sábado, 14 de julio de 2012

Por qué dejé la astrología

Por qué dejé la astrología por el coaching (y viceversa)

Debido a una equivocación, que acabó siendo todo un acierto, un día me encontré ante un cliente sin poder hacer uso de su mapa natal. Los datos resultaron no ser correctos. Total que, y menos mal que nos dimos cuenta justo al empezar, despojados él y yo de sus expectativas y de mis responsabilidades, iniciamos una conversación luminosa. Habiendo acabado, y ya sin cliente, me puse a recalcular su mapa con los datos correctos. Ahí vi cómo él se explicó a sí mismo su propio mapa, lo que yo le hubiera contado de no ser por la equivocación. Así fue como descubrí el coaching mucho antes de saber que eso era coaching.
Dicho de otro modo: pasé de golpe de emitir un discurso, lo que venía haciendo hasta entonces, a cooperar discretamente con preguntas que iban surgiendo según la inspiración proporcionada por el interlocutor.

Y así fue cómo dejé una cosa por la otra (y viceversa).

Conclusión:
No hay nada que alumbre mejor que el que una persona pueda articular un potente discurso a partir de su propio conocimiento.

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