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martes, 20 de febrero de 2018

El enigma 2020 y la Criptosociedad


¿Se volverá el capitalismo criptocapitalismo?
¿Se volverá la sociedad criptosociedad?

Me referiré a un tema que nos llevará a experimentar un punto de inflexión en el 2020. Hablo de las conjunciones entre Saturno y Plutón. Y justamente en el 2020 se produce una. De hecho, el 2020 va a ser un año rico en conjunciones, o lo que es lo mismo: un año de finales y principios muy sonados. Vamos, que lo vamos a notar, y muy mucho. A parte de la de Saturno y Plutón, tendremos la de Júpiter y Plutón y la de Júpiter con Saturno. Estamos ante una incógnita que puede ser dramática.

En 1982 se produjo la anterior, la que inicia el actual ciclo sinódico entre Saturno y Plutón que concluye en el 2020. Estamos, pues, ante la agonía del ciclo. Esa conjunción, la de 1982 acaeció en el signo de Libra. La anterior, la de 1947, fue en el signo de Leo. Entre Leo y Libra se forma un armonioso sextil. O lo que es lo mismo: el contenido histórico de los periodos respectivos -1947-1982 y 1982-2020- representa una cierta continuidad lógica. Sin embargo, la próxima, la del 2020, se hace en el signo de Capricornio, que hace cuadratura con el signo de Libra. Ello me lleva a pensar que la ley del péndulo actuará de forma particularmente intensa y dramática. Como Saturno y Plutón tienen que ver con el poder, con quienes lo ejercen y con quienes lo sufren, veremos una actitud como poquísimas veces antes habíamos visto. Este cambio de ciclo viene revestido de un reverdecimiento de lo inquisitivo. En otras palabras: vamos a asistir a un golpe de estado que quienes detentan el poder se hacen a sí mismos. Voy a procurar razonarlo.

La conjunción de 1982 abrió el periodo neoliberal, caracterizado por la deslocalización y desregulación de lo empresarial, de lo laboral, de lo económico y de lo financiero. Se nos vendió la historia de que el progreso era para todos, siempre que las personas fueran lo suficientemente astutas y avispadas. Fruto de esta idea son los nuevos ricos, aquellos quienes supieron llenarse los bolsillos. No me meteré con el tema de la honestidad. Lo cierto es que la crisis que nos ha asolado durante estos años ha sido fruto de toda esa forma de hacer (o de deshacer). Se podría decir que muchos contratos se escribían en servilleta de papel. O lo que es lo mismo: el progreso se basaba en la confianza de unos hacia otros. Esta confianza generó riqueza para algunos y estafas para muchos. Es lo que tiene pasar de lo regulado a lo des-regulado.

A partir del 2020, y lo vamos notando ya, como la conjunción se hace en Capricornio (y en cuadratura con la anterior, la de Libra), vamos a asistir a una super-regulación. Es decir, una regulación obsesiva y neurótica. O dicho de otro modo: la actividad libre, especialmente la profesional, va a ser interceptada. De hecho, cada vez hay más personas que se quejan de que sus cuentas en redes sociales han sido bloqueadas. Por consiguiente, vamos a ir viendo como se forman dos clases sociales: una aristocracia laboral negra y un precariado multicolor. El mundo va camino de convertirse en un feudo desde el cual se intentará controlar todo. Pero el problema no será el control sino la forma que adoptará, neurótica y obsesiva. Ello nos llevará a vivir episodios que nos recordarán a los de la inquisición.

Una consecuencia previsible es que se procurará que en las profesiones no haya demasiadas personas que se dediquen a cada una de ellas. Es decir, podrán desarrollar una carrera profesional unas pocas personas. El resto vivirá del vasallaje y de la prostitución (laboral) a bajo precio.

Ignoro qué pasará con los astrólogos, que tanto proliferamos en las redes sociales. Si aplicamos lo anteriormente dicho, únicamente podrán dedicarse quienes paguen impuestos por su dedicación. Es decir, los que estén dados de alta en el gremio correspondiente. ¿Quiere ello decir que se va a acabar el trabajo ejercido por libre? Es posible.
El otro motivo de inquisición es que se rumorea de que se va a impedir la libre circulación de opiniones. Es decir, supuestamente vamos a ir a un mundo más seguro y mucho menos libre. Bueno, lo de la seguridad es un decir. Supongo que los astrólogos, en la medida que vaticinamos cosas que atañen a los poderosos y a los aspirantes a ejercer el poder, especialmente por parte de quienes hacemos astro-mundial, vamos a ser objetivo experimental. Es algo que lo notaremos progresivamente según atravesemos el 2020. Los motivos para la persecución de la astrología van a volver por sus fueros. Y los que hacen astrología psicológica también van a recibir invectivas por quienes se sientan únicamente legitimados para ejercer oficios psicológicos. O lo que es lo mismo: los astrólogos que quieran ver protegido su trabajo deberán colegiarse, constituirse en aristocracia y pagar impuestos. Y hasta es posible que si los astrólogos nos constituyéramos en colegio profesional, éste acabaría siendo igual de inquisitorial.

