Abolición del uso libre del dinero

Abolición del uso libre del dinero.

Aviso: No quiero resultar escandaloso. Si la astrología nos puede servir es porque describe un orden. Los ciclos nos ayudan a relacionar eventos y a percibir sus ritmos y puntos de inflexión, sus crisis, sus momentos determinantes y las ideas-fuerza subyacentes en ellos.

A continuación voy a exponer el resultado de mis pesquisas. Ruego no se las tomen al pie de la letra.

- Nos estamos preparando para salir del euro. La cosa apunta para que sea alrededor febrero de 2013. (aquí me equivoqué, aunque sí es cierto que a partir de esta fecha se dejó de hablar del euro para pasar en tromba a hablar del caso Bárcenas y los 1001 ladrones. Es decir, salimos del euro y nos metimos de lleno en el lodazal de la corrupción). Y eso no es todo. Luego vendrá un proceso muy delicado consistente en la abolición del uso libre del dinero, lo cual iremos viendo con mayor claridad a partir del 2017. De ahora al 2020 van a ir sucediendo muchas más cosas. Este devenir nos llevará a entender que la razón de esta crisis no tiene nada que ver con lo que unos y otros dicen. Es más, las actuales explicaciones quedarán obsoletas. En realidad nada de lo que ocurre es imputable a eventos pasados únicamente. El futuro tiene mucha fuerza. Es nuestro potencial colectivo por desarrollar, que tira y tira de nosotros. Todo lo que vamos a ser ya está aquí, vivo y sin desvelar. Tan sólo falta que emerja. Tiempo al tiempo.

Lo que acabo de explicar no va a venir solo. Dos tipos de eventos van a ir desarrollándose de forma paralela. Se trata de una triple revolución. A saber:

- La actual situación económica es inseparable de lo relacionado con el petróleo. Si cada vez es más costoso perforar, la rentabilidad a la baja de esta fuente de energía hace que tenga los años contados. Economistas y políticos, salvo alguna excepción, y con una opacidad que clama al cielo, no parecen tener mucho interés en incorporar este hecho a sus discursos. En paralelo a ello, y mientras no se encuentre el modelo de negocio a aplicar para el futuro paradigma energético, se están gestando dos tipos de acontecimientos que ahora paso exponer.

- La gran revolución no sólo va a ser sólo energética sino, más aún, laboral y sanitaria. Y todo ello con el apoyo de avances tecnológicos y científicos relacionados con las neurociencias y con la nanotecnología. Nuevos materiales, como ahora el grafeno, van a colaborar conjuntamente. Algunos de ellos serán emulaciones bioinspiradas, biomiméticas, que se podrán adherir al tejido natural. Las explicaciones que recurren a lo económico, como cité antes, sólo son pantallas. Lo que acontece alrededor del dinero es el lenguaje que el sistema utiliza para encarrilar el asunto, para mantener en la opacidad los cambios reales.

- La precariedad en el ámbito laboral va a propiciar la creación de algo parecido a una cartilla de racionamiento subvencionada con lo mínimo. Las personas trabajarán sin cobrar. Esta medida afectará a aquellas funciones o puestos de trabajo que puedan ser desarrollados por cualquier otra persona. Quedarán exentas aquellas ocupaciones que requieran de una gran destreza personal, lo cual nos llevará a una nueva clase social formada por personas que aportan un gran valor añadido, poseedoras de un talento no encarnable por otras. Esta clase social tenderá a blindar sus privilegios como antaño lo hacían los señores feudales. Para el resto de la población laboral, quienes trabajen ocupados en funciones que puedan ser desarrolladas por cualquier individuo -los hasta ahora denominados asalariados-, la dicha subvención existirá siempre y cuando accedan a trabajar gratis. Ello ya da a entender que el estar sin hacer nada no va a recibir ninguna protección. En un entorno que necesita regular el consumo, la manera escogida es haciendo precaria la existencia de la mayoría de personas. Es el paso previo para la abolición del uso libre del dinero.

- Se dice ahora que la seguridad social es insostenible, cosa que vengo leyendo en las páginas de economía de los periódicos desde hace un par decenios. El caso es que el mantra va a funcionar de tanto cantarse hasta hacer que todo el mundo esté de acuerdo. La cobertura sanitaria, representada por la susodicha tarjeta, va a cambiar en la siguiente dirección: Tendrán acceso a la seguridad social y al mercado de trabajo quienes consientan dejarse implantar una tarjeta nanotecnológica. Esta será la manera de introducir los avances neuro-tecno-lógicos en lo más íntimo de nuestras vidas. La intimidad quedará abolida y sustituida por tales formas de control.

- Y todo esto ocurre en medio de una recesión económica, de un apalancamiento que va a seguir así hasta el 2020 como mínimo. En otro post ya comenté cómo la ciencia de los ciclos describe el devenir económico. Les invito a que se lo lean. Lo encontrán en este enlace: La biología del sistema. La economía como ser vivo.

Ya ven que el paradigma en ciernes dejará de un lado el imperialismo que ha dominado la historia de nuestro mundo occidental de los últimos 600 años. A partir de ahora, y de manera creciente, vamos a ir viendo que lo que se va a ir imponiendo es el pragmatismo y la racionalidad, y que bajo esta excusa se van a acometer un montón de medidas, algunas de ellas bastante opacas y siniestras. Sin embargo, nada nuevo bajo el Sol, nada que no haya ocurrido antes bajo formas distintas. Lo que antes fue la inquisición con respecto a la libertad, dentro de bien poco lo será el pragmatismo con respecto a la intimidad.

Conclusión.

Bueno, no me hagan mucho caso. Menos mal que todo es ficción, que todas las explicaciones son ficticias, y que lo único que vale la pena es la experiencia directa.

Ah, y de lo que dije del euro, de su supresión o de que pueda haber países que salgan de él, tampoco crean que es importante. Recuerden que en esta historia de opacidades y sombras el lenguaje vehicular es económico, lo cual no quiere decir que la realidad sea así. Lo que acontece en el mundo es mucho más que eso. Y en el devenir de Europa, el euro no tiene tanta importancia. Hay otras cosas que tienen más fuerza y de las cuales no se habla.