miércoles, 16 de marzo de 2016

La imposibilidad de una solución (II)

La imposibilidad de una solución (II).
La política es un negocio que permite a ciertas personas alcanzar un nivel económico, generar buenos contactos, crearse una carrera profesional e, incluso, sentirse poderosos y creerse influyentes, aunque sea en vano. Sin embargo, como indiqué en la primera parte, acabaron aquellos tiempos en los que un lider político podía cambiar el rumbo de un país. Ahora todo es más complejo y opaco.

El otro detalle que voy a comentar es el de la renta básica. Ignoro, ante el tema del paro crónico, si esta es la solución, pues para ello habría que subir los impuestos de quienes más ingresos generan. El asunto es que las clases pudientes, y nunca mejor dicho, los evaden a paraísos fiscales, o bien dejan que las sicav los gestionen con tasas testimoniales. Me pregunto yo ahora, y sería una forma de corroborar la falta de poder arriba indicada, si los políticos y las instituciones que pretenden liderar tienen potestad para impedir la evasión del dinero a paraísos fiscales. ¿Cómo podrán llegar a hacer lo que dicen que pretenden si el dinero con el que podrían hacerlo no lo pueden controlar?

El otro factor, cuya sombra es alta como la de un ciprés, es el de la robotización que está invadiendo las funciones que hasta ahora estaban en manos de los trabajadores. Me pregunto qué institución política podrá diseñar soluciones, excepto que las empresas se impliquen en la gobernanza de las consecuencias de tanto progreso. Es decir, una vez disminuidos sus poderes, los de las instituciones tradicionales, sólo cabe esperar que las empresas se impliquen en lo que hasta ahora estaba funcionando a través de los estados. Sin embargo, para que ello ocurra, debe haber grandes movilizaciones. O cuanto menos, una percepción de que la desigualdad y la precariedad laboral van a dar lugar a algo que puede llegar a ser perjudicial o incordioso para los futuros reguladores.

Mientras no lleguemos al nuevo paradigma político, la única vía es que el pueblo obligue a sus dirigentes a que salgan de su zona de comodidad. Sin embargo, y esta es la otra, cómo movilizarse si los políticos tratan de capitalizar a su favor la protesta ciudadana.

El otro elemento de reflexión gira en torno a los políticos de izquierda, que necesitan de la movilización popular para que sus ideas lleguen a la práctica. Sin embargo, también pueden abominar de ella si el pueblo les obliga a ir más allá de sus límites y de sus intereses de partido.

El hiperprotagonismo de los políticos (todos, de los de derecha a los de izquierda) podría resumirse en este aforismo:
Quien aporta soluciones reales tiene el control real. Sin embargo, quien aporta soluciones ficticias tiene también un control ficticio, aunque esté apoyado por la hiperpublicidad que los medios de comunicación le brindan.

La conclusión a la que llego es que el paradigma o marco mental que sirvió para crear las instituciones que hasta ahora nos han gobernado está sufriendo una agonía que no se quiere reconocer. De hecho, está podrido y a la vista.


Una nota sobre las políticas de izquierda:
No acabo de tener claro si lo que pretenden los partidos de izquierda es no parar de prometer que el estado siga haciéndose cargo de la protección a los trabajadores -que no se recorten prestaciones y se mantenga el estado de bienestar-, o si está dispuesta a fomentar el cooperativismo como forma de estimular el empoderamiento de las personas. Claro que, si las personas se empoderan a sí mismas a través del trabajo cooperativo,  ¿les interesará tal cosa a los partidos de izquierda, puesto que consideran que ha de ser el estado el que monopolice dicho asunto? ¿Será que las cooperativas pueden llegar a convertirse en un contrapoder que perjudique la pretensión monopolística de los partidos estatistas, tanto los de derecha como los de izquierda?

martes, 15 de marzo de 2016

La imposibilidad de una solución (I)

La imposibilidad de una solución (I).

