias o problemas que no acaban de ser resueltos. Es decir, el problema de Zincum Metallicum es que se trata de alguien que no resuelve las situaciones debido a un conflicto que está más en su carácter que en las cosas en sí. Podríamos decir, pues, que Zincum Metallicum puede llegar a ser un paranoico espiritual.



Si está enfermo, Zincum Metallicum puede ser alguien que no quiere dejar de estarlo, ya sea porque no se fía de las soluciones que otros proponen, ya sea porque su nivel de identidad con lo enfermizo le impide pensar que pueda haber una forma de vivir más allá de la enfermedad. En cambio, si la persona no está enferma, entonces la patología se manifestará en otros ámbitos de la vida. Se podría decir que en Zincum Metallicum el modo de vida consiste en mantener saludable lo patológico.



Zincum Metallicum es alguien que se ahoga en una gota de agua, o que hace una montaña de un grano de arena. De algún modo, se constriñe al problema que se deriva de su visión patológica de la vida –la patología como religión-, hasta encajar en ello a la perfección. Es como si su personalidad fuera su enfermedad, de la cual uno no puede desprenderse. Sin embargo, podría parecer que Zincum Metallicum es un individuo modesto y humilde. O, al menos, lo parece. Sin embargo, puede tratarse de alguien con aspiraciones en la vida que no ha podido realizar, y que ha convertido la falta de realización en una enfermedad que le sirve para excusar no haber llegado al éxito al que se aspiraba.



A parte de todo lo dicho, más allá de lo esbozado hasta aquí, cuando la persona Zincum Metallicum está bien consigo misma es capaz de expresar un potencial excepcional consistente en la contemplación. Por lo tanto, la realización personal de Zincum Metallicum no reside en el éxito mundano sino en el desarrollo de una capacidad de observación poco frecuente que lo lleva a percibir la inmensidad del cosmos en una minucia de la vida corriente. Sin embargo, tal cosa no admite una traducción fácil. Podríamos decir que la calidad de la persona que encaja positivamente en el perfil de Zincum Metallicum posee una mirada Zen sobre la vida. Sin embargo, la expresión de esta percepción no admite que se traduzca en una vida brillante, heroica o con éxitos aplaudibles.



Debido a lo abstracto de este potencial, la persona cuyo perfil encaja con Zincum Metallicum parece que no sepa lo que en realidad sabe. De hecho, sabe mucho más de lo que realmente es capaz de expresar o demostrar. Es por ello que su sabiduría está en una percepción difícil de comunicarla o transferírsela a otras personas. Por todas estas razones, el individuo Zincum Metallicum difícilmente será valorado por los demás por lo que dice o demuestra. Se trata, pues, de sabios invisibles únicamente valorados por quienes sean capaces de ver a oscuras.



Si esta persona no aceptara esta función tan sutil y abstracta y, por el contrario, optara por intentar encajar en los marcos mentales convencionales relativos al éxito en la vida, acabaría convertido en un gruñón quejoso o en un paranoico espiritual.



Otra característica, muy relacionada con todo lo indicado hasta ahora, a parte de la silenciosidad, es la invisibilidad. Las personas Zincum Metallicum parecen replegarse sobre ellas mismas. Es posible que en el origen de este repliegue subyazca una falta de reconocimiento, debida en parte a las cualidades ya indicadas. Sin embargo, aún pudiéndonos acoger a esta hipótesis, hay en la persona Zincum Metallicum una falta de interés por la vida social, excepto en según qué momentos.



En definitiva, Zincum Metallicum puede ser alguien que no habla, que no le interesa expresarse, que le gusta más contemplar que compartir. Aunque pudiera anhelar el reconocimiento, en Zincum Metallicum hay una razón más potente que le lleva a mostrar poco interés en ser entendido.

El grado 5 de Aries.


Zincum Metallicum reverbera en el 5 de Aries, un grado que personifica al investigador en la sombra. Este detalle, la falta de notoriedad, es el que le proporciona su mayor ventaja: la libertad para contemplar y ser uno mismo en lo que contempla. En otras palabras, la capacidad para ver claramente lo que otro individuo no podría ver: el cosmos en un pequeño gesto de la vida corriente.



La persona Zincum Metallicum tiene más capacidad de percepción que de intelectualización. Su punto fuerte no está tanto en las palabras sino en una forma de mirar que se transmite a través de la actitud. Por lo tanto, no será vista por los demás como brillante. Podríamos decir que si Zincum Metallicum quisiera y pretendiera ser brillante ello le llevaría al fracaso total. Por lo tanto, su éxito está en la no pretensión. Lo suyo es más una actitud que un plan premeditado para conseguir gustar.



