martes, 28 de abril de 2015

Carbo Vegetabilis y el grado 15 de Aries


Carbo Vegetabilis y el grado 15 de Aries: La negrura en las pinturas de Goya.

La biografía de Goya contiene aspectos que son la encarnación de Carbo Vegetabilis. Este homeopático, recomendable para abordar o prevenir problemas de circulación que atañen a la zona superior del cuerpo, es complementario de Carbo Animalis, más indicado para la zona inferior (piernas, tobillos, pies). Así, pues, Carbo Vegetabilis es indicado para infartos, ictus, migrañas, dolores faciales y mandibulares, etcétera. Sin embargo, y aquí es donde quiero parar la atención, Carbo Vegetabilis corresponde con un perfil psicológico que la vida de Goya muestra a las claras.

Goya, pintor determinante y avanzado a su tiempo, padecía de crisis maníaco-depresivas que se manifestaban cíclicamente y sin que los momentos depresivos ni los de esplendor guardaran relación con las circunstancias. Lo que quiero decir es que el biorritmo del sufrimiento era autónomo e, incluso, contradecía lo que las circunstancias acompañaban. Es decir, éstas no actuaban como detonante, lo cual es indicado por situaciones exitosas acompañadas de depresión  o manía de forma independiente; o etapas en las que hay ausencia del éxito que Goya esperaba y que, sin embargo, no necesariamente provocaron depresión.

El grado 15 de Aries.

El grado de reverberación de Carbo Vegetabilis es el 15 de Aries, que describe a una persona tenaz pero cambiante, a la que le cuesta fijar los estados de ánimo que pueden resultar propicios para la encarnación concreta y satisfactoria de sus objetivos vitales. Se trataría, pues, de una persona cuyos estados emocionales parecen estar desvinculados de las circunstancias, con lo cual éstas no pueden cambiar debido a que las emociones son vividas de forma inconexa o desligada del ambiente.
Muy probablemente este grado, y el mismo Carbo Vegetabilis, refleje capas del Yo que han quedado sepultadas debido a contingencias ajenas. Por ejemplo, a través de aspectos biográficos transgeneracionales no resueltos por quienes los vivieron en primera instancia -experiencias ancestrales a medio concluir o resolver-.

El proyecto de cambio ligado a Carbo Vegetabilis implica un trabajo a favor de la armonía entre emociones y circunstancias, de tal manera que el poder transformador pueda liberarse y soltarse de viejos patrones. O, dicho de otro modo, que la persona responda a los estímulos en su justa medida y en proporción a lo que realmente acontece. Así, pues, el propósito de Carbo Vegetabilis es alinear emociones y circunstancias, procurando dejar atrás experiencias emocionales desmesuradas o que no guardan relación con los hechos actuales; también, superar preocupaciones residuales inconexas que responden a un patrón cíclico.

En definitiva, que el drama interior guarde relación con el drama exterior; que las alegrías que nos da la vida respondan con la alegría que circula en nuestro interior; que la subjetividad discurra en paralelo con el mundo de las formas objetivas.

La vida de Goya está muy influida por personajes del linaje materno que sufrieron de transtornos psíquicos. Deduzco, pues, que la acción de Carbo Vegetabilis puede guardar relación con la genética de las emociones.
En la Carta de Goya el grado 15 de Aries está rodeado por la acumulación de planetas en ese signo. Sin embargo, ese grado relaciona a Neptuno, que está en el 15 de Cáncer, y a Júpiter, que está en el 15 de Sagitario. Júpiter y Neptuno son los grandes psicóticos de la familia planetaria.

Goya murió a una edad avanzada debido a un accidente cardiovascular, muy en la línea de los Carbos homeopáticos (especialmente el que nos ha ocupado en este artículo).

domingo, 26 de abril de 2015

¿Qué es un vampiro cognitivo?

¿Qué es un vampiro cognitivo?