Durante estos días se ha estado hablando de la pobreza, de los refugiados, de la incapacidad para encontrar una solución. Por otro lado, España es el país europeo en donde la crisis está generando una mayor desigualdad. Aunque es posible que no sea la crisis, sino su gestión por parte de dirigentes poco audaces o poco acostumbrados a manejarse en situaciones en las que su incompetencia está quedando en evidencia. O poco poderosos, que es lo que explico a continuación.

Remontémonos a unos años atrás, justo al inicio del crash. Todos los políticos, incluyendo Juan Carlos I, nos decían que todo se había salido de madre por culpa de los mercados. Ahí empezamos a ver que las instituciones han ido interviniendo cada vez menos en favor de algo que cada vez más está más fuera de su control. En un articulo anterior comenté que la influencia del estado español sobre la economía española está en torno al 40 %, y que de ese 40 % hay una gran parte que está muy coaccionada por la oligarquía nacional y por la oligarquía global. En definitiva, el estado español tiene muy poco poder en España. Tan sólo la hiperpublicidad que él mismo se hace en base a crear o a hacer perdurar viejos problemas puede llevar a darnos la impresión de una potencia que en realidad no tiene. Por lo tanto, el político que aspira a gobernar sostiene su función sobre una falta real de poder de las instituciones que él pretende liderar. Un político hoy es tan sólo un community manager de las oligarquías, con el apoyo de los medios de comunicación que tanto contribuyen a dicha hiperpublicidad.

Por eso, cuando escucho a los políticos de ahora, me pregunto de qué están hablando cuando hablan de que hay que hacer los posibles para reducir la desigualdad, cuando resulta que las instituciones que aspiran a gobernar están vacías de poder real, excepto el que aparentan tener con la hiperpublicidad que los medios de comunicación les procuran.
Podemos entender, pues, que la política, ya lejos de influir sobre la realidad, es un negocio que ha dejado de servir al interés general, si es que alguna vez sirvió.

En todos los debates, los políticos de todo el espectro parlamentario se llenan la boca con palabras compasivas y de denuncia, asegurando que está en sus manos hacer los posibles para impedir que la desigualdad y la pobreza vayan a más. Mientras les escucho me pregunto cómo es posible que se prometan soluciones cuando las instituciones públicas abdicaron de gobernar el mundo desde hace ya unas décadas.

miércoles, 9 de marzo de 2016

Catalunya 2016-2017

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Escribo estas notas en día de eclipse. Venimos viviendo en un tiempo de crisis de las instituciones, incluyendo partidos políticos. Todo parecía ir bien hasta que un nubarrón permanente nos dejó a oscuras. Parece que nadie sabe qué hacer. Y cuando el nubarrón está más oscuro, la actitud más habitual es la de refugiarse en intereses particulares, lo cual es todavía más patético. Este eclipse va a hacer que todo resulte más evidente. Por ejemplo, si cada grupo tiene un ego, igual que las personas, iremos viendo como lo más mezquino de él predomina por encima de toda concordia y toda acción orientada al bien común. Las peleas por el predominio del propio interés son, y lo serán aún más, lo habitual. Lo vemos en Europa, con la crisis de lo refugiados; lo vemos en España, en el gobierno, en muchos algunos ayuntamientos.

En realidad, más que una crisis de las instituciones, se trata de una crisis de los dirigentes, que pone de manifiesto que el marco mental con el que se movían ha quedado obsoleto y, de momento, sin recambio.

Cuando no se sabe qué y cómo hacer, las personas solemos actuar empujadas por la ventaja del corto plazo, procurando el mayor beneficio particular, acaso a la espera de que en el futuro las cosas estén más claras, para que otras personas más capacitadas y audaces planteen una solución más creativa.

Esto lo estamos viendo en España, en donde el ego de cada partido político impone su ley. Si tanto aman al país, según dicen, deberían actuar de otro modo. Excepto que su interés mayor sea el corporativo y lo disfracen con retóricas diversas.

