lunes, 22 de febrero de 2016

La privatización del Estado (y III)

La confusión entre lo público y lo privado.

Habrá un momento en que el usuario no sabrá si el médico que le atiende, en lo que ahora aún es un ambulatorio público, cobra del Estado, de un cluster privado, o de ambos al mismo tiempo.
El otro tema son los recortes en educación. Hablemos, pues, de las escuelas. Hoy las hay públicas, privadas y concertadas. Nos podría parecer que las públicas no buscan el lucro, y por eso las defendemos. También nos podría parecer, y de aquí mis reservas al respecto, que son ideológicamente neutras. Sin embargo, todas, incluso las públicas, sirven para formatear a los jóvenes para procurarles una buena inserción social y laboral, y con la vista puesta en la universidad. Sin embargo, ésta, tanto la que es pública como la que es privada, recibe apoyo y subvenciones de empresas privadas, lo cual condiciona su independencia.

Por lo tanto, eso que se ve venir, la confusión entre lo público y lo privado, ya existe desde hace tiempo. A lo que vamos, pues, es a una mezcla total, a una con-fusión.

La privatización del Estado.

Podemos decir, que el Estado ha sido privatizado y que las empresas tienen cada vez más interés en lo público (o en lo que queda de lo público). La confusión entre ambas esferas va camino de ser total, excepto que una masa crítica lo impida.

Un ejemplo pequeño de ello, de la publicitación de lo privado y la privatización de lo público, lo tenemos en internet, en el que nuestros datos ya no son únicamente nuestros, y que, además, están siendo objeto de tráfico por parte de Estados y empresas.

Incluso algo tan estatal como los ejércitos y la defensa de los países está siendo influido por la acción de intereses privados. De ello ya dio cuenta el presidente Eisenhower en un famoso discurso pronunciado en los años 50.

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