sábado, 4 de octubre de 2014

Urano y el mundo de los negocios


Urano: la vida como empresa. 

Se dice que allá donde se tenga a Urano en la Carta natal será indicio de una fuerte tendencia individualista. Sin embargo, permítanme que lo ponga en duda.

Urano no es un factor de individualismo, más bien al contrario. Urano es la acción colectiva y coordinada a la procura de un logro que resultaría imposible sin una complicidad sistémica. Así, pues, Urano es coordinacionista. Entonces, pues, ¿cómo es que a Urano se le atribuye la manifestación de una individualidad radicalizada?

La complicidad fracasada.

El ideal de Urano, sin embargo, es la acción en equipo animada por un proyecto compartido. Sin embargo, esta acción requiere de un gran conocimiento de sí, de los demás, del mundo, de las posibilidades reales del proyecto, de la idea, de los medios, de los motivos. Es decir, que, cuando uno se salta estas condiciones, la falta de logro se convierte en una frustración tan difícil de llevar que resulta insoportable, lo cual lleva, ante la dificultad de contenerla, a revertirla en forma de oposición a lo social, derivando en sociopatía o paranoia. Así, pues, la consecuencia es una individualidad que deroga toda posibilidad de colaboración coordinada y coherente en grupo.

A menudo la casusa de esta frustración proviene de la generación de los padres o de los abuelos. Así, pues, gran parte del individualismo que encarnamos procede de una reacción inconsciente a estafas o traiciones experimentadas por personas significativas pertenecientes a generaciones anteriores.

Como curiosidad:
Estados Unidos declaró su independencia en 1776. La Orden de los Iluminati fue fundada en 1776. En 1776 se publicó el libro “La riqueza de las naciones”, de Adam Smith, acaso el primer libro de economía, el cual sirvió de base para lo que luego iba a ser el sistema capitalista. Urano fue descubierto en 1779. La Revolución Francesa aconteció en 1789.

Todos estos acontecimientos, tan cercanos entre sí, demuestran que los logros son consecuencia de una acción que transcurre en un marco colectivo. Por lo tanto, pues, no es la individualidad separada la que guía sino que quien lo hace es una individualidad consciente de formar parte de un marco más amplio cuyos elementos actúan en cooperación. Comprender e intuir como se auto-construye esta cooperación, y actuar en consonancia, es la aspiración relacionada con Urano. Es cuando esta aspiración se ve traicionada que se sale por la tangente en forma de un individualismo exacerbado.

Es por todo ello que Urano, bien llevado, representa el mundo de los negocios, de los proyectos, de las empresas. Es la acción colectiva: la participación de diversos factores en el curso que lleva a una idea a su conversión en realidad concreta. Sin embargo, un Urano mal llevado puede dar muchas ideas pero sin la complicidad que necesitan para ser construidas, llevando a la persona al ostracismo. Como las personas necesitamos tanto de las ideas como de su plasmación, un Urano mal llevado dará lugar a las sociopatías y paranoias ya citadas. En este caso, Urano ve a la sociedad como un tinglado insano, con una voz tan crítica que anula las posibilidades de construir en la práctica cualquier idea.  Y hasta es posible que un Urano patológico se haya experimentado ya en familia, como si ésta se tratara de un anticipo de la sociedad en la que uno luego iba a participar. Así, pues, la participación o el desentendimiento de lo grupal ya comienza en la propia familia. La agudización de la crítica social o la aceptación gustosa de las condiciones es un reflejo del nivel de encaje que uno tuvo en su propia familia, el grupo que sirve de modelo de participación de todos los cónclaves posteriores.

Otra cosa que un Urano fuertemente aspectado puede dar es una sensación de desarraigo, de extrañamiento, de incomprensión; o, acaso, una evolución demasiado rápida en relación a los progenitores, lo cual lleva a una sensación de separación sin solución posible.

5 comentarios:

Malcolm Wutz dijo...

Excelente interpretación (lo dice uno que tiene Urano pegado al Ascendente). Y quizás la entrada de Urano en Aries haya socializado estas características uranianas.

Jesús Gabriel Gutiérrez dijo...

Aleister Crowley, en el retrato que acompaña al artículo, también tenía a Urano a tocar del ascendente

Colibrí ;·Dorado dijo...

Vaya, vaya... Y yo tengo también a Urano a tocar del Ascendente!
Y realmente en este artículo, describes muy bien lo que me sucede. Soy hiper-creativa aunque me cuesta mucho encontrar apoyo en los demás para llevar a cabo lo que creo en la imaginación...
Aún no he descubierto cuñal es el mecanismo que se da, pero sé que es así. Algo más cerca estoy de desvelarlo! ^^
Me niego a aislarme e vivir individualizada!!

Jesús Gabriel Gutiérrez dijo...

la clave es socializar la creatividad

Jesús Gabriel Gutiérrez dijo...

...aunque está claro que la creatividad corre más que la socialización