El perfil relacionado con Zincum Metallicum podría ser el de alguien que se relaciona mejor con la naturaleza, con las plantas o con los animales, mucho más que con las personas. Como paciente, por ejemplo, sería desconfiado o esquivo. Si fuera terapeuta, en cambio, sería protector y sin arrogarse ningún premio. Estamos hablando de alguien que es discreto, que trabaja con el silencio. Su fuerza podría estar en las manos; o en la mente, a través de la telepatía y la transmisión sutil. En este sentido, Zincum Metallicum, por poner otras metáforas, se encarnaría en un agricultor o en un veterinario. O alguien que prefiere el silencio; o no dar explicaciones, pues es la vida la que las da a través de los hechos.



También podría tratarse de un artista minimalista y abstracto, que no necesita transmitir de forma literal o explícita su cosmovisión. Más aún, Zincum Metallicum es alguien que expresa más cosas cuanto más inexplícito es.



Deduzco, pues, y así lo he vivido mientras hacía las tomas, que Zincum Metallicum puede servir para acallar el ruido de la mente, para entrar en meditación, en telepatía; para acceder a un poder que está más allá del intelecto racional. También, para unificar el campo mental derecho con el campo mental izquierdo; el raciocinio con la intuición; la acción con la contemplación.

martes, 12 de abril de 2016

Belladonna y el grado 27 de Cáncer

Belladonna y el grado 27 de Cáncer.

Hay en Belladonna una sensación de haber incumplido con un deber, una sensación de culpa que pervive desde la infancia. Muy posiblemente estas personas se hayan visto obligadas a madurar con excesiva rapidez o, lo que es lo mismo, a saltarse etapas en las que se debería haber estado durante más tiempo. Como si se tratara de un automatismo, la persona Belladonna se conecta fácilmente con la responsabilidad y no se permite descansar o delegar sus deberes en otros, cosa que podría hacer perfectamente. Por esta razón, no pondrá por delante que lo que quiere es abandonar sus deberes, más bien al contrario: lo que expondrá es cómo absorber más y mejor las responsabilidades, lo cual alimenta el bucle existencial.

Hay en Belladonna una culpa o remordimiento que atraviesa las etapas de la vida. Ello proviene de que desde tierna infancia se le depositó la responsabilidad en relación a las emociones de otras personas. En otras palabras, se la obligó a comportarse bien y al gusto de los adultos. La etapa de juegos y diversiones duró demasiado poco, en pro de una actitud ordenada y responsable. También puede haber habido una relación fría entre los padres, una diferencia de temperamentos. Quizá sea por eso que la persona Belladonna es fría y cálida a la vez.

Así, pues, la persona Belladonna es sensitiva a las necesidades de los demás. El tema está en si esta captación es proporcional a tales necesidades. Es decir, que habría que avisarla en relación a si su prestancia responde a peticiones reales o a un automatismo derivado de aquella vieja sensación de culpa.

Por tanto, en Belladonna hay un sentimiento de deuda que interpreta las necesidades de los demás como si fuesen mandatos. La persona vive en un bucle que perjudica sus sentimientos y su salud, pues se preocupa desproporcionadamente de los demás, hasta que ello desborda los límites de lo que buenamente está en sus manos poder hacer.

Así, pues, una persona Belladonna no controla su nivel de prestancia o predisposición a atender las necesidades ajenas. Su mente no le permite descanso. Por estas mismas razones, cree no poder satisfacer lo que cree que los demás le piden. El trabajo fundamental consistiría en llegar a objetivar qué cosas esperan en realidad los demás de mi, quiénes son ellos, quién soy yo para ellos, qué necesitan en concreto. También habrá que hacer un trabajo de disciplina interna orientado a desprogramar los automatismos que condicionan la mente y las emociones.

El quid de la cuestión de la persona Belladonna es que es ambiciosa emocionalmente hablando. Es exigente en cuanto a lo que necesita sentir para vivir en paz consigo misma, pues siente que podría haberlo hecho mejor. No soporta el sufrimiento de los demás, pues su automatismo le lleva a sentirse responsable sin necesariamente ser causante. Quizá sea por eso que cuando experimenta el dolor sea a través de sensaciones punzantes o súbitamente intensas, lo cual habría que entender que son peticiones de auxilio que su perfeccionismo emocional no le permitía expresar. Es decir, cuando aparece el dolor lo hace de golpe.

Al igual que Belladonna puede ir bien para tratar un dolor inminente que se prevé que puede ser intenso, también pude ser interesante para quienes viven el dolor de los demás como si fuera propio. Ello puede comportar una tendencia a sobreproteger para paliar el supuesto dolor. Sin embargo, no es posible evitarle a otra persona una experiencia que conlleve dolor, pues uno no puede vivir en sí mismo ese dolor para evitárselo a aquélla. Y es aquí en donde entraría en acción la otra parte del trabajo con Belladonna: llegar a aceptar el dolor (cuando es de uno) y aceptar el de los demás sin sentirse responsable. Estamos hablando de conseguir ser tolerantes a la imperfección. Aceptar el dolor equivale a que éste se vaya presentando con menor intensidad cada vez. Se podría decir que moderar la ambición ayudará a mejorar y suavizar la percepción del dolor.

