Iba a llamar a este post "la felicidad fría", más que nada porque entiendo que la felicidad, si se espera de ella una permanencia, debe saber contenerse. Por contra, una felicidad entusiasmada o narcisista puede llevar al derroche, al idealismo, al desperdicio y a la depresión.
La felicidad es, pues, un asunto que implica responsabilidad.
Aprovecho para saludar a Saturno, que está a punto de decir adiós a su
estancia en el signo de Libra tras dos años de pruebas del algodón de la madurez. Y también saludo a quienes se comporten
con los parámetros de ese signo, por la paciencia que tienen.
Y como la felicidad no pide gran cosa, acabo aquí.
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