Es un mercader, un colonizador de mentes, que muy a menudo utiliza, ofrece y vende argumentos espiritualoides, psicologicistas, sociologicistas, economicistas o políticos. Se les llama creadores de opinión. Los vemos, por ejemplo, en los diversos medios de comunicación. Se trata de alguien presto a explotar la pereza y la candidez de las personas, suministrando eslóganes y consignas orientadas a que no se tenga necesidad de pensar, y más aún en un mundo de prisas y ruido psicológico. Es, por llamarlo de algún modo, un cazador de tendencias cognitivas. Estos vampiros captan el pensamiento aún inconsciente de las personas -antes de que éstas hayan tomado posesión de él-, lo construyen, ofreciéndonoslo envasado y listo para consumir. Y hasta es posible que seamos nosotros quienes prefiramos al mercader o vampiro cognitivo, mucho más que ponernos a pensar en relación a nuestros valores y a nuestro modo de proceder. Es decir, que entramos más fácilmente en la forma estética que el mercader nos ofrece y vende que en la articulación de un pensar propio y del consiguiente modo de enfocar la propia vida a que ello nos llevaría.
Pensar es una forma de acción. Lo contrario, no pensar por cuenta propia, nos lleva a entregarle al vampiro nuestra sangre, nuestra alma y el fruto de nuestros actos.

Un vampiro cognitivo es alguien a quien se le otorga autoridad, lo pretenda o no, sobre el pensamiento propio. Hay vampiros cognitivos que saben que lo son, pues son profesionales que se ganan la vida con ello; y los hay que no lo saben o no tienen intención de ello. También, y por la misma razón, hay personas que, con o sin conciencia, se dejan vampirizar.

En el libro que se publica estos días, El Gran Tinglado de la Felicidad. El secuestro de los valores, trato precisamente de este tema, el de los valores y el de las 12 formas básicas que tenemos para dejarnos vampirizar por el ruido colectivo, por los gurús, por los mercaderes, por los creadores de opinión.

Los diversos capítulos de El Gran Tinglado de la Felicidad son recorridos por una idea fundamental. Las expresaré en forma de preguntas. A saber:

• ¿Somos capaces de pensar por cuenta propia?
• ¿Qué pasa cuando pudiendo pensar por nosotros mismos no lo hacemos?
• ¿A qué nos exponemos cuando regalamos nuestra capacidad pensante a otros?
• ¿Apoya la educación la construcción de un pensamiento propio; o acaso le interesa al sistema que seamos perezosos a la hora de pensar?
• ¿Por qué se tiene la impresión de que el sistema hace todos los posibles para que las personas perdamos (o no establezcamos) la conexión con el propio pensamiento?

La pérdida de conexión con el pensamiento propio tiene su aliado
en el ruido de fondo, en las prisas, en la falta de comunicación, en las presiones psicológicas y emocionales que flotan en el ambiente, y más en situaciones de crisis. La pérdida de conexión con el propio pensamiento genera, además, otro efecto: la pérdida de conexión con la realidad externa. Es decir, nuestra relación con el entorno es equiparable a la calidad de conexión con nuestro propio pensamiento. Si nuestro pensamiento es débil o poco definido se expone a ser vampirizado; también, y por la misma razón, nuestra relación con el contexto social será poco definida o débil y expuesta a influencias no deseadas.

Es por eso que repito la pregunta:
Si al sistema no le interesa que las personas nos demos tiempo para pensar, reflexionar, compartir, escuchar a los demás y escucharnos a nosotros mismos,  ¿qué tipo de sociedad estamos construyendo? ¿a quién beneficia? ¿a quién perjudica?

martes, 21 de abril de 2015

Miseria de Plutón

Miseria de Plutón en la Tierra.

El poder no es algo que se consigue. El poder se tiene porque la naturaleza nos lo da. Nos lo da y nos lo quita. El poder es la naturaleza misma. Sin embargo, el marco cultural en que vivimos nos da a entender que es la obtención de poder lo que justifica la competición a que nos somete.

Se nos dice que el poder es el resultado de competir y ganar, y que lo contrario es la derrota, la ignominia, la exclusión y la expulsión.

