sábado, 23 de octubre de 2010

Carta a un astrólogo

Carta a un astrólogo
por José Antonio González Casanova
Ha sido catedrático de Teoría del Estado y Derecho Constitucional
Es escritor. Autor de:
- El Dios presente: confesiones de un viejo cristiano (Kairós)
- Elogio de la astrología (Obelisco)
- La muerte y el horóscopo (Indigo)
- Astrología de la resurrección (Asociación Gallega de Astrología)

El artículo que puede leerse a continuación fue publicado el 12 de diciembre de 1985 en El Periódico (página 6)

Carta a un astrólogo

Para el autor, los astros no son un augur que ha de acertar fatalmente, sino que son una luz que ayuda a vernos en el espejo. No dicen lo que pasará, pero avisan de la lógica interna que conduce a lo que haremos.

Cuando hube contrastado mi manera de ser y mi vida pasada con los signos astrológicos que me correspondían en todos los horóscopos (griego, chino, árabe o azteca) y vi que coincidían y que me confirmaban, empecé a respetarte. Es verdad que aún no creo del todo en tus augurios, pero aciertas en lo fundamental de la estructura cíclica de las vidas humanas, más que como científico, como artesano descifrador de textos oscuros que tú entiendes y que, en el fondo, son claros como una noche estrellada en luna llena.

Tardé en saber que los astros no causan mi actitud o mis actos, sino que los reflejan como un espejo. Paracelso dijo que es el ciclo exterior el que muestra el camino del interior, pero eso no es así porque el hombre es un microcosmos hecho a imagen del Universo (o de Dios, según otro lenguaje) y, desde los pueblos más antiguos hasta el psicoanálisis de Jung, la astrología y los tests de proyección, utilizados en pedagogía y psicoterapia, responden a esa correspondencia armónica entre los seres y las cosas que hacen a unos y a otros signos recíprocos.

Plotino y los estoicos ya vieron en los astros testigos y actores nuestros, nunca autores o causantes, y Ptolomeo dijo que el sabio gobierna su estrella y el ignorante es gobernado por ella. Por eso, si conociéramos la conjunción de todos los elementos telúricos, animales ancestrales, familiares, que nos forman, podríamos dominarlos y conducirlos para alcanzar esa voluntad autónoma que nos hace libres. El Destino no sería una fatalidad, sino un proyecto.

No creo, pues, ni en el puro azar ni en la necesidad, pero sí en que existe un azar necesario, redondo y seguro, que me guiña el ojo como una estrella para que yo lea en el cielo lo que proyecto desde mi inconsciente; igual que el microfilme proyecta en una gran pantalla para una mejor lectura.
No sé quién dijo que la humanidad prisionera tiene como celda el cielo, en el que escribe sus graffiti. Y Bachelard añadió esto que el Zodíaco es el test de Rorschard de la humanidad infantil. En definitiva, como los antiguos marinos, nos guiamos por la carta astral, pero ese mapa es tan caprichoso y exacto como nosotros mismos, sus autores. No me extraña que seas el moderno guía de nuestros periplos azarosos, pues nos ayudas, como los psicoanalistas, a “ver” lo que, desde nuestros inconsciente, “queremos ver” y que no sabemos –racionalmente hablando- qué es.

Y, sin embargo, me dirás, los astros y sus estructuras relacionantes “están ahí”. ¿Por qué están situados físicamente a imagen de las nuestras? Eso es para mí un misterio que algún día se explicará en virtud de la estructura viva que forma todo lo creado. Lo importante es no verte como un augur que ha de acertar fatalmente, sino como una luz que ayuda a ver en nuestro espejo. Tú no nos dices lo que nos pasará seguro, sino que avisas de la lógica interna que conduce de lo que somos a lo que haremos, ya que la vida de uno –como la Historia de todos- es también una estructura coherente, pese a que no la vemos a primera vista.

Si el psicoanálisis nos ilumina el hondón del alma, tú apuntas el foco contra el texto hermético que forman las estrellas. Vuelves también a la infancia humana, primitiva, como el otro. El Destino no existe, tan sólo el misterio del hombre que quiere ser libre. Lo ha dicho Borges: “El camino es fatal como la flecha, pero en las grietas está Dios, que acecha”.

martes, 5 de octubre de 2010

Geoastrología. El orden cósmico en el hábitat.

Geoastrología: El hábitat como reflejo cósmico.

Introducción

Llevo 26 años como astrólogo. Me inicié siendo seducido por la orientación humanista y psicológica que me transmitieron mis maestros. Sin embargo, la astrología no es sólo humanista o psicológica. La astrología permite captar y ubicar la fuerza del momento y la fuerza del lugar, y es precisamente para ello por la que fue engendrada. Lo de retratar psicológica y somáticamente a las personas vino bastante tiempo después.
El valor añadido de la astrología viene dado porque con ella podemos datar y sintonizar la fuerza del momento –el gran reloj cronobiológico- con la fuerza del lugar –los lugares sagrados del hábitat-. Conocer, anticipar y combinar ambas cosas nos permite agilizar y facilitar muchos asuntos que, de otra manera, podrían quedar enzarzados o sin salida.
A esta variante, la de ubicar la fuerza planetaria en los lugares concretos, la llamamos geoastrología, astrocartografía o astrología espacial o del hábitat.



