Sobre la procrastinación y la tendencia a dejar que los problemas se eternicen.
En relación a la procrastinación, tan relacionada con el Quirón astrológico, no es cosa única de los políticos. En realidad todos somos procrastinadores en el algún punto o area de nuestra vida. Esa tentación de dejar para más adelante asuntos cuya ejecución hoy pondrían en evidencia nuestra incompetencia. Esa es la sombra bajo la que crece la procrastinación.
Entonces, pues, no queremos soltar el elemento de control, aunque sea ilusorio. Ocurre, por ejemplo, en la relación de los padres con los hijos, cuando nuestros mayores no pueden reconocer un error, pues hacerlo pondría en peligro la figura de autoridad que supuestamente encarnan. Es decir, el pilar en el que se sustenta la familia y la política es el mismo: la autoridad, aunque ésta frecuentemente se basa en que las incompetencias estén convenientemente maquilladas. Ya se sabe, la culpa de algo siempre la tiene otro.
Como los políticos, pues también tenemos un Quirón en nuestra vida cotidiana, solemos dejar asuntos para mañana (o para nunca jamás), especialmente aquellos que requieren de un nivel de audacia que nos pondría en el brete de tener que salir de nuestra área de comodidad. Con la procrastinación dejamos para mañana la resolución de conflictos y la toma de decisiones que acaso hoy no nos vemos con la competencia adecuada para afrontar. Y ahí está la cosa: en evitar las consecuencias. Entonces, para distraer nuestros problemas, dejándolos al lado, lo que hacemos es dejar que la burocracia mental ocupe mayor espacio en nuestras vidas. Esta burocracia es la consecuencia de tener claro a qué se es leal, o mantener lealtades que se contradicen entre sí. Y así es como se crean todavía mayores problemas, y hasta enfermedades.
En relación a la procrastinación, tan relacionada con el Quirón astrológico, no es cosa única de los políticos. En realidad todos somos procrastinadores en el algún punto o area de nuestra vida. Esa tentación de dejar para más adelante asuntos cuya ejecución hoy pondrían en evidencia nuestra incompetencia. Esa es la sombra bajo la que crece la procrastinación.
Entonces, pues, no queremos soltar el elemento de control, aunque sea ilusorio. Ocurre, por ejemplo, en la relación de los padres con los hijos, cuando nuestros mayores no pueden reconocer un error, pues hacerlo pondría en peligro la figura de autoridad que supuestamente encarnan. Es decir, el pilar en el que se sustenta la familia y la política es el mismo: la autoridad, aunque ésta frecuentemente se basa en que las incompetencias estén convenientemente maquilladas. Ya se sabe, la culpa de algo siempre la tiene otro.
Como los políticos, pues también tenemos un Quirón en nuestra vida cotidiana, solemos dejar asuntos para mañana (o para nunca jamás), especialmente aquellos que requieren de un nivel de audacia que nos pondría en el brete de tener que salir de nuestra área de comodidad. Con la procrastinación dejamos para mañana la resolución de conflictos y la toma de decisiones que acaso hoy no nos vemos con la competencia adecuada para afrontar. Y ahí está la cosa: en evitar las consecuencias. Entonces, para distraer nuestros problemas, dejándolos al lado, lo que hacemos es dejar que la burocracia mental ocupe mayor espacio en nuestras vidas. Esta burocracia es la consecuencia de tener claro a qué se es leal, o mantener lealtades que se contradicen entre sí. Y así es como se crean todavía mayores problemas, y hasta enfermedades.
2 comentarios:
Muy interesante la reflexión sobre la procrastinación. Y me la aplico .
No sé dónde tengo mi Quirón astrológico, aunque tengo mi carta astral . ¿Hay alguna pista para que encuentre su situación?
Seguiré investigando en tu blog, el cual considero muy interesante. Un saludo.Franchesca
Hola, Franchesca...
Depende de con qué programa estés calculando, lo verás o no lo verás.
Si lo calculas on line, te recomiendo esta web:
http://www.astrospica.net/
muchas gracias !!
Publicar un comentario