En realidad, el arquetipo de Plutón no corresponde con el poder sino con la miseria; o, más bien, el miedo a ella y la creencia que obteniendo poder se liberará uno de ella.
El humano, que recibe una cierta información por parte del gran tinglado social, la interioriza mediante una lucha que se establece entre el miedo a la pobreza y el anhelo de riqueza material; entre el ser nada y el serlo todo; entre la exclusión y la integración; entre el fracaso y el éxito. Así, pues, uno está en lucha consigo mismo, como si uno fuese responsable de todo y sólo tuviese una oportunidad para redimirse, venciendo y obteniendo poder, con el telón de fondo formado por los diversos patrones tóxicos que arbitran sobre los modelos de los que estamos hablando.

En el mapa personal, la posición de Plutón refiere al tentáculo de miseria que el marco colectivo alimenta en lo individual hasta llevarlo a proliferar en un mundo exhibicionista, en el que conseguir poder se nos muestra como única alternativa ante la difícil aceptación de la miseria.
Entonces, pues, las personas, actuando según esta consigna, pretendemos el poder como forma de enmascarar la propia miseria.

A diferencia del gran tinglado humano, la naturaleza no produce deshechos, de ahí su poder. Todo lo que hay en ella es poder en estado puro.

lunes, 20 de abril de 2015

¿Cómo serán nuestras vidas en el 2020?

El 2020 va a ser un año de grandes conjunciones planetarias. Es muy probable que ese año sea el del definitivo inicio psicológico, moral y espiritual del siglo XXI, pues hasta ahora estamos viviendo de los coletazos que el turbulento siglo XX nos ha dejado en herencia. Sin embargo, lo que a partir del 2020 vaya a ocurrir se está gestando ahora. De algún modo todos estamos colaborando en ello. El funcionamiento humano en el mundo es fruto de una cooperación en la que cada cual aporta algo con o sin conciencia de ello. Y todo, bajo el gran paraguas cósmico que nos cobija y en el cual nuestra existencia puede encontrar pistas en sus correspondientes reflejos planetarios.

Así, pues, podríamos atrevernos a decir que lo que la vida vaya a traernos a partir del 2020 depende en gran medida de la acumulación de pequeños gestos cotidianos. Estamos hablando, pues, del fruto de una suma de voluntades.

Aún con todo, antes de llegar al 2020 nos las vamos a tener que ver con dos grandes sucesos previos: los que van a tener lugar durante este bienio (de mitad del 2015 a finales del 2017). Es por eso que hago una propuesta explicativa que va a tener lugar el próximo sábado día 25 de abril. La organiza Eventos Astrológicos. Para una mayor información de otros detalles y de la logística, acude al siguiente enlace:

sábado, 18 de abril de 2015

¿Qué es ser español?

¿Es el ser español un sentimiento genuino y auténtico o la consecuencia de un lavado de cerebro?

Según dicen, ser español (o francés) es un sentimiento de toda la vida. Lo cierto es que el origen del ser español (o francés) es la consecuencia de un lavado de cerebro, una construcción inspirada, o impuesta, por las élites de turno. Los españoles se sienten españoles porque alguien pensó que ello haría que el pueblo se adheriría inquebrantablemente a un sentimiento que les llevaría, entre otras cosas, a la guerra.

El sentimiento nacional arranca de la Revolución Francesa y, aún más, de la época napoleónica. Napoleón, que se coronó emperador él solito, promovió el sentimiento nacional en los franceses. Y fue así que consiguió implicar en tareas bélicas a personas situadas fuera del estamento militar profesional. De rebote, y para hacer frente a las guerras napoleónicas -la guerra de la independencia-, los españoles también fueron ganados para la causa patria a través de la inculcación de un sentimiento nacional.