I.- Geoastrología es un procedimiento consistente en colocar tu Carta Natal sobre el plano de tu vivienda o despacho. A través de esta vía comprobamos hasta qué punto hay resonancia o sinergia entre los potenciales contenidos en tu Carta Natal y el hábitat en el que te desenvuelves. Cada uno estos potenciales se corresponde con uno o más lugares de este hábitat. Observando la relación afín o discordante que puede haber entre cada posición astrológica y el lugar que cada una de ellas ocupa en tu domicilio, podemos deducir si la decoración que tienes favorece o no tu bienestar y prosperidad.
Como la Carta Natal contiene tanto las excelencias como las carencias potenciales, observamos si las zonas del hábitat en donde se proyectan van a favorecer o no el mantenimiento del bienestar y la prosperidad, o bien, si van a entrar en resonancia con carencias y conflictos.

Cuando esta forma de aplicar la astrología se combina con los principios y herramientas del Feng Shui y de la Geobiología, la llamamos Geocuántica. Geocuántica es un conjunto de herramientas orientadas a facilitar y desencallar procesos, tanto en las personas como en las empresas. 
Para una mayor información al respecto, puedes visitar el enlace de Geocuántica. Hábitat y Conciencia.

II.- El mapa astral de una persona (o de una empresa), además de reflejarse en un lugar concreto como, por ejemplo, el domicilio o un despacho, también puede entrar en resonancia con áreas del barrio o de la ciudad de residencia. De esta manera podemos localizar zonas propicias para, por ejemplo, el desarrollo de proyectos o para cualquier asunto en el que estemos concernidos. Por la misma razón, también podemos localizar, tanto en el domicilio como en la ciudad, zonas resonantes con aspectos o factores difíciles. De este modo, sabiéndolo a tiempo, podemos hacer correcciones que ayuden a transmutar y redirigir las dificultades.

III.- Aplicando soluciones sutiles y poco invasivas, tal y como lo haría el Feng Shui, sólo que con los principios astrológicos, podemos introducir cambios sobre el hábitat doméstico, lo cual acabará repercutiendo sobre el hábitat constituido por la ciudad y sus diferentes zonas.
Así, pues, los cambios e intervenciones sobre el hábitat pueden llegar a favorecer determinadas gestiones, asuntos y negocios sobre los que tengamos un interés y que tengan una ubicación externa a nuestro domicilio y sin importar la distancia.

IV.- Los tránsitos actuales que se tengan sobre la Carta Natal son también localizables tanto en el hábitat doméstico como en el hábitat urbano en donde residamos.
Las grandes conjunciones que tienen su lugar en el cielo también están presentes en nuestro territorio. Así, pues, actuando sobre determinados lugares del hábitat podemos favorecer, atraer y generar efectos positivos sobre asuntos importantes de nuestra vida.

V.- En la Carta Natal están significados los planetas cuya influencia se deja sentir sobre el cuerpo, sobre el hábitat doméstico y sobre el hábitat exterior. Además, también podemos tomar en consideración la posición de los puntos medios formados por aspectos planetarios críticos. De esta forma, el punto medio en cuestión nos señala una zona que acaso esté reflejando un sufrimiento o una dificultad. Pues bien, modificando esa zona, a la par que trabajamos la actitud correspondiente, podemos desencallar situaciones que hace tiempo nos tienen preocupados.

A las líneas planetarias que se reflejan en el hábitat, cuando las trabajamos con feng shui, las llamamos líneas geocuánticas; y a los puntos medios, vectores geocuánticos.
Cuando algunas de estas líneas o vectores tropieza con una carencia o geopatía del hábitat, su potencial puede ralentizarse, bloquearse, anularse o corromperse hasta perjudicar la salud y la prosperidad.
El valor añadido de Geocuántica es clarificar, remediar, restituir y facilitar el sutil vínculo entre tu potencial, tu actitud y el lugar en donde vives.

VI.- Por otro lado, al igual que sucede con nuestro entorno afectivo, que atraemos relaciones en función de ciertas características nuestras que necesitan de una toma de conciencia por nuestra parte, con el hábitat sucede igual: escogemos una casa que nos refleja. Así, pues, persona y hábitat se atraen. Una modificación en la actitud y en el estado energético de nuestra casa puede desatascar y hacer más fluido nuestro propio crecimiento y el de las personas con las que estamos vinculados. Por eso es que nuestro trabajo se orienta hacia la toma de conciencia acerca de la íntima relación existente entre tu personalidad, tu potencial, tu forma de gestionar tus emociones, el estado energético de tu hábitat, etcétera.

Astrología + Feng Shui + Chequeo Geobiológico + Coaching = ¡¡¡ Geocuántica !!!