27/10/2017: Breve diario de un día histórico

Ayer fue un día histórico para Catalunya y para España. O, al menos, esta es la perspectiva que se ha abierto y que, a no tardar mucho, se convertirá en una realidad legalizada. Y tanto da que nos guste a unos y disguste a otros, pues la historia avanza con independencia de si nos resulta gustosa o disgustosa. A la historia, que es una señora muy suya, le importa bien poco la opinión de los humanos en relación a los hechos que la articulan, y de los que ella se sirve para mantenernos zarandeados. De hecho, los avances históricos rara vez se han hecho con la legalidad de cara. Más bien, estos avances acontecen desafiando el orden legal existente. Y ahora que lo pienso, el orden legal, como la razón que decía Goya, genera monstruos. Me refiero a un orden legal que es utilizado como excusa para tapar la incompetencia humana, especialmente puesta en evidencia cuando el humano no se atreve a ir más allá de sus mezquinos intereses partitocráticos o corporativos. Esto lo vemos en la actitud del gobierno de España que, por falta de creatividad, imaginación, audacia y osadía, vive anclado en su poltrona, que es como una burbuja a punto de explotar. Por cierto, un anclaje que va a llevar a España al suicidio institucional, excepto que se obre el milagro.

Dicho esto, paso a relatarles el día de ayer tal y como lo viví.

Inicio el día con un mensaje que me llega de mis queridos primos (que son tanto o más que hermanos) Carles y Marga. Me avisan de la hora en que entra en el Parlament el documento que abre el verdadero "procés". Digamos que hasta ahora hemos estado viviendo un "pre-procés". En este documento, que ellos tuvieron a bien enviarme en pdf, se ve el sello oficial del Parlament estampado en el papel y con la hora en que queda registrado, las 10:43 AM CED (para quien quiera levantar el mapa astral correspondiente). Luego de ello, acudo a participar en una conversación de café con José Luis y Cristina, dos amigos homeópatas. Ellos tienen una percepción muy fina de los hechos que acontecen. Esta percepción es totalmente necesaria, para captar qué es en realidad lo que hace sufrir a sus pacientes. El caso es que esta finura luego se traslada a la visión de la deriva del mundo. Es decir, la sociedad está enferma y ramifica su enfermedad de forma diferente en cada persona. Así que estuvimos conversando, por ejemplo, del cambio estratégico operado por Deutsche Bank en las ultimísimas semanas. Me cuentan algo que sólo pueden saber a través de personas que ellos conocen y que trabajan en ese banco. La cosa es que la entidad ha hecho un giro copernicano en relación a sus planes de quedarse o no en España (o en Catalunya, para ser más precisos). El caso es que, según estos amigos, a quienes tanto agradezco las conversaciones que vamos teniendo periódicamente, el banco ha pasado de querer irse a querer quedarse, y con una inversión multimillonaria que inyectarán para implantarse aún más de lo que estaban. Un giro de 180 grados que no tendría explicación si no es por el contexto histórico que estamos viviendo. Ahora estoy pensando en que es muy posible que este cambio tan radical es concidente con la marcha de las sedes sociales de las empresas que están saliendo de Catalunya. 

A parte de estas conversaciones con Cristina y con José Luis, que si las grabáramos y las transcribiéramos serían la bomba para quien las leyera, el día prosiguió sin yo estar demasiado atento a lo que sucedía, por más que fuese previsible.

Después del almuerzo de mediodía, constato que la hora en que se proclama la República Catalana es las 15:27. En ese momento estaba yo fuera de casa y no me había puesto con las astrologías del día. Poco después, mi querido amigo astrólogo Jaume Baiget me envía el gráfico. Dicho sea de paso, con Jaume tenemos conversaciones que podrían haber sido grabadas. Prosigo. Luego les comentaré lo que me parecen ambos mapas, el del registro del Parlament y el de la declaración de la República Catalana.

Finalmente, ya al caer la tarde, acudo a un evento rememorativo de la figura de Raimon Galí. Entre los ponentes, Hilari Raguer, nacido en 1928, en plenitud de facultades, nos relata muchas cosas de Raimon. Ah, y de Franco, de cómo prolongó la guerra civil innecesariamente. Para poner los pelos de punta. También nos contó una anécdota sucedida a su hermano, al hermano de Franco, Ramón, republicano, cuando acude a conversar con Francesc Maciá y se rompe la pierna debido a un traspiés.

