Un estudio sobre el fanatismo y el escepticismo espiritual.
Entre
otras exquisiteces, Petroleum aborda la relación entre el ideal de
conducta y la actitud real. Beethoven, un claro ejemplo de ello, personificó como
nadie la esperanza en un mundo mejor y la decepción consiguiente. Lo que
él esperó de Napoleón
y lo que finalmente ocurrió describe a la perfección
el perfil psicológico de Petroleum.
Diríase
que Petroleum acaba por no creer en nada, o eso es lo que parece. Sin embargo,
una percepción más fina y profunda nos
llevaría a captar un comportamiento
decepcionado en relación a lo humano. Llegados a este
punto habría que diferenciar entre fe,
esperanza e ideal, y lo que las personas somos capaces de hacer (o de no hacer)
por ello.
Por
ejemplo, hay quien se confiesa ateo, o anti-religioso, porque las personas que
dicen profesar alguna religión muestran una actitud inmadura y
mezquina en relación a eso que dicen creer.
Desde
el punto de vista de quien represente el carácter relacionado con
Petroleum, podría decirse que se trata de alguien
que experimenta o capta la dramática contradicción
entre lo que se dice defender, ya sea de carácter ideológico
o religioso, y el comportamiento concreto que se tiene en relación
a ello; entre la honorabilidad a la que se aspira y la mezquindad en la que uno
cae.
Por
poner un ejemplo, alguien que hubiera nacido y crecido en una determinada fe
religiosa podría abominar de ella al percibir las
incongruencias por parte de aquellos que dicen profesar tales creencias. La
percepción de lo discordante o
contradictorio entre el valor de lo que dice defenderse y lo que debería
hacerse puede derivar en hostilidad hacia el valor mismo. Por ejemplo, si
alguien predica la caridad cristiana y su comportamiento no es caritativo,
puede llevar a una visión crítica de lo esencial
cristiano por parte de quienes observen esta discordancia. Y lo mismo podría
decirse en relación a otras religiones, creencias o
ideologías proclamadas como nobles y
encarnadas superficial o mezquinamente.
Como
el mundo es un espejo, podríamos decir que la incoherencia
percibida por Petroleum, entre lo que el humano realmente hace en relación
a lo que dice hacer, nos llevaría a pensar que se
trata de alguien descontento de si. Vamos, que no se soporta. Este descontento
tiene una especificidad, y es que es difícil de contener
emocionalmente cuando es detonado, lo cual puede ocurrir cuando se está muy
implicado socialmente. O dicho de otro modo, cuando la persona Petroleum abdica
de defender el ideal y el bien común, debido al
descontento, posiblemente intente aplacar su discordia mediante el trabajo y la
auto-explotación en beneficio de su propio yo. De
este modo, Petroleum convierte su incoherencia en penitencia a través
del trabajo y del lucro.
Puede
ocurrir, además, que desarrolle una actitud cínica
o crítica en relación a valores morales y éticos,
especialmente cuando percibe que alguien los enarbola como si fuera una
bandera, lo cual nos llevaria a pensar que Petroleum es un escéptico,
cuando es más bien alguien que sufre de decepción
por ver que un mundo mejor no es posible debido a la mezquindad reinante.
La
salida al drama existencial de Petroleum tiene varias vías:
a.-
abdicar de toda creencia, procurando una madurez de comportamiento que le lleve
a uno a aceptar la patética contradicción
entre lo que se dice creer y lo que uno hace en realidad.
b.-
volverse escéptico, burlón,
frivolo o explotador, tanto de las creencias como de los creyentes.
c.-
ser compasivo de corazón en relación
a la mezquindad de quienes exhiben fastuosamente su religiosidad o idealismo,
sin perder el tiempo criticándolos.
Petroleum
y el grado 4 de Sagitario.
La
religiosidad (o el interés por lo religioso) sagitariana
encuentra en este grado una particularidad: la concentración
de lo espiritual en uno mismo. Al situar lo sagrado en el interior de las
personas nos encontramos con una paradoja, pues Petroleum y este grado resultan
ser una personificación de alguien que sigue siendo
idealista por más que lo niegue y lo disfrace con
escepticismo. Petroleum, pues, debe sobreponerse a la decepción,
a la idealización del humano, tolerándose
primero a si mismo.
Con
el tiempo y el pulimento que obtendrá en la madurez,
Petroleum dejará de identificar las formas concretas
con que escenifican los humanos sus creencias espirituales o religiosas con el
fondo real de la experiencia comunitaria.
Desde
este punto, tal y como le sucedió a Beethoven, Petroleum
se ganará el respeto de sus congéneres
cuando ya no pueda escuchar sus aplausos.
En
definitiva, Petroleum es alguien que debe aprender a tolerarse a si mismo, pues
esos reproches que proyecta sobre las incongruencias de los demás
son los suyos propios.
Muy
relacionado con ello, un factor muy afín a Petroleum y al
grado 4 Sagitario es el dogmatismo y el fanatismo, tanto por activa como por
pasiva. Es decir, el perfil de Petroleum puede retratar a una persona que ha
sufrido de dogmatismo en su propia familia. Por tanto, pues, puede haber un
remanente en su interior en forma de censura o autocensura. Y hasta es posible
que haya que buscar en el árbol genealógico
correspondiente algunas de las trazas que dan de comer al dogmatismo como, por
ejemplo: credulidad, candidez y obediencia ciega a dictados de otros, celos y
sentimientos de inferioridad no reconocidos, anhelos de autoimportancia o
megalomanía, nostalgia de tiempos pasados que
ha quedado enquistada en la psique, duelos no completados, intolerancia y falta
de empatía, exclusiones y expulsiones del
sistema por motivos religiosos o ideológicos, homofobia o
xenofobia, etcétera. Por tanto, pues, esta persona
puede estar tratando inconscientemente de evitar decir lo que realmente piensa,
acaso para evitar una reacción fóbica o dogmática
por parte del otro. Incluso, que también podría
ser, en su defensa por la tolerancia, la libertad y la apertura, la persona
puede llegar a incurrir en una forma febril de defensa que puede llegar a
parecer fanática.
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