Y esto a qué viene, preguntarán. Les explico: me encuentro con una amiga que me comenta, en relación al proceso independentista que se vive en Catalunya, que le sienta muy mal la idea de dejar de ser española, ella, que lo es y mucho. Mi amiga no sabe que el origen del "ser español" es la explotación del pueblo llano como mano de obra barata ante las guerras napoleónicas que se avecinaban. Por otro lado, el sentimiento de ser español (o francés) facilita la alineación de las conductas y de las motivaciones del pueblo. Antes de ello, y aún ahora, las festividades dedicadas a santos y vírgenes también servían para tal fin como generadoras de conductas que se alinearan según conviniera a las intenciones del guión.

A lomos de las decisiones tomadas

A lomos de las decisiones tomadas. 
Una aproximación al Aries que uno lleva dentro.

Las decisiones se convierten en nuestro destino. Nos condicionan hasta el punto de que uno no puede desdecirse una vez han sido tomadas y una vez han cristalizado en acciones concretas. Las decisiones, una vez se han imbricado en el modo de vida, se incrustan en la actitud y se convierten en irreversibles. Y ahí es cuando las decisiones que tomamos crean en el interior de uno una jerarquía innombrable que no se puede desobedecer ni aún queriendo.

Las decisiones tomadas, tanto las ya ejecutadas como las que aún no, se convierten en nuestro destino. De algún modo, nos acogotan, crean un mandato del que no te puedes librar.

El héroe ariano personifica justamente esto. Uno percibe un horizonte sobre el que se ve proyectándose; o proyectado, pues tal visión viene de un estrato que está en un lugar más hondo que el de la propia voluntad. Más tarde, ya en marcha, uno ya no puede desdecirse, ni rectificar, ni abdicar. Sólo le queda a uno que seguir hasta el final. Ante tal hecho, esas decisiones, que son más fuertes que la propia voluntad consciente, le van llevando a uno a la muerte. Uno muere llevado por las circunstancias que contribuyó a crear sin saber cómo ni por qué, pues el instinto deja marcado el camino a seguir. Y sin saber cómo ni por qué, uno vive para poder morir sabiéndose consciente de estar cavando la propia fosa. Al menos, pues, que la fosa sea hecha a medida de lo que ha sido la propia vida. La vida nos juzgará en función de si la fosa que vamos cavando y la vida que uno haya vivido, con el cuerpo ya despojado de alma, se troquelan bien.

martes, 14 de abril de 2015

Arnica Montana y el grado 6 de Libra

Arnica Montana y el grado 6 de Libra.
El odio al otro, el odio al miedo y el miedo al propio odio: la ofensa y la insufrible e inaceptable violencia interior que deja.


