Según dicen, ser español (o francés) es un sentimiento de toda la vida. Lo cierto es que el origen del ser español (o francés) es la consecuencia de un lavado de cerebro, una construcción inspirada, o impuesta, por las élites de turno. Los españoles se sienten españoles porque alguien pensó que ello haría que el pueblo se adheriría inquebrantablemente a un sentimiento que les llevaría, entre otras cosas, a la guerra.
El sentimiento nacional arranca de la Revolución Francesa y, aún más, de la época napoleónica. Napoleón, que se coronó emperador él solito, promovió el sentimiento nacional en los franceses. Y fue así que consiguió implicar en tareas bélicas a personas situadas fuera del estamento militar profesional. De rebote, y para hacer frente a las guerras napoleónicas -la guerra de la independencia-, los españoles también fueron ganados para la causa patria a través de la inculcación de un sentimiento nacional.
Y esto a qué viene, preguntarán. Les explico: me encuentro con una amiga que me comenta, en relación al proceso independentista que se vive en Catalunya, que le sienta muy mal la idea de dejar de ser española, ella, que lo es y mucho. Mi amiga no sabe que el origen del "ser español" es la explotación del pueblo llano como mano de obra barata ante las guerras napoleónicas que se avecinaban. Por otro lado, el sentimiento de ser español (o francés) facilita la alineación de las conductas y de las motivaciones del pueblo. Antes de ello, y aún ahora, las festividades dedicadas a santos y vírgenes también servían para tal fin como generadoras de conductas que se alinearan según conviniera a las intenciones del guión.
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