Está habiendo mucha conciencia sobre los efectos perniciosos de los medicamentos. Se ha dicho que la farmacéutica es una industria perversa, que, además, se apropia y patenta lo que la naturaleza da. Pronto, diría alguno, nos venderán también el aire. Sin embargo, el asunto va a cambiar: debido a la crisis, a los recortes, al cese progresivo de la financiación a través de la seguridad social e, incluso, a la caída de ésta, etcétera. O mejor dicho, más que cambiar, mutar. Y resulta que ya estamos en ello. Muchos se preguntarán qué será de la industria farmacéutica, que se ha lucrado gracias a la financiación prodigada por la seguridad social. Si ésta cierra, ¿qué pasará con la industria del fármaco? Otra pregunta: Con el poder que tienen las farmacéuticas, que parece que manden más que los gobiernos, ¿qué será de ellas si la seguridad social cae y las personas no pueden pagar sus medicaciones?
Continuará en la 2a. parte.
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