Ah, y otra cosa más que no quiero dejarme: el día antes, el jueves, acudo a escuchar una conferencia sobre el desarrollo del movimiento protestante. Este año se conmemoran los 500 años. Pues bien, en Europa se ha editado un sello conmemorativo apoyado por todos los países. Bien, por todos los países excepto uno, y ya saben cuál es. La respuesta de ese país ante tal conmemoración fue "no ha lugar". Por cierto, la conferencia la dio Josep Lluís Carod Rovira y no tuvo desperdicio. Pronto la tendrán a disposición en el canal de video del Ateneu.

Y otra cosa más. Estos días, con todo lo que ocurre, veo que hay familias que sufren. Sin citar casos concretos: padres castellanos que viven en Catalunya, que ahora pueden rondar entre los 80 y los 90 años, que nunca se interesaron por lo catalán, ni por hablar el idioma, y ni mucho menos por la cultura. Sus hijos, de una edad parecida a la mía, hablan catalán, aunque no les interesa la cultura catalana. Son personas que se mantienen fieles al estilo de sus padres. Los hijos de estos hijos se dividen entre quienes prefieren seguir perteneciendo a España y los que se han hecho independentistas. Con ello quiero decir que el drama ya lo están viviendo en casa. De algún modo las familias son fractales sociales. Ignoro si hay muchas más familias a las que les suceda esto. A resultas de estas constataciones, recuerdo la figura de mi padre, rojo y de la quinta del biberón, que vivió la guerra civil en una familia fracturada por el partidismo. Parte de sus hermanos eran falangistas, los más mayores; los más jóvenes, rojos, de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). Eran de León. Nunca quiso explicarme casi nada, hasta muy avanzada edad. Lo fuerte es que estuvo a punto de ser ejecutado, con poco más de 15 años. Lo paradójico del caso es que fue rescatado y salvado de una muerte segura por uno de sus hermanos falangistas. Y yo llevo el nombre de este hermano suyo. El caso es que estos días, cuando me explican las divisiones familiares de ahora, y mientras recuerdo a mi padre, me entran escalofríos y me pongo a llorar. En sus últimos años me hablaba del Hostal San Marcos, hoy parador nacional de turismo de León, habilitado en aquellos años como lugar de torturas y ejecuciones masivas. 

Ya acabo. En cuanto a las Cartas del día de ayer: creo que la primera de ellas, la del registro en el Parlament, la que se corresponde con el inicio del procés constituyente, es la que más nos puede ayudar a monitorizar el futuro que nos espera. Esta Carta representa el nacimiento o, aún mejor, su concepción y engendramiento. La Carta de la República Catalana se corresponde con el bautizo de la criatura. Podemos deducir que no se puede bautizar a una criatura que aún no ha nacido ni física ni legalmente. Sí lo ha hecho emocionalmente febril, que conste. Y ya se imaginan lo que he querido decir con esto, que aún es pronto para aplicar la astrología inaugurativa, y más cuando falta que suceda lo más importante: que suceda la gran legitimación con apoyo legal, de tal manera que el nuevo país nazca protegido tanto nacional como internacionalmente. Aprovecharé para decir que circulan por ahí interpretaciones bienintencionadas por parte de amigos astrólogos. Me parecen totalmente buenistas. Y yo les digo que cuando el país esté preparado para asumir la independencia con madurez procesal y legal, habrá que pensar en escoger una situación astral menos conflictiva. Para ello habrá que llegar al final del proceso constituyente iniciado ayer por la mañana. Porque si el nuevo país nace con las Cartas de ayer, el futuro que nos espera va a ser un caos. Por consiguiente, tomemos los datos astrológicos de ayer como si fuese una constatación, con toda la relatividad y distancia que nos sea posible, procurando evitar interpretaciones buenistas que ayudan poco a serenar la mente en estos tiempos tan convulsos y en los que tantos errores pueden cometerse.

En el próximo artículo les expondré lo que creo que va a ir pasando desde ahora y hasta el 2020.