lunes, 6 de agosto de 2012

La exclusión social según Quirón

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La desnortación de una sociedad: Quirón sale de la cueva.

Acabé de escribir "Quirón. Viaje alrededor de un sentimiento herido" en el 2002. Fueron nueve meses de trabajo intenso y sumamente creativo. Hasta aquel momento, y ahora también, claro, me interesó todo lo terapéutico y lo psicológico. De hecho pensé que el complemento perfecto de las sesiones con clientes eran los enfoques gestálticos, la psicología cognitiva, el coaching e, incluso, el trabajo con regresiones a escenarios clave en la biografía vital.

El caso es que desde el final de la escritura del libro hasta su publicación pasaron 9 años, justo en el momento en que Ágora de Ideas decide publicarlo. Y no es que Quirón se lo haya pasado durmiendo durante todo este tiempo, más bien al contrario: ha estado evolucionando.

En las presentaciones que hemos hecho he procurado transmitir aspectos y matices derivados de esa misma evolución. Y no es que no estén en el libro, sino que se deben a un interés renovado por la historia. Ahora mismo pienso que, tanto como la psicología y la terapia, son los estudios históricos los mejores aliados de la astrología, la gran ciencia de los ciclos que nos ayuda a relacionar acontecimientos distantes entre sí para interpretarlos y encontrar un hilo conductor que les da sentido. De hecho, la historia es la evolución de la mente colectiva y de cómo los eventos la van esculpiendo. En este sentido, la astrología mundial es clave.

Pues bien, Quirón es interesante considerarlo como un cronocrator de tanto valor como lo pueda ser Saturno, Urano o Júpiter, tanto en la astrología personal como en la mundana.
Resulta curioso ver cómo la representación de Quirón como factor terapéutico, la cual es tenida en cuenta por los astrólogos que cultivan una línea humanista, también puede ser percibida en acontecimientos históricos bien significativos; como, por ejemplo, en situaciones como la actual en la que hay una conjunción entre Quirón y Neptuno, la cual coincide con un aumento alarmante del paro y una precariedad laboral que nos puede remitir al siglo XIX, alrededor precisamente de la fecha del descubrimiento de Neptuno, coincidiendo con etapas igualmente críticas y de semejante naturaleza. O, sin ir más lejos, podemos retrotraernos a la anterior conjunción, acaecida en el siglo XX, en 1945, y que coincidió, entre otros eventos, con el final de la 2ª. Guerra mundial -y la consiguiente posguerra-, con la fundación de la Unesco y con la publicación del célebre libro de Erich Fromm, “El miedo a la libertad”, todo una explicación de los principios de Quirón en voz de un maestro. Por cierto, Erich Fromm tiene en su mapa un aspecto fuerte exacto entre Quirón y Neptuno.

Neptuno representa al indigente, y su conjunción con Quirón coincide con una percepción mayor de este hecho en las calles de nuestras ciudades. Ello nos da a entender que la pobreza y la conciencia a la que nos lleva es algo que está muy en el sustrato de esta combinación: el desnorte de una sociedad y la compasión que se alza de dentro de las personas ante la pobreza que se percibe en el ambiente. Tales situaciones nos llevan a reflexionar sobre un tema muy vinculado a la herida de Quirón, y es la sensitividad ante los fenómenos de pobreza, riesgo de marginación, exclusión social o dolor colectivo.

Las conjunciones de Quirón son señales de la presencia de una conciencia que clama por expresarse a través de eventos que no podemos dejar de pasar por alto.

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