lunes, 8 de abril de 2013

El optimismo en pareja

Margaret Thatcher ha traspasado en pleno olvido. Mejor no recordar antes que arrepentirse por ver cómo está yendo el mundo, ¿no?. El caso es que cuando ella estuvo como premier de Gran Bretaña, y mientras Reagan fue presidente de Estados Unidos, que en esa coincidencia está la cosa, se impulsó eso que llaman neoliberalismo, la expresión máxima del capitalismo cuyas consecuencias estamos viendo de unos años a esta parte.

Eran ellos dos una pareja feliz y optimista.... porque hay que serlo, y mucho, para pensar que el mercado podía autorregularse sin el arbitraje de los gobiernos. La desregulación casi absoluta. A partir de 1982, que es cuando se urde este impulso, el nivel de endeudamiento colectivo empezó a subir hasta estallar como una burbuja. Pensar que el mercado podía regularse y funcionar estupendamente sólo podía ocurrírsele a una pareja feliz y optimista. Eso de creerse que el mercado podía hacer el bien sólo se les puede ocurrrir a personas así. 

Yo creo que tanto a Reagan como a la Thatcher nadie les advirtió de que el ser humano todavía no ha llegado al nivel de amor incondicional que ellos suponían. Nadie les advirtió que aquello que Hobbes decía -el hombre es un lobo para el hombre- sigue estando vigente. 

En fin, adiós y que en paz descanséis, par de idealistas.

Un poco de astrología.

Aquel momento, 1982, fue el año que se produjo la gran conjunción financiera entre Saturno y Plutón. Tal conjunción abrió un ciclo que se extinguirá en el 2020, para dar paso a otro ciclo de casi 40 años. Esperemos que quienes estén en ese momento cortando el bacalao no tengan una visión tan optimista de la especie humana y no caigan en el error de ese par de simpáticos idealistas.

El idealismo es muy peligroso y la historia está llena de personas que, sin ser perversas, pero sí siendo idealistas, dan carta a los perversos para que hagan lo que ustedes ya saben de forma descontrolada.

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