Como defensa ante el horror y el miedo al odio, tanto al propio como al ajeno, se fue formando una indolencia orientada a evitar la confrontación y exteriorización del duelo auténtico. Podríamos decir que Arnica Montana y el grado 6 de Libra personifican una actitud muy medida y alejada de manifestaciones que se entienden como groseras o poco educadas. Sin embargo, el miedo, el dolor y la presencia de la violencia en nuestras vidas ponen en evidencia la parte sombría de algunos de nuestros comportamientos, especialmente de los que no se quieren tener y aún siendo necesarios para darle un brío a la propia vida.
El odio al otro. O más bien, el miedo al odio que uno puede sentir por el otro. Odio al miedo y miedo al odio. Este asunto de las emociones que no se aceptan o que no se sobrellevan bien, si no se afrontan, se puede trocar en indolencia, confusión o falta de definición, u otras formas de enmascarar el dolor que el otro pudo habernos hecho sentir. Es decir, en realidad lo que se teme no es tanto al otro sino a una gama de sentimientos violentos que uno teme que se despierten. Desde este punto de vista, el perfil de Arnica Montana nos remite a un individuo que prefiere mostrarse ecuánime y equilibrado, aunque resentido o dolorido por dentro. Podría decirse que cuanto más dolor hay en el interior menos quiere uno manifestarlo.
Miedo a nacer, a sacar la cabeza, a recibir un golpe por ello.
A una dilución baja, Arnica Montana suele prescribirse en casos de magulladuras, golpes, hematomas y traumatismos. Sin embargo, a una dilución alta puede ir dirigido a golpes de fondo, antiguos, que acaso no fueron superados y que dejaron su poso en el inconsciente.
La toma de Arnica Montana me llevó a experimentar la ofensa, una forma de golpe moral. Es muy posible que el perfil psicológico de  Arnica Montana se corresponda con una persona sensitiva a la indiferencia de los demás, pues le puede recordar a las ofensas y decepciones recibidas y no superadas. Se trata, pues, de una persona que hará los posibles para no enfrentarse con nadie, y ni tan siquiera consigo misma, creyendo que así evita los conflictos, especialmente si percibe o teme que puede ser dañada si saca la cabeza, los sentimientos, las decisiones, las necesidades.
Arnica Montana también puede referirse a alguien que fracasó y que teme volver a hacerlo. Se trataría, pues, de un golpe o contusión en la autoestima. Lo que caracteriza aquí a Arnica Montana es la forma de gestionar el fracaso, evitando el riesgo a volver a caer. Pero, claro, evitando el fracaso se evita también el éxito.
El grado 6 de Libra.
El grado en el que resuena Arnica Montana es el 6 de Libra. Este grado describe a una persona educada y contenida, como si su principal predisposición fuera entablar buenas relaciones con los demás a costa de lo que sea. Pero, claro, a costa de lo que sea puede degenerar en relaciones vacías o desprovistas de contenido real.
Se podría decir que esta persona no se sabe manejar bien en medio de conflictos abiertos en los que su herida podría hacerse demasiado visible. Para tal fin, preferirá soslayar, soterrar o manipular las emociones, las propias y las ajenas, con tal de evitar que el viejo dolor se haga evidente. Puede preferir manejarse desde una actitud distante, como si el asunto lo tuviera bajo control o le importara menos de lo que realmente le importa. Esta actitud conlleva que sus emociones se mantengan invisibles y que los demás perciban a esta persona sin autenticidad, sin pasión y sin alegría.
Desde la perspectiva que nos da el grado 6 de Libra, veríamos que la elaboración consciente de este dolor ayudará a la persona a deshacerse de un comportamiento contenido y controlado a otro en el que poder reflejar las heridas, los traumas y los golpes recibidos, de tal manera que se permita expresar necesidades auténticas de forma clara y sin miedo. El resultado es una persona espontánea y transparente.
Otra manifestación posible relacionada con este grado es la de aquel individuo que hace cualquier cosa menos la que en realidad quería hacer: la dispersión de objetivos que lleva a que ya no se pueda distinguir el verdadero propósito de los pseudo-propósitos que utiliza para mantenerse oculto o alejado de la verdadera confrontación a la que la autenticidad le llevaría.
Tanto Arnica Montana como el grado 6 de Libra refieren a una persona que se representa a sí misma como si se tratara de uno de los personajes en el escenario de un teatro. En realidad, en la representación no está la persona entera sino aquella parte que prefiere mostrar, la que controla, la que cree que con ella quedará bien, la que la protege de sus propias emociones.
Arnica Montana es la intolerancia ante el dolor, que nos lleva a señalar a otros como causantes de él. Sin embargo, como el dolor está un uno, lo que acaba sucediendo es que no hay control real, pues al señalar al otro se le otorga el poder de generarlo.
Así, pues, aceptando que uno mismo puede ser causante de su propio dolor, el proceso de sanación nos irá llevando a no temerlo, a no temernos a nosotros mismos, pues una de las cosas más relacionadas con el grado 6 de Libra es la violencia interna, que es justamente lo que se despierta cuando el dolor es ocasionado por otro. Entonces, pues, el asunto es aceptar la violencia en la vida, en los demás y, muy especialmente, en uno mismo, pues el miedo al dolor y al sufrimiento acaba generando más violencia, tanto desde fuera como desde dentro.

domingo, 12 de abril de 2015

A lomos de la mundanidad

A lomos de la mundanidad.
Disertación sobre el síndrome capricornial.