El grado 27 de Cáncer.

El 27 de Cáncer, grado en el que reverbera Belladonna, representa a la persona emocionalmente ambiciosa, aquella que quiere ser competente y eficaz en asuntos que conciernen al bienestar de la familia o del grupo. Sin embargo, paradojas, esta ambición le hace ser perfeccionista y exigente consigo misma, hasta el punto en que su relación con los demás no sólo no mejora sino que se distancia, repitiéndose aquel viejo esquema infantil anteriormente descrito.

La persona caracterizada por el grado 27 de Cáncer/Belladonna es presta ayudando a los demás, aunque es muy posible que cuando es ella la que necesita ayuda no lo exprese a las claras. O lo haga involuntaria e inconscientemente, a través del dolor (por ejemplo, con migrañas, cefaleas, ciática, lumbalgia, sensibilidad aguda en la boca). Estos dolores, muchos de ellos de aparición repentina e intensa, pueden ser portavoces de una fragilidad o dependencia interior no asumida. La persona Belladonna necesita de un buen motivo para permitirse expresar su vulnerabilidad, y el dolor agudo es una vía. Lo ideal, sin embargo, sería poder expresarse sin que el afán de control lo impida. Porque es precisamente cuando este afán resulta amenazado que pueden presentarse somatizaciones agudas.

Por otro lado, la persona vive con una censura interior que le impide quedar mal con los demás. Ello le comporta resultar fácilmente afectada cuando no puede hacer por los demás lo que necesitan. Por otro lado, también es capaz de soportar tensiones durante largo tiempo y sin que se note externamente. Ello puede llevarla a vivir con estrés contenido hasta que un acontecimiento actúa como detonante y lo traduce en forma de dolor. Cuando tal cosa ocurre, hay que tomarlo como una buena noticia: es hora de dedicarse a uno mismo para poder reconsiderar determinadas formas de funcionar en la vida.

lunes, 11 de abril de 2016

Sulphur y el grado 0 de Cáncer


Sulphur y el grado 0 de Cáncer: sobre el amor, el cariño, la reciprocidad, el desamparo y la frustración.

Sulphur es una persona que vive en medio de un desacuerdo inconsciente, pues se ve llevada a defender o encarnar valores en los que no cree o le perjudican. Para sentirse bien, la persona simbolizada por Sulphur necesita que su entorno sea armonioso, sacrificándose, a menudo para nada, para que ello pueda tener lugar. Se podría decir que el perfil patológico relacionado con Sulphur es el de la armonía frustrada. Me refiero, claro está, a la armonía entre personas, a lo que uno espera de los demás y no acaba de llegar y permanecer.

La persona Sulphur siente cariño por personas que no responden al amor. Y ama a personas que no manifiestan cariño. Por lo tanto, el tema gira en torno a un conflicto entre valores y apegos cuyo origen está en una coacción infantil.

Es decir, Sulphur cae en el apego por cosas que carecen de valor (aunque tengan un fuerte significado simbólico), mientras lo valioso se le escapa (o lo deja escapar), o se malbarata debido a una actitud que oscila entre la pasividad y el enfado. Así, pues, en Sulphur se dramatiza el choque entre lo que uno quisiera hacer y lo que en realidad acaba haciendo. O entre lo que quisiera vivir y lo que la realidad impone. O entre lo que quisiera estar sintiendo y lo que en realidad siente y no quiere sentir. También, y como telón de fondo, un mundo exterior que no le pide lo que quisiera dar y que, por el contrario, le exige que dé lo que no tiene para dar.

La personalidad Sulphur es la de alguien que se deja coaccionar o someter; y parte de su enfado interior proviene de este hecho. Hay un factor de gran vulnerabilidad que le resulta intolerable, pues se sabe coaccionado y sin poder hacer nada al respecto.

Aunque muy relacionado con lo anterior, el otro gran problema de fondo de Sulphur es la pasividad. Actúa pasivamente cuando está bien, lo cual engendra la futura crisis. Este sufrimiento que padece Sulphur, por otro lado, puede venir de ciertas experiencias familiares en las que experimentó como obligación lo que debería haber sido hecho por placer. Muy posiblemente viviera el cariño como coacción, pues así fue la experiencia en el sistema familiar. Es decir, la persona Sulphur proviene de entornos en las que las personas son tomadas como objetos que tienen que encajar en un sistema tóxico, en donde nadie hace lo que siente ni siente que lo que hace le guste.

