por Jesús Gabriel Gutiérrez
Según la
ciclología china, el año se divide en 5 partes, cada una de ellas ligada a un
elemento, el cual, a su vez, está relacionado con un sistema de órganos, con un
modo de sentir, de ser y de estar, con un cierto rango de acontecimientos y con
unas actividades en las que el humano participa como un actor más dentro de una
gran trama energética. El movimiento sucesorio orgánico que hacen estas partes
a lo largo del año también es perceptible en el ciclo de 10 años, de suma
importancia en la ciclología china.
Estas partes
o elementos son:
Tierra,
Metal, Agua, Madera y Fuego, cuyas respectivas atribuciones fueron descritas en
el número 84 de Training and Development Digest. También hay publicado un libro
que trata este tema extensamente. Su título es “La Empresa y los 5 elementos.
Medicina China y Management Holístico”, publicado por Almuzara en su colección
de Economía y Empresa.
En este
artículo pondré el inciso en la capacidad predictiva de dicho sistema,
abarcando el periodo que comprende desde ahora y hasta el 2020.
Sin embargo, antes de ponernos en ello les diré que esta concepción del tiempo es cíclica, lo que quiere decir que cada una de estas etapas está vinculada sistémicamente a las otras cuatro. En concreto, cada una de ellas, y de acuerdo a sus atributos, está muy vinculada a la que le antecede, de tal manera que los acontecimientos que la caracterizan tienen su causa y su repercusión en la anterior y en la posterior respectivamente. Lo interesante aquí es que la anterior de la anterior puede resultar de gran importancia para equilibrar y superar una problemática. Por ejemplo: elemento Tierra está relacionado en el dinero; el anterior es Fuego, que está relacionado con el liderazgo. Podríamos interpretar que la crisis financiera tiene su origen en una falta de liderazgo. Si tomamos el elemento anterior al Fuego, la Madera, nos indica que la formación, el ingenio, el talento y la creatividad van a ser importantes para superar la situación. Más interesante es tomar en cuenta que cada elemento está relacionado con unos meses del año y con unos años en concreto, como vamos a ver ahora.
Agua
El riñón es
el gran auditor del cuerpo. Es el representante del elemento Agua, y estos años
-2012 y 2013- son años de Agua. Y como las empresas funcionan de modo similar y
análogo al del cuerpo, podríamos decir que el riñón económico se está
manifestando a través de reajustes profundos y exhaustivos en las cuentas institucionales
-ahorro, filtraje, todo muy "riñón" metafórico-. Las agencias de
rating y las auditorías son las protagonistas de estos dos años, pues
representan actividades muy renales, de "Agua". El elemento Agua es
el tamiz del sistema. El equivalente corporal, como decía, es el riñón, el
órgano más conservador de todos. Se trata de una etapa en la que el análisis,
la escrutación y las auditorías –el riñón y la audición están muy relacionados-
lo ocupan todo y afectan a todas las cosas, con una tendencia obsesiva a entrar
en detalles. También simboliza la semilla que, tras caer del fruto y
descomponerse, germina y se capilariza bajo tierra, a oscuras, discretamente,
fuera de nuestra vista, tomando la sustancia con la que luego brotará y nos
mostrará sus excelencias. Así, pues, en esta etapa primará el trabajo callado y
contenido, bajo tierra, procurando no dar por buenos proyectos antes de que
hayan sido auditados, tamizados y sometidos a la prueba del algodón. Dicho de
otro modo: hasta todo el 2013, las auditorías, la deuda, los rescates, los
bancos, las instituciones, la monarquía, el euro y Europa misma, etcétera,
seguirán siendo protagonistas de las conversaciones circulantes. También lo
será el equivalente metafórico de un término hospitalario: las diálisis que el
riñon social y económico requieren… o, más bien, la diálisis que al enfermo le
van a retirar por insostenibilidad del sistema.
Madera
Los años Madera van a
ser 2014 y 2015. Este elemento es el que más relación tiene con la creatividad,
la formación y la pedagogía. En esos años va a percibirse una revolución en el
campo de la formación, en los colegios, en las universidades, en la relación
que tienen éstas con la sociedad. Por otro lado, todo lo que ahora es motivo de
reflexión acerca del futuro tomará una fuerza importante durante esos años. Ahora, siendo de Agua (2012 y
2013), lo importante es enraizar, tomando conciencia, visualizando cómo las raices
van ramificando bajo tierra al tiempo que auditamos cómo hemos funcionado hasta
ahora.... y así hasta que llegue el momento en que un nuevo paradigma empiece a
brotar sin parar (que va a corresponder con el elemento Madera - años 2014 y
2015).
