Grandes confusiones en la historia de la humanidad.
A menudo, los cambios no vienen cuando uno quiere o cuando estamos con la conciencia puesta en ellos. Las más de las veces los cambios acontecen cuando bajamos la guardia, cuando los damos por perdidos o nos despistamos. Algo así va a suceder durante estos años.
Muchas de las cosas a las que aspiramos se ven favorecidas cuando el yo consciente deja de poner piedras sobre el camino que el inconsciente tiene trazado. Así, pues, contemplemos como las circunstancias se tejen y se destejen; hagamos lo posible para olvidarnos de lo que estábamos persiguiendo, para favorecer que lo perseguido se haga presente.
Ciclología comparada.
La etapa actual se asemeja a esta otra: 1847 - 1861. En lo colectivo, los fallos en el liderazgo (el yo social comandado por los dirigentes) facilitan que emerja un nuevo marco cultural y de relaciones. Vemos la caída de las viejas formas mientras las nuevas todavía no se muestran claramente. Es en este ínterin cuando reverdecen las utopías; como si el humano, que las llevaba adormecidas, viera en estas etapas de confusión una oportunidad irrepetible para construir un mundo mejor. Luego, cuando acabe esta etapa, vendrá la hoz y cortará lo que tenga que cortar. Habrá desaparecido de escena una parte de la élite y vendrá otra con otros modos, otras formas. Habremos encontrado, a partir del 2025, el liderazgo de recambio que nos inspire la confianza. Entonces, volveremos a una cierta comodidad y volveremos a depositar nuestros anhelos de paz en la parte alta de la pirámide. Ahora, mientras no llega ese año, aprovechemos el mareo del liderazgo convencional viniéndose abajo.
Cae un mundo, un marco, y emerge otro, aunque el lienzo sea el mismo. Las manos que manejan el mundo de la política y de las finanzas se abren sin querer. Se cometen fallos sistémicos que nos dan a entender que los líderes tampoco saben qué hacer ni a dónde llevar a la manada.
Por otro lado, viendo que la cultura del dinero se ha visto sacudida por burbujas y corrupciones, las personas buscan otros marcos de referencia que le garanticen el bienestar y la seguridad más allá de la economía. Aparecen otros valores. Acaso se produzca un retorno a la religión como elemento cohesionador. Una vez hemos visto que el dinero ha entrado en descrédito, quizá sea bueno que emerja un interés por la mística, por la espiritualidad, por la fe, por los valores intangibles.
Me atrevo a decir que el budismo será la religión del sistema capitalista, y más constatando el empuje del Islam. Será una forma de contrapeso, entre otras cosas. Es posible que surja una alianza entre lo político y lo económico con el budismo y el cristianismo. Intuyo que la alfombra hace tiempo que está puesta. Y más teniendo en cuenta que una alianza así puede hacer de contrapeso de la influencia creciente de China.
Una etapa semejante a la actual (2011 - 2025) se vivió durante el siglo XIX (1847 - 1861). En ambos casos, Neptuno transitaba por Piscis. Se trata, como decía, de una combinación que presagia un cambio de marco social, religioso y económico. Sin embargo, gran parte de la fuerza de esta etapa sobreviene como consecuencia del caos, del fallo sistémico, de una desorientación colectiva. Todo lo cual puede ser aprovechado para dejar que el inconsciente de la colectividad se manifieste sin las piedras de los conceptos ligados al yo.
En la 2a. parte de este artículo les daré más detalles.
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