martes, 10 de mayo de 2016

Sepia Officinalis y el grado 23 de Aries


Sepia Officinalis y el grado 23 de Aries.




Durante las tomas de Sepia Officinalis sentí verdadero horror al vacío. Y no es que no lo hubiera experimentado antes. La diferencia está en la conciencia de cómo nos las apañamos para regatear o parchear este sentimiento. A partir de este hecho, vemos que una gran parte de nuestros actos son totalmente estériles. Es decir, no sirven mas que para mantenernos entretenidos en relación a ese sentimiento.

Por todo ello, no es de extrañar que Sepia Officinalis se recomiende a mujeres que experimentan depresión post-parto, una situación que se puede percibir e identificar con facilidad. Sin embargo, qué me dicen de esta depresión cuando no surge de razones concretas. Podemos pensar que el campo de acción de Sepia Officinalis es más amplio del que nos podríamos imaginar. Por tanto, pues, contemplemos qué razones podría tener una persona para maquillar y distraerse de este sentimiento, el del horror al vacío.

Debo decir que este sentimiento no siempre deriva en depresión sino en frialdad. Durante las tomas que hice de Sepia Officinalis percibí gelidez, un nivel de frialdad que es como cuando a uno se le han caído los motivos para estar ilusionado en la vida. Es posible, pues, que Sepia Officinalis sea interesante para percibir qué queda, en relación a nuestros motivos para vivir, cuando a éstos se les retira el componente fantasioso o ilusionante. La respuesta es frialdad, una forma de hacer las cosas en la que no hay ningún componente que verdaderamente entusiasme. Estamos hablando de una vida árida, fría, calculadora o distante en relación a lo emocional.

Otros elementos que pueden servir para comprender cómo es el perfil de la persona que encaja con Sepia Officinalis giran en torno a la impotencia y a la fragilidad. El asunto está en que la persona no quiere ser vista como tal y hará los posibles para esconder su vulnerabilidad. Puede llegar a un punto en que el escondite se vuelva un verdadero laberinto, incluso para si misma. Por tanto, la persona Sepia Officinalis es susceptible a intromisiones, hasta el punto de estar ahuyentando a amigos sin darse cuenta. Una persona así no lleva bien que los demás conozcan lo que ella no quiere dar a conocer: una fragilidad que rehúsa quedar a la vista. Incluso, para el individuo Sepia Officinalis que acude a terapia, es posible que mantenga sus secretos ante el terapeuta. Teme el descontrol si se abre y se confía.

A partir de estos hechos podemos comprender hasta qué punto podemos estar disfrazando nuestra vulnerabilidad a través de pensamientos-basura, discursos-basura, actividades-basura, creencias-basura, relaciones-basura. Lo peor es que la persona no sea consciente de estos montajes y quede perdida en su propio laberinto. Por tanto, pues, cuando el individuo Sepia Officinalis no es consciente de esta forma de defensa, persistirá en los errores, incluso rechazando ayudas, las cuales, dicho sea de paso, son percibidas como intromisiones que hay que ahuyentar. Y aquí está el tema: la persona ahuyenta aquello que podría beneficiarla. Y no estoy hablando de ayudas o terapia sino, incluso, de oportunidades para su desarrollo. Dicho con otras palabras: el individuo Sepia Officinalis rechaza salir de su laberinto por temor a su propia impotencia. Lo curioso del caso es que esta impotencia puede estar siendo percibida como prepotencia o soberbia por los demás.

Sepia Officinalis describe a alguien que trata de avanzar por la vida sin referentes emocionales. O mejor dicho, que ve que sus referentes se desmoronan continuamente. Ello da como consecuencia que la persona no tiene clara su identidad (tropieza en sus propios pies) y tampoco se identifica con nada ni con nadie (tiende a aislarse). Estamos hablando, pues, de alguien que cae o tropieza debido a si mismo. Son sus defensas las que la llevan a caer.

Así, pues, el objetivo de las tomas de Sepia Officinalis es un retorno a la transparencia primigenia que permita restaurar la confianza, permitiendo que la persona supere una sensación de fracaso o inadaptación. Es muy posible que estos indidividuos hayan visto caer su fe en edades tempranas. Por la misma razón, además, los referentes del éxito y del reconocimiento. Estas personas no fueron reconocidas, y la consecuencia de ello es andar escondiendo su necesidad de ser aceptadas. Se podría decir que avanzan por la vida con el estigma de no ser nadie para los demás. Lo peor del asunto es que cuando reciben el amor o el reconocimiento que anhelan, lo rechazan. Y todo se debe a una pérdida de confianza y a un rechazo de la ayuda externa. Por tanto, pues, tomas de Sepia Officinalis para desprogramar las capas de autodefensa.

Una forma de observar cómo son estas defensas es viendo a la persona hablar mucho sin decir nada; o hacer mucho sin producir; o relacionarse con muchos tipos de persona sin nutrirse verdaderamente con ello. Puede, no obstante, ser alguien con intereses espirituales, al menos aparentemente. Sin embargo, pronto veríamos que esta espiritualidad tiene un componente defensivo o reactivo. Se podría decir que el único recurso en el que confiar son los ángeles, Dios o lo que entienda que es lo superior. Sin embargo, insisto, es posible que todo ello forme parte de los mecanismos de defensa.

Otra forma de cuestionar el comportamiento de Sepia Officinalis es preguntando a qué le conduce tanto ruido interno, tantas relaciones que no le corresponden, tantos pensamientos especulativos que genera, tantas fantasias-basura, tantas pérdidas de tiempo o tanto desorden mental.

Lo que para la Sepia es su defensa, el chorro de tinta que arroja, para la persona es ruido, palabras o actividades que no llevan a ningún sitio.