Como decía, el 2014 y
el 2015 van a ser los años más favorecedores para emprender. Muchas de las
iniciativas que se pusieron en marcha en años anteriores se transformarán,
cambiarán de manos o, simplemente, caerán por falta de consistencia. El
elemento Madera está simbolizado por los brotes verdes, por el inicio de algo,
de una idea o proyecto, que habría estado germinando bajo tierra, a oscuras. Es
por ello que aquellas iniciativas que han brotado aceleradamente y sin la
germinación adecuada, caerán por falta de raíz. Por otro lado, aquellos
proyectos que emerjan como consecuencia del trabajo silencioso realizado en los
años anteriores van a ser los que lideren el cambio real.
Como la emoción
asociada al elemento Madera es la ira, es posible que durante esos años se
produzcan movilizaciones de indignación, bastante diferentes de las habidas
hasta ahora, acaso más crudas y violentas.
Fuego
El elemento Fuego es
el que mejor se corresponde con la directiva y la gobernanza de una
organización o de un país. Durante estos años -2016 y 2017- se va a poner a
prueba el liderazgo y la solidez moral. Es una etapa que va a requerir
congruencia y simbiosis entre las actitudes y los valores que dicen defenderse.
Y también va a ponerse en evidencia la calidad en la transmisión que los líderes
puedan transmitir a las instituciones, a las familias y a la población. Durante
estos años pueden abrirse grietas que pondrían de manifiesto ciertas anomalías
y desacuerdos entre intereses y necesidades. Debido a ello, la caducidad del
viejo paradigma se hará más evidente y pondrá encima de la mesa un gran debate
acerca de la viabilidad de los actuales sistemas políticos, al menos en lo
referente a las organizaciones que tradicionalmente han intervenido como poleas
de transmisión entre el pueblo y sus líderes. Me estoy refiriendo a partidos
políticos y sindicatos. Durante estos años el modelo de participación se va a
reinventar profundamente.
Tierra
El elemento Tierra está encarnado en lo
corporal por el sistema bazo-páncreas-estómago; y en lo organizacional, por la
productividad, la logística, la administración, la contabilidad, el transporte,
la distribución, las compras y las ventas. Es el elemento que tiene una
relación más clara con la economía y las finanzas. Puesto que bazo-páncreas
tiene una incidencia directa sobre la calidad de la sangre en el cuerpo, y
habida cuenta de que la sangre es el dinero corporal, podríamos decir que el
equivalente social del bazo-páncreas son los departamentos antes citados. El
dinero como medio y el dinero como resultado es un asunto que compete al
elemento Tierra. En el plano individual, Tierra se percibe en nuestro sentido
práctico y productivo, en cómo gestionamos nuestra economía y nuestra salud.
Sigamos. Resulta que el episodio que
contribuyó a disparar lo que hoy estamos viniendo a llamar “crisis financiera” tuvo
lugar en el 2008, durante la estación correspondiente al elemento Tierra y que
abarca desde mediados de agosto hasta final de octubre, momento de activación del
bazo-páncreas colectivo, el sistema financiero global. Además, los años
acabados en 8 y en 9 son años Tierra. Y si, como dicen los economistas, el
referente histórico con que se puede comparar es la crisis de 1929, y que el
mes en que ocurrió fue octubre, veríamos ahí una curiosa doble coincidencia
–elemento Tierra, tanto por el año como por la estación-.
El próximo periodo regido por este
elemento va a ser el 2018-2019, años en los cuales se verá si las medidas a
adoptar dan buen resultado. Esos dos años serán algo así como la prueba del
algodón.
Metal
El Metal es el
elemento que rige las relaciones externas: con clientes, con quienes
compartimos intereses, con otras empresas, otros países, otras culturas, etcétera. Es el elemento a través del cual se definen
las conveniencias, los pactos, las alianzas. Así, pues, la comunicación y el
lenguaje toman protagonismo en una etapa en la cual la credibilidad de los
argumentos va a ser la que construya puentes entre modos diversos de entender
la vida. Durante los próximos años Metal -2020 y 2021- todo lo relacionado con los
mundos árabe y chino tomará un relieve inusitado. A partir de esos años, la
economía empezará a remontar y podremos empezar a hablar y a respirar de otra manera.
Un nuevo paradigma y una nueva conciencia empezarán a caminar con paso cada vez
más firme.
Y, si me permiten que
me adelante, el 2026, un año Fuego, va a ser el año en el que los reajustes que
se están haciendo, visibles e invisibles, habrán dado lugar a un gobierno
mundial que comportará una reinvención de los territorios en Europa, lo cual da
para debatir si los estados-nación siguen siendo útiles o no para la viabilidad
de un gobierno supranacional europeo.
Otro día les haré una
ampliación acerca de cómo utilizar el conocimiento de los ciclos que puede
resultar muy útil para personas, empresas y organizaciones.
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