Decía yo que estas notas las estaba escribiendo en día de eclipse. En este caso, entretanto no se produzca el siguiente eclipse de Sol, augura medio año de despropósitos, de ineficacia, de posibles crashes económicos, de descontrol. Al llegar a final de agosto y principios de septiembre la cosa empezará a cambiar. Anoten este tiempo, porque se le va unir otros elementos.

Un período determinante de 2 años.

Ahora me referiré a lo que es propio de este blog: los ciclos. En concreto, al de 2 años, el que viene pautado por las conjunciones entre Marte y Saturno.

Las conjunciones entre Marte y Saturno definen el tipo de esfuerzo que una situación exige. La última conjunción habida fue en el 2014, en Escorpio, un signo de agua, mudo, de resistencia. Si se han fijado, habrán visto que la mayoría de situaciones conflictivas han tenido como elemento común la lucha con lo trágico de las emociones. En concreto, con el miedo, la derrota, la pérdida, la muerte, el final. La próxima conjunción será en Sagitario, un signo de Fuego, en Agosto de este año, que abrirá un ciclo expansivo, en el que el reto será conseguir una mayor complicidad. Ahora estoy pensando en el "procés" catalán. Mientras no lleguemos a finales de Agosto, la sensación será todavía de muerte. Habrá que convivir con ello. Quizá lo mejor sería hacerse el muerto, para poder flotar sobre las aguas... mientras a nuestro alrededor quienes tienen miedo a no poder salir adelante se baten entre sí, chapoteando y dando manotazos y patadas, esperando acaso que de ello algo se pueda salvar.

Por cierto, la batalla de Covadonga, la que inició la Reconquista, tuvo lugar con Saturno en Sagitario. Lo sagitariano es muy de España, dicho sea de paso. Y la Inquisición no ha desaparecido, pues ello va con el carácter.

Por eso yo me pregunto ahora:
¿Expulsarán a los catalanes del reino de España, igual que se hizo con judíos y musulmanes?

Sigo.
Decía que en Agosto tendremos una conjunción que resultará determinante para el bienio 2016-2018. Lo vamos a notar.

También notaremos el paso de Marte en Capricornio, a partir de finales de Septiembre y hasta primeros de Noviembre. Este tránsito inaugurará el inicio del momento más determinante del "procés". Es como si se abriera la puerta a una nueva realidad. Debo decir que los momentos de mayor tensión  política al respecto han ido pautados por los tránsitos de Marte por los signos cardinales. Y Capricornio lo es, además de ser el de Carles Puigdemont.

Este paso de Marte por Capricornio abrirá la puerta a un periodo determinante dominado por la entrada de Júpiter en Libra. Y en concreto, por la llegada de Júpiter al grado 21 de Libra, que tendrá lugar a finales de Diciembre.

Mi conclusión es que coincidiendo con el tránsito de Marte por Capricornio (desde finales de septiembre hasta primeros de noviembre) y con el paso de Júpiter por Libra (desde septiembre de 2016 y hasta bien entrado el 2017) vamos a vivir la prueba de estrés más determinante. De ahí, y no antes, saldrá una visión del futuro más clara.

La otra conclusión es algo que ya dejé escrito en otros artículos: Catalunya tiene su mejor posibilidad para ser independiente a partir de los tránsitos que acabo de describir y el año 2020.

Más adelante, si la independencia tiene lugar, veremos la unión de España con Portugal entre el 2020 y el 2040. Y hasta es posible que se acaben dando las circunstancias para una confederación ibérica o euromediterránea. O dos: una ibérica y otra euromediterránea.

Nota:
Un ciclo que aquí no he mencionado, aunque sí en otros artículos, es el de 14 años. Este ciclo viene pautado por las conjunciones entre Júpiter y Urano. Les dejo el enlace al respecto:

viernes, 4 de marzo de 2016

Cicuta Virosa y el grado 6 de Tauro


Cicuta Virosa y el grado 6 de Tauro.
El amor ignorado y la pulsión de muerte.



