Emperadores, reyes y papas, para alinear los comportamientos del pueblo, fueron trufando el calendario con imposiciones, fiestas y celebraciones. De este modo, anclando símbolos en el inconsciente colectivo, se llega a disponer de un dominio sobre la plebe. Sin embargo, estas alineaciones no eran hechas a capricho o contra natura, pues no funcionarían, sino buscando el momento para ello. Así, pues, el poder procuró una alineación entre los movimientos de los planetas y los movimientos del pueblo que asegurara el status quo. La astrología sirvió a este fin precisamente, pues emperadores, reyes y papas dispusieron de astrólogos que les asesoraban en tales funciones.
Ahora pasa igual en esta aldea humana crecientemente transcultural, compleja y global, sólo que lo que hace que los comportamientos puedan seguir alineados es la economía, el dinero, los movimientos financieros y los rumores y noticias, verdaderas o falsarias, relacionadas con ello. Precisamente el dinero, y lo que nos acontece con él, ha acabado convertido en el lenguaje universal, en algo que todo el mundo entiende (sin entender realmente) más allá de razas, etnias, culturas y diferencias idiomáticas. Dicho sea de paso, ante el dinero tan sólo reaccionamos y por eso no entendemos nada en relación a él. Digamos que el dinero es la forma de comunicación más opaca y eficaz. En esta gran Torre de Babel que es la humanidad, el dinero hace y deshace, pues nos lleva a reaccionar manteniéndonos ignorantes ante su mandato. Eso sí, para que el dinero genere el efecto alineador, emperadores, reyes y papas siguen teniendo en cuenta los movimientos de los planetas. En otro post les hablaré de ello.
Los signos zodiacales de todas las astrologías -occidental, china, etcétera- son decretos energéticos utilizados para garantizar esta alineación de comportamientos. Hoy, sin embargo, es el dinero el gran decretador. No obstante, la misma mentalidad que tomó en cuenta la directriz energética para alinear comportamientos a través de celebraciones, fiestas e imposiciones, hoy hace eso mismo con el dinero y la economía. Y los ciclos están siempre ahí, indicando y señalando trayectorias.
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