Mientras estas discordias son sufridas, la persona Sulphur anhela que el mundo llegue a ser justo algún día. De algún modo, el malestar agudiza la petición de justicia, lo cual genera un bucle que es como un pez mordiéndose la cola. Se juntan aquí el anhelo de amor y la pasividad. O, si lo prefieren, la persona anhela y se esconde ante el amor. Es un tema, el de Sulphur, que dramatiza la dificultad para que el amor, la armonía y la justicia tengan el lugar deseado en la vida. Es decir, estas carencias, en lugar de ser expuestas claramente a través de expresiones sencillas, siguen un camino que se somatiza a través del cuerpo. La persona niega lo que necesita afirmar. Y el cuerpo, debido a esas razones, somatiza. Como la persona parece emocionalmente muda, o tiene la sensación de que no se la escucha, será su organismo quien exprese lo que el alma quisiera expresar.
Por tanto: justicia, reconocimiento, reciprocidad, paz y amor, los cuales son encauzados a través de malestares difíciles de expresar y que resultan incomprensibles. También, y es una forma de somatización, a través de un peculiar olor corporal o problemáticas a nivel de piel que pueden provocar cierta repulsión, lo cual lleva a la persona a vivir en un bucle. Quiere acercarse a los demás, pero no se siente limpia para poder hacerlo sin sentir temor al rechazo.

En realidad, el mundo no puede albergar en tiempo presente el problema y la solución, entre una situación actual carencial y una situación futura de plenitud. Entonces, pues, Sulphur es alguien que necesita dar prioridad, a veces dramáticamente, a sus valores. El problema gira en torno al distanciamiento emocional que es necesario para reestructurar la propia vida, las forma de actuar, las prioridades con las que establecer un orden. Si no se llega a esta distancia, la voluntad de la persona Sulphur se verá contradicha una y otra vez por las circunstancias y por la tendencia antes descrita relacionada con la tendencia a somatizar los anhelos que es incapaz de expresar voluntaria y sencillamente. Mantenerse en una tesitura de no distanciamiento puede llevar a que la persona se vea presionada por las circunstancias hasta quedar retorcida emocionalmente. También, y así lo dicen las materias médicas, Sulphur sufre de problemas de piel. Y no es casual que durante el tiempo en que estuve tomando Sulphur (a dilución de 10.000 K) me encontrara con personas que sufrían de psoriasis.

Es posible que el simbolismo de las enfermedades de la piel indique un rechazo inconsciente ante el contacto íntimo. La persona solicita, a través de sus problemas de piel, ser atendida y abrazada. Sin embargo, la psoriasis genera tal sensibilidad que hace que lo que uno busca sea igualmente temido, acabando distante de aquella fuente de amparo que tanto anhela.

Por otro lado, es posible que la persona cuyo perfil corresponde con Sulphur sea un médium de sus procesos inconscientes internos. Es decir, que la manifestación en la piel sea un descarnado reflejo de sus conflictos ocultos. Por tanto, pues, la ganancia relacionada con Sulphur va a girar en torno a la comprensión y clarificación de los procesos inconscientes internos. Es decir, sacar a la luz lo que anda escondido en la sombra.

Una emoción muy relacionada con Sulphur son los enfados fulminantes. Diríase de Sulphur que manifiesta su discordia interna a través de la piel y de los enfados que emergen de muy adentro. Esta expresión, sin embargo, puede quedar interiorizada al rozar con una prohibición de orden moral. Es decir, la persona de Sulphur, mediante un temor inconsciente a las consecuencias de sus actos, puede acabar somatizando en sus propias carnes las desavenencias con el mundo que no se permite expresar plenamente.

El grado 0 Cáncer.

El grado que abre el signo de Cáncer, en el que reverbera Sulphur, describe a la persona detallista, amorosa, sensitiva, sumamente emotiva, solidaria y atenta ante la presencia de los demás. Así, pues, la pretensión que radica en este grado es la ambición de ser emocionalmente impecable, lo cual puede resultar bastante cargante para uno mismo. Sin embargo, además, como el cosmos de relaciones refleja en el exterior la mismas contradicciones, dicotomías y disconformidades que uno lleva en su interior, no habrá manera de ser impecable en un mundo emocionalmente corrupto. Así, pues, la propia corrupción debe salir hacia fuera, a través de la piel. Únicamente habiendo sacado las toxinas propias podremos llegar a percibir cambios en el mundo exterior.

El propósito relacionado en el grado 0 de Cáncer-Sulphur es atreverse a manifestar en uno mismo la imperfección o la corrupción, justo aquello del mundo exterior de lo cual uno se queja. Es decir, que no haya temor a resultar injusto o imperfecto.

El propósito de este grado es llegar a vivir en paz, a través de una percepción justa y compasiva de sí mismo y del mundo exterior, procurando, eso sí, que esa compasión no suponga traicionarse a uno mismo.