En la persona Sepia Officinalis hay una vulnerabilidad innominada y sutil que guarda poca relación con sus comportamientos defensivos. Ahí veríamos, como señalé antes, a un individuo que habla y habla para no decir nada. O que se ofende fácilmente y proyecta sus palabras en forma de acusaciones, señalando a los demás o criticando la sociedad.
También podemos ver cualidades de Sepia Officinalis en individuos que son muy amigos de los animales, en la medida en que éstos no la juzgarán o pondrán en evidencia sus fragilidades; o acompañadas de personas que no la van a criticar o advertir de algo de lo cual no quiere ser advertida.

En relación a esto último, la susceptibilidad del individuo Sepia Officinalis le lleva a reaccionar ante lo que quizá no sean críticas. Es posible que atribuya tales intenciones en los demás a sus propias fantasías auto-defensivas. Podríamos decir que esta persona convierte lo que podría ser fácil en difícil.

Además de lo indicado, Sepia Officinalis tiene otras formas de taparse. Por ejemplo, un trabajo en el que no se sentirá reconocida, pero que le servirá para hacer crítica a la sociedad. También, la enfermedad, ya sea imaginaria o ficticia; o compromisos abstractos; o teorías de la conspiración. Cualquier cosa que le sirva como excusa para mantenerse en su cada vez más incomprensible laberinto.

Así, pues, el drama de Sepia Officinalis es  falta de complicidad y reconocimiento que ha ido derivando en coraza defensiva. Esta coraza es diferente en cada persona. Podríamos decir que hay personas Sepia Officinalis extravertidas e introvertidas. Veríamos este detalle en el tipo de defensa utilizada. Entre estas últimas veríamos a aquellas que tienden a huir de lo social. O por el contrario, entre las extrovertidas, que se esconden de si mismas en lo social, en el bullicio de los eventos. En cualquier caso, el común denominador gira en torno a no manifestar quiénes son sin las laberínticas defensas, acaso porque manifestarse sin ellas pondría a la luz una vulnerabilidad que teme ser herida o mal comprendida.

Otra prueba de la vulnerabilidad propia de Sepia Officinalis es la identificación de lo que parece ser un no por parte de otros como una agresión de la cual hay que defenderse. Por tanto, pues, el objetivo de un trabajo relacionado con Sepia Officinalis supondría aprender a no tomarse las contrariedades como si fueran imposibilidades, sino como una forma de entender que se trata de una invitación a modificar algo de la propia conducta. Recordemos que Sepia Officinalis tiene tal temor al fracaso que es capaz de rechazar el éxito, y que todas las interpretaciones que haga van en dirección a dar de comer a ese bucle.

Otra forma de defensa podría ser falsificar o esconder la necesidad de ayuda o apoyo. Esta forma da lugar a que la realidad, tanto la interna como la externa, se perciba como deforme. Incluso, los propios intereses o motivos es posible que acaben siendo víctimas de tal deformidad.

El grado 23 de Aries.

El grado en el que reverbera Sepia Officinalis es el 23 de Aries. Este grado refleja a un individuo que está en lucha sin que los motivos estén claros. O, si lo prefieren, alguien que lucha por una causa que no va a ningún puerto, pues sus motivos no están claros y tiende a enrocarse en una defensa que le anula.

El 23 de Aries es uno de los grados más difíciles de entender. Sus motivaciones son muy abstractas y no suelen casar con las demandas de concreción que la vida impone. Así, pues, estamos hablando de alguien que pierde el interés por aquello por lo que sigue luchando. Digamos que se mantiene en lucha porque es con lo único concreto con que puede identificarse.

La persona significada por el grado 23 de Aries utiliza la mundanidad para esconderse. Es decir, lo mundano no es que sea fuente de su interés, sino, más bien, una forma de ausentarse de su propia vida interior. Esta persona utilizará los defectos de la mundanidad – lo injusto de la sociedad, por ejemplo- como excusa para evitar hacer frente a un potencial que rechaza encarnar. Este potencial gira alrededor de la intuición o de la mediumnidad. Puede tratarse de alguien que puede predecir el futuro. Sin embargo, algo hay que no le permite aprovechar plenamente este potencial. Posiblemente sea debido a una mezcla de prejuicio, responsabilidad y, muy especialmente, miedo al fracaso. Precisamente esto último, muy relacionado con el horror al vacío, constituye el factor que genera mayor sufrimiento en estas personas.

El otro elemento a tener en cuenta es que la alianza entre el rasgo fundamental que se corresponde con Sepia Officinalis y el grado 23 de Aries se refleja en una persona soñadora, en la que su mayor temor es que la realidad mundana no secunde sus visiones y anhelos. Ante el temor al fracaso, para defenderse, es posible que abomine de su propio potencial, o que se niegue a aceptar las oportunidades que se le presentan. Por lo tanto, podríamos decir que el trabajo a desarrollar consistiría en despejar la mente de prejuicios y visiones negativas. Es decir, que la interpretación que la persona hace de su potencial esté apoyada en una filosofía de vida que resulte propicia para su desarrollo y manifestación. O, si lo prefieren, indagar acerca de si esta persona da más valor a sus nobles propósitos o si, por el contrario, alimenta el bucle de un diálogo interior que le sirve para seguir negándose a sí misma.

Podremos observar manifestaciones de este grado en la actitud de personas que llegan tarde, apresuradas, que hablan mucho para decir nada, que desaprovechan el tiempo, que viven muy socializadas –dispersas en relaciones que no les aportan nada- o atareadas en actividades vacías, o insatisfechas con la vida que viven.

2 comentarios:

Unknown dijo...

excelente artículo, gracias por la valiosa aportación

Jesús Gabriel Gutiérrez dijo...

gracias, Katia !!