Actaea Racemosa y el grado 15 de Aries: la negación a sobresalir.
Por la constancia que hay de ella en las materias médicas, suele recomendarse Actaea Racemosa a personas habladoras, que parlotean, acaso para taparse. Disertar para desertar, diría yo. También suele aplicarse en los casos en los que hay miedo al parto. Es posible que se trate de personas que no quieren tener hijos, o que viven la perspectiva del alumbramiento con temor a la muerte. Debido a ello, es posible que haya personas que hayan preferido adoptar hijos antes que engendrarlos. Este miedo podría venir de una memoria de otros partos habidos en la familia cuyo final fue la muerte del bebé o de la madre.
El miedo residual, que se traduce, en otros casos, en un mimo excesivo a hacer las cosas bien (por miedo a hacerlas mal, o a matarlas en el intento de hacerlas bien). Ello conlleva una tensión o estado de alerta sutil y continuo, como si a la que uno se descuidara el resultado de la acción pudiera acabar en tragedia.
La descripción psicológica correspondiente a Actaea Racemosa en relación a personas habladoras, podría referirse a una forma de defensa ante el vacío o la incertidumbre. Como si la abundancia en palabras fuera una tapadera ante el propio miedo. Por ello, Actaea Racemosa podría ser de interés para:
a.- personas que son víctimas del afán parlanchín de otros.
b.- hijos/as de madres que quedaron impregnadas por el miedo de éstas al parto y que tienen todavía registrada la congoja de aquel momento.
Curiosamente, uno de los síntomas para los que Actaea Racemosa va indicado son las contracturas en los hombros, en el cuello, en las cervicales. Quizá sea una zona en la que se experimenta tensión, opresión, corte, ahogo. Acaso sea ello una revereración procedente de aquella experiencia primigenia.
El simbolismo de estos síntomas puede dar pistas acerca de las posibilidades de Actaea Racemosa: la negación a sobresalir, a sacar la cabeza, a distinguirse de los demás, a dar un paso adelante, a mostrar claramente las propias necesidades (de apoyo, de afecto, de protagonismo, de atención). O, aún más, la tendencia a cortarse la cabeza cuando uno ve que sobresale.
Actaea Racemosa y el grado 15 de Aries.
El grado en donde Actaea Racemosa reverbera es el 15 de Aries. Este grado está sub-regido por la Luna. En un signo en el que todo él está regido por Marte, esta excepción no deja de augurar una paradoja.
La encarnación relacionada con el grado 15 de Aries se dejaría ver en personas inquietas y brillantes a las que no se les ha dejado sacar la cabeza (o no han querido sacarla, por las razones que sean). Se trataría, pues, de alguien que vive entre dar vía a su impulso creativo o atenerse a lo que se supone que los demás esperan de él: que siga dócil ante los mandatos con los que fue educado. El resultado de ello, ya en la madurez, puede ser muy variopinto en función de cómo la persona haya encajado en el rompecabezas: puede tratarse de alguien a quien se le impide sobresalir; o puede ser que no quiere sobresalir, mientras los demás le piden que lo haga.
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