El giro de la tortilla: 1975 - 2014.
O, si lo prefieren, Saturno devorando a (parte de) Convergència i Unió.
Vamos a pasar por un gran centrifugado, y nunca mejor dicho. A por la segunda transición, la de verdad. La primera, la que aconteció justo al morir Franco, fue un pacto de silencio. El franquismo, debido a ello, siguió tal cual hasta el día de hoy. Más que el franquismo, vivimos en el final del imperialismo hispano, que se resiste a aceptar que su declive llega hasta más abajo del suelo.
De todos modos, de este tema ya me explayé en los artículos “Recalentamiento de la Constitución española”, “El Poder del 39”, “El ciclo de las buenas familias” y “Las ocupaciones de Barcelona”, por poner unos ejemplos.
En este escrito voy a señalar un detalle que tiene que ver con la coalición que gobierna en Catalunya, Convergéncia i Unió.
Unió Democrática de Catalunya es un partido fundado en 1931, pocos meses después de Esquerra Republicana de Catalunya, que lo hizo en febrero del mismo año. En concreto, en noviembre. Fue de la siguiente manera: Un grupo de notables se ponen de acuerdo para crear un partido de tendencia democrática y cristiana, como su propio nombre indica. A diferencia de ERC, que se formó en medio de una gran resonancia, UDC da a conocer que se había fundado a través de un periódico. Así, pues, estamos hablando de un partido muy suyo. Lo curioso del caso es que la reciente escisión, la protagonizada por Vila d’Abadal, ha sido muy semejante en sus trazas a la forma de fundarse UDC.
Convergència Democrática de Catalunya se funda en 1974, en Montserrat, Barcelona. En un principio, y esto es lo curioso, se concibe con la intención de aglutinar a otras fuerzas políticas que ya existían, Unió entre ellas. Así, pues, la reunión fundacional no fue anunciada para formar un nuevo partido sino una plataforma más participativa. Similar, por decirlo en pocas palabras, a lo que fue en su tiempo la Assemblea de Catalunya y el Consell de Forces Polítiques de Catalunya, y a lo que hoy podría ser la Assemblea Nacional de Catalunya, el Frente Cívico, la CUP, el Procés Constituent, etc
Volvamos a 1974. Unió no se disolvió en la plataforma llamada CDC, y bien que hizo. Quizá veía venir que la cosa no iba de plataforma abierta sino de partido encubierto. Cosa que se confirmó un par de años más tarde, en 1976, cuando CDC pasa a convertirse en un partido político como los demás, con todo lo que ello comporta.
Vayamos a 1978. Lo astrológico, y aquí viene la ayuda, nos indica que en la Carta fundacional de UDC se produjo un crash. Se trataba del divorcista Urano pasando por su ascendente. Se trata de un tránsito que únicamente acontece una vez cada 84 años. En concreto, en el otoño de ese mismo año, que es cuando se produce la expulsión de uno de sus líderes más destacados, Anton Cañellas. Se estaba gestando el cambio que condujo a que las personas se pusieran a bailar frenéticamente a la caza y captura de un lugar en la febril vida política de aquellos años de democracia inicial.
Unos cuantos años más tarde, éstos en los que estamos, o lo que es decir, en el 2014, ese mismo tránsito se va a producir sobre la carta natal de CDC. Ello puede indicar que una escisión está al caer, ya sea en el mismo partido, CDC, o en forma de divorcio con respecto a su socio, UDC. Las consecuencias que cualquiera de las dos opciones pueda dar lugar supondrán una migración de personas de unos partidos a otros. O, incluso, que algunas salgan a toda velocidad de la gran centrifugadora.
Interesante. La música que dio lugar al baile que se produjo justo durante la transición, en el que las personas buscaban su lugar en el rompecabezas político, vuelve a sonar. Como entonces, aunque con otros personajes, algunas de las plataformas integradoras de movimientos que ahora están funcionando en paralelo a los partidos políticos convencionales, acabarán convertidas, transformadas, fusionadas o absorbidas.
La historia se repite.
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