martes, 3 de junio de 2014

Los movimientos de la gran serpiente (I)

Por más que se intente, el mundo de lo humano es ingobernable en este momento. Vemos como la globalización está poniendo en evidencia la incapacidad de los gobernantes para hacer frente a la complejidad. Lo que quiero decir con ello es que el mundo no necesariamente lo dirige una élite, como dirían algunos, sino que su marcha es una creación colectiva, de la cual sólo algunos tienen conciencia y posibilidades de manejarse con ella. 
En realidad, el mundo humano, su dirección, es llevado gracias a una cooperación en la que interviene por igual la totalidad de la pirámide social. Si lo prefieren, llamemos a este hecho "inconsciente colectivo y la fuerza de la historia". Lo que sí marca una diferencia es el nivel de información con que se cuenta al respecto. Dicho de otro modo, quien comprende que la historia -y el curso de los acontecimientos- funciona como una serpiente sabrá por adelantado que las crisis -diversos tipos de crisis- se producen con periodicidad.

Así, pues, más que una élite que controla, se trata de disponer de información y medios con qué gestionarla para aprovecharla de la mejor manera. Lo normal es que la élite disponga de una mayor información, además de sus medios obvios.  Las diferencias de clase social, tanto o más que la economía vienen dadas por la capacidad para apropiarse y gestionar la información para el propio provecho. Está claro que por más poder que tenga alguien de poco le serviría si lo utiliza contradiciendo los movimientos de la gran serpiente (la naturaleza cíclica de la historia).
Ante la pregunta de quién gobierna sólo se me ocurre decir que quien tiene información acerca de la lógica de estos movimientos, visualiza el futuro y dispone de medios para acrecentar sus recursos.
Y en estos movimientos se producen puntos de inflexión críticos, como el que estamos viviendo desde el 2008, que afectan a la totalidad de la gran pirámide social.

Sobre este tema, del de los ciclos, ya escribí mucho y dejé constancia en este blog. Sin embargo, me gustaría ampliar con reflexiones posteriores surgidas de comentarios que los lectores me hicieron llegar.
En concreto, en próximos artículos me referiré, para clarificar mi postura al respecto, a la situación que afecta a la relación entre Catalunya y España.

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