Discúlpenme, pero hoy estoy goyescamente fabulador. No me hagan mucho caso.

Para quienes están siguiendo el tema político que afecta a la relación entre España y Catalunya: Este ciclo, el que se inició en 1982, prácticamente discurre en paralelo con la formación del estado autonómico español y el desarrollo y despliegue de las leyes que lo regulan. Como decía antes, ahora estamos en la agonía de dicho ciclo. Pronto veremos qué es lo que pasa con España y con su estado autonómico.


martes, 17 de diciembre de 2013

Iatrogenia industrial, China y las grandes conjunciones

La reducción del Estado. 
x Jesús Gabriel
un astrólogo de Barcelona

El mundo al que nos encaminamos tendrá las finanzas más controladas. Los gobiernos, que habían facilitado la deslocalización y la desregulación de las finanzas, se dan cuenta de lo insostenible de este hecho. Eso sí, maquillando y maquillando la situación con tal de evitar reconocer culpa en el desaguisado. La iatrogenia de los actos humanos es infinita, y hasta es posible que por una acumulación de ellos acabemos pereciendo.

Del Estado del bienestar a la Sociedad (privada) del bienestar.

Vuelvo a ello. Los gobiernos y las instituciones regalaron a eso que llaman mercado, un monstruo de 7 cabezas, todo lo que antes estaba regulado. Y ahora, como decía, en lugar de entonar el mea culpa, aprovechan la crisis para hacer un trueque. Van a tomar eso que regalaron al mercado y a cambio le están entregando los servicios y competencias que hasta ahora venían estando bajo su control. Ello dará lugar a un empequeñecimiento de gobiernos e instituciones. Así, pues, muchos de los servicios de titularidad estatal pasarán traspasarán su gestión a lo privado. De hecho, incluso los gobiernos quizá acaben siendo empresas o sociedades mixtas. O clusters, que empezaron su pujanza en los primeros años 90.

Entretanto, mientras no se completa el trueque, la sensación es de que al ciudadano se le está arrebatando lo que durante generaciones tardó en conseguir: eso que llaman Estado del bienestar. En realidad, como se deduce de todo ello, vamos a pasar del Estado del bienestar a la Sociedad (privada) del bienestar. Es decir, el bienestar está siendo privatizado. Y eso es algo que he ido leyendo en las páginas salmón de los periódicos desde los primeros años 90.

Según pasen los años iremos viendo que esta sensación de pérdida se irá matizando. Es decir, seremos atendidos de otra manera y por otras manos.

Las grandes conjunciones y su impacto en la sociedad.

Como curiosidad les diré que la deslocalización financiera coincidió con la gran conjunción entre Urano y Plutón habida en la década de los 60; que la desregulación aconteció en coincidencia con la conjunción Saturno-Plutón de los primeros años 80, durante la época Reagan-Thatcher; que la formación de clusters y demás sociedades complejas coincidió con la magna conjunción acontecida en los primeros años 90 entre Urano y Neptuno habida sobre el grado 19 de Capricornio. Y que en estos clusters (o como se les quiera llamar en el futuro) está la base de la futura Sociedad (privada) del bienestar y la consiguiente reducción drástica del tamaño de lo estatal. Como decía, los Estados van a poner atención en retomar la regulación a cambio de soltar las joyas de la corona (la sanidad, por ejemplo).
Luego les volveré a mencionar algo sobre el 19 de Capricornio, un grado que contiene la memoria de la conjunción y que recuperará actualidad dentro de unos años.

Iatrogenia industrial.

Sin embargo, y ya que de iatrogenia he hablado, me pregunto lo siguiente:
Si las empresas en sus contabilidades no incluían inversiones medioambientales que compensaran de las consecuencias de la contaminación que ellas producían, puesto que eran los servicios públicos los que se hacían cargo de ello,  cuando sean las empresa quienes tengan que gestionar su propia iatrogenia, puesto que lo estatal se habrá reducido a su mínima expresión posible, ¿no estaremos dando un paso decisivo para que eso que llamamos "conciencia ecológica" acabe por instalarse definitivamente como parte de la cuenta de resultados?

La China que se vecina.

Y ahora les hablaré del grado 19 de Capricornio. Sobre este grado se produjo la gran conjunción entre Urano y Neptuno acaecida en los primeros años 90. Además de la firma del Tratado de Maastricht y de la formación de clusters y sociedades complejas a partir de las cuales será gobernado el mundo, esos años fueron los del surgimiento de la economía china, de su ramificación por el resto del mundo. Se trata de una economía que se expande sin parar. Se dice que China dominará el mundo a partir del 2030. A mi, sin embargo, me parece que va ocurrir antes, que eso de 2030 es una fecha dada por los propios chinos para no dar pistas acerca de la rapidez con que van a actuar. En concreto, eso que se ubica en el 2030 se va a adelantar al periodo que va del 2017 al 2023.