La persona representada por Cicuta Virosa es egoísta y de buen carácter. Sin embargo, el asunto de fondo se remonta a una falta de reconocimiento o interés por parte del padre o de la madre. Este hecho aconteció durante los primeros momentos de vida, y es posible que se haya estado prolongando durante mucho más tiempo y de muy diversas maneras. El caso es que hubo una ausencia de calidez en la conexión entre el niño que uno fue y alguno de los padres. Es posible, además, que esté habiendo un miedo a la muerte, lo cual puede guardar relación con lo anterior. Es decir, la persona teme la muerte porque antes temió que iba a ser abandonada. Sin embargo, no siempre estos temores están en el plano consciente sino que, más bien, lo que lleva a querer cambiar es la falta de reconocimiento en asuntos que afectan a la economía y a la esfera laboral, por poner un ejemplo. Es decir, la persona se queja de que no se la valora. Como ven, todo está relacionado. Como durante la infancia fue invisible (o se sintió así) para alguno de los padres, ahora también siente que la sociedad la ignora. La consecuencia de ello se percibe en un proceso en que se vuelve cada vez más egoísta, acaso porque de ese modo va construyendo un pequeño paraíso aislado de la mediocre realidad que le rodea. Sin embargo, este aislamiento es un eco de aquel abandono o desinterés primigenio.



Lo curioso de Cicuta Virosa es que sus relaciones más tormentosamente perdurables son aquellas en las que se reproduce la ignominia fundacional. De este modo, la persona rara vez se encuentra con personas que sean capaz de reconocerla y apoyarla. Sin embargo, el lazo más fuerte que ella tiende es precisamente con personas que no la valoran o la ignoran.



Por consiguiente, hay en el perfil asociado a Cicuta Virosa una pulsión de muerte que asalta cuando ama (o viceversa). Por tanto, para saltarse o evitar esta pulsión, la persona evita las relaciones o se entrega a encuentros sexuales sin amor. Es decir, seduce sin pretensión de establecer lazos de amor. Es decir, seduce por satisfacción egoísta.



Podríamos decir que Cicuta Virosa puede ayudar a personas que sufren acoso emocional, laboral, sexual. También puede servir para tratar los restos tóxicos procedentes de viejas relaciones que aún siguen ahí. Como indiqué anteriormente, la persona tiende a encontrarse con personas que la marginan, que la ignoran, que abusan de ella o que la tratan como a un objeto.



El grado 6 de Tauro.



El 6 de Tauro es el grado en el que reverbera Cicuta Virosa. Se refiere a un perfil de persona aparentemente apacible, centrada en el disfrute, que compensa o tapa su egoísmo con la bondad. Se trata de individuos sensibles e inteligentes que no se han sentido valorados. Por tanto, tienden a vivir para sí mismos. Quizá sea por ello que tienden a vivir amores furtivos o clandestinos, o relaciones poco prósperas.



Tras unas formas dulces y conciliadoras, se alberga en Cicuta Virosa un anhelo de muerte que puede manifestarse como deseo de matar o como deseo de morir. Si estos impulsos no se reconocen, acabarán tomando formas externas. Por ejemplo, como he indicado antes, a través de relaciones adictivas con personas poco respetuosas o perjudiciales.



Como ven, el perfil CicutaVirosa/grado 6 de Tauro gira en torno al respeto, al reconocimiento, a la búsqueda de atención afectiva… y a identificar que en el interior de uno yace una emoción tormentosa que no se atreve a reconocer. Esta emoción, si no es percibida, se encarnará a través de actitudes de otros hacia uno.

Tras una apariencia calmada hay escondido un comportamiento compulsivo relacionado con el amor; o, más bien, con la falta de él. A partir de este hecho nos podemos encontrar con una tendencia a actuar furtiva o clandestinamente. La persona esconde a quien ama, o se esconde de quien ama. O se esconde de amar abiertamente.



El trabajo relacionada con este grado consiste en asumir la propia ira, justamente para superar la violencia que le viene dada externamente. Una vez captado este hecho es posible subir un peldaño más en cuanto a calidad de vida.