Capricornio es alguien que quiere ser reconocido por Dios. También es alguien que detesta la mundanidad de cualquier ambición. Sin embargo, tolerará, porque la necesita, la mundanidad, pues será que a través de ella, alzándose sobre sus lomos, que podrá elevarse para tratar de alcanzar lo más alto.

Capricornio quiere estar en el vértice superior de la pirámide, lo más cerca del cielo posible, aunque tiene que ir subiendo por esos lomos que detesta. Se podría decir que el precio a pagar por llegar a lo más alto es vivir emponzoñado por las trivialidades de lo mundano, procurando no distraerse con las tentaciones engañosas o por los fastos con que la mundanidad tratará de tenerle engañado. Por tanto, Capricornio participa de lo mundano sin creer en ello y sin implicarse en lo más mínimo.
Le interesa Dios en comunión íntima, aunque, sin embargo, sólo accederá a él habiendo muerto y sepultado por lo mundano. Llegar a Dios incorpora una pretensión secreta: convertirse en él, cosa que sólo puede suceder, si es que sucede, cuando uno se ha despojado de su propia carne, de la temporalidad trivial de su propia vida.

En Capricornio, hay que decirlo, hay un contratipo: el de alguien que es pisoteado por la mundanidad y que se siente despreciado por Dios.

miércoles, 1 de abril de 2015

El suicidio de Europa

El suicidio de Europa y los pilotos que nos gobiernan.


Sigue reverberando entre nosotros la tragedia del avión de Germanwings estrellado en Los Alpes. Percibimos la muerte, la pérdida y la acción suicida como un Todo. Luego, intentamos tomar este Todo y diseccionarlo en partes, acaso para digerir mejor el hecho. Nos compadecemos de las familias y nos interrogamos acerca de los por qués de la patología del piloto. También nos podríamos preguntar cómo es posible que una empresa supuestamente rigurosa en la selección de personal se le puede haber escapado que uno de sus pilotos haya resultado ser un suicida capaz de matar matándose.

Dicho esto, plantearé los hechos como si fueran un sueño interpretable, o una metáfora. La vida es sueño, dicen.

El piloto suicida bien podría ser el traslaticio del gobernante europeo. El avión mismo es Europa, me refiero al proyecto que quedó consignado en el Pacto de Maastricht, bajo comando de Alemania. El pasaje es el pueblo.
En la escena están los médicos, los forenses y los psiquiatras, que tratan de definir qué tipo de patología sufre el gobernante. Hablan de un transtorno que tiene antecedentes. Es posible que comenten acerca de la sociedad en que vivimos, que hace tiempo yace enferma o zombi, incapaz de reaccionar ante las barbaries políticas y financieras que ella misma consintió y que ahora se ve incapaz de controlar.
En algún lugar veo a alguien, una vez sucedido el accidente, que se lleva las manos a la cabeza, acaso pensando cómo es posible que una empresa alemana haya podido contratar a un piloto con tan poco rigor. Me pregunto yo, pues, si esta falta de rigor es habitual en la élite de las empresas, de la sociedad, de los gobiernos. ¿O es que vivimos en un descontrol de fondo, por más que los poderes públicos se afanen en hacernos creer lo contrario?

También me pregunto cómo ante la tragedia, cualquier tragedia, incluso las de índole económico, como el caso de las consecuencias de las estafas bancarias y las de las corrupciones políticas, buscamos culpables concretos cuando es el sistema el que aúpa a psicópatas o permite que personas con ambición transtornada se pongan al frente de una responsabilidad cuya gestión puede afectar negativamente sobre cientos, miles o millones de personas inocentes.

La actitud del piloto podría tildarse de ambición incolmable que ha degenerado en desesperación, ante la cual ya sólo cabían acciones tan incomprensibles como la de la de llevar a la misma desesperación a las víctimas y a los familiares y allegados de éstas.

Espero que este mal sueño sea indicio de algo que ya ha pasado, o que lo sea de una proyección del inconsciente en forma de pesadilla; que no sea premonitorio, vamos. Porque si este sueño es una premonición, un aviso, nos espera un tiempo de órdago.