El paso de Plutón por el grado 19 de Capricornio abrirá la vía de tal aceleración, lo cual tendrá lugar a partir del 2017. Y seré entonces que cualquier previsión habrá quedado superada. Sin embargo, antes de llegar a ese año habrá que pasar por el bienio 2015-16, en el que la economía va a entrar en otro periodo difícil, pues la cuadratura Júpiter-Saturno así lo anuncia. Así, pues, habrá que seguir esperando para que eso que llaman brotes verdes sea algo real.


miércoles, 26 de septiembre de 2012

Adiós, Libra, adiós


Adiós, Libra, adiós.
x Jesús Gabriel, un astrólogo de Barcelona.
Saturno está de mudanza. Se ha pasado desde el 2010 en el hogar de Libra y ahora se dispone a solicitar acogida en el de Escorpio. En concreto, el día 5 de octubre. Saturno no suele venir tocando castañuelas precisamente. Más bien se nos presenta como un viejo achacoso y egoísta, alguien que viene a limitar nuestra vida. O eso parece. El caso es que los Libra se merecen un homenaje. Bueno, claro, los Libra que hayan admitido e integrado lo no bonito, la frialdad, la vejez, la arruga, la cana, la decrepitud y la muerte de buen grado. Y no me refiero a lo propio, que también, sino a lo que tienen a su alrededor y que haya supuesto una limitación. Recordemos que Saturno es, además, el recaudador de impuestos, la aduana, los tributos, los derechos de otros sobre uno (y viceversa).

La función de Saturno es poner a prueba las facetas de cada signo. En concreto, su estado de maduración. O, más claramente, la madurez o inmadurez con que se viven las facetas de, en este caso, Libra. Así, pues, como Libra simboliza las relaciones de igualdad, alianzas, matrimonios, pactos, convenios y asociaciones, es más que posible que las personas nos hayamos dado de bruces con algo parecido a un mármol. Digamos que para profundizar en nuestras relaciones hemos tenido que experimentar decepciones fuertes. O, al menos, una sensación de fraude, estafa o traición a la confianza depositada. ¿Nos habremos vacunado de tanta superficialidad, origen de toda decepción?
Así, pues, desde el 2010 nos hemos tropezado con la evidencia de que nuestro bienestar está condicionado por el de los demás (y viceversa). O sea, son las relaciones las que facilitan o impiden la consecución del éxito y del bienestar. Ellas son nuestro cielo o nuestro infierno. 

Nuestros destinos particulares no están aislados. Es necesario entender y aceptar que éstos interactúan por encima de las voluntades individuales. En el mundo que nos rodea, desde que entró Saturno en Libra en el 2010, estamos viendo cómo lo que le sucede a un país repercute inmediatamente en la política global. Es algo que estamos viendo con crudeza. Hasta antes del 2010 se podría pensar que una persona podía diseñar su vida a su modo. Ahora, sin embargo, vemos que ello no es posible sin contar con las coyunturas sistémicas.

Conciencia de compartir.

Saturno en Libra es el gran patrón de la conciencia compartida. No hay posibilidad de avance individual de espaldas a la colectividad. Bien, en realidad puede haberlo, aunque vendiendo el alma al diablo. Así es como se forman las desigualdades sociales, cosa que estamos presenciando en estos años que corren.
El legado de Libra podría haber sido la igualdad y, sin embargo, lo que se ha producido es una mayor diferencia entre ricos y pobres, tanto en el ámbito mundial como en nuestras vidas personales. Vemos a nuestro alrededor personas a quienes les va muy bien y a quienes les va muy mal. Y no es que este hecho se haya intensificado, que también, sino que somos más conscientes de la desigualdad.

La anterior vez que Saturno estuvo en Libra (1980-1982/83) coincidió con la implantación del modelo neoliberal -vía Reagan & Thatcher-, que ha dado lugar a toda la bola de deuda que está aplastando las economías de los países y de las familias.

Igualdad y justicia.

Como ven, no he mencionado la palabra justicia, un atributo muy libriano. Ello da pie a que plantee un par de preguntas: ¿es equiparable lo igual a lo justo? ¿es posible que la igualdad pueda ser injusta o que, aún con buena intención, la acción justa pueda dar lugar a mayores desigualdades de las que se intentaban paliar?

Mi respuesta es que es necesario reflexionar acerca del origen de las desigualdades que presenciamos y que debemos ir más allá de la percepción lastimera superficial

Recordemos que Saturno es el representante astral del concepto de Karma.