La taxonomía astrológica distingue dos patrones relacionados con las estafas. A saber: Neptuno y Plutón. ¿Y cómo sabemos que hay estafas? Pues gracias a los estafados, que alzan su voz. Estos, los que se alzan, son plutonianos. Sin embargo, hay estafados que no se alzan, ya sea porque no se atreven, porque les resulta vergonzoso reconocerlo, porque alzarse supondría expresar furia, porque son mansos o, simplemente, porque no se han dado cuenta. Estos últimos son neptunianos, y forman la inmensa mayoría de la especie humana. Es obvio que los estafadores no proclaman su condición. Son los estafados, cuando se alzan, quienes señalan en una determinada dirección.
Me referiré ahora a las estafas relacionadas con Plutón. Pero vayamos por partes:
Una forma de estafa, aunque les parezca extraño que relacione ambos términos, fueron los sacrificios humanos. O si lo prefieren, las actuales estafas tienen su origen en la creencia humana de que los dioses agradecerán y prodigarán fortuna entre quienes entreguen a sus hijos en sacrificio. Me pregunto qué concepto de Dios puede tener alguien que considera que le irá mejor si entrega a a sus iguales en sacrificio. A sus iguales es un decir, pues quien se atribuye la potestad de decidir sobre el tema es porque ha desarrollado un carisma que resulta incontestable por los componentes del clan. Es decir, quien entrega a inocentes en sacrificio es porque cuenta con la complicidad del resto de la sociedad. En consecuencia, las mayor parte de las estafas suceden por consentimiento de toda la pirámide social. O lo que es lo mismo: participamos en estafas cuyo resultado será la entrega de inocentes en sacrificio, cosa que sólo vemos cuando la capacidad de la estafa para permanecer oculta rebosa los límites del armario. Y aunque vivimos en una sociedad supuestamente secularizada, el viejo rastro de muertes sacrificiales aún está aquí. Otra forma de sacrificio incruento podría ser, por ejemplo, el pago de impuestos. Y es de este modo que la pirámide social se perpetúa, manteniendo así los privilegios de una minoría, la cual es llevada a hombros por la gran mayoría.
Plutón tiene mucho que ver con las estafas. Y las estafas pueden ser financieras, bancarias, económicas, religiosas, culturales, políticas, ideológicas e, incluso, institucionales. Pues bien, el tránsito de Plutón por Capricornio nos ayuda a percibir y entender estos hechos. Desde que ingresó, en el 2008, nuestra sociedad no deja de estar atónita por la cantidad de corrupciones que salen del armario. Es como si se nos hubiese caído la venda de los ojos, y todo lo que venía sucediendo de tapadillo ahora lo vemos a las claras.
Durante el 2020 nos afectará en primera instancia la conjunción entre Saturno y Plutón. Los aspectos entre Saturno y Plutón están relacionados con estafas institucionalizadas. De tan institucionalizadas, que ni nos damos cuenta de hasta qué punto nos afectan. Es como decir que el sistema operativo de la sociedad, heredado del Imperio Romano, fuera todo él fraudulento. Sin embargo, como es tan antiguo rara vez pensamos en ello de forma consciente. Podríamos decir que los aspectos entre Saturno y Plutón hablan de estafas que perviven durante generaciones, transmitidas de unos a otros a través de creencias.
En cambio, los aspectos entre Júpiter y Plutón sí que suelen estar relacionados con ese tipo de estafas que estallan en nuestras narices. Estos aspectos son relativamente frecuentes, lo cual indica que los estafadores son muy creativos, y que se las ingenian para proponer nuevos y diferentes juegos.
En el artículo que le dediqué al sistema Ponzi (en este enlace: Planeta Ponzi) observamos que Carlo Ponzi tenía en su carta una conjunción entre Júpiter y Plutón. También tiene un aspecto fuerte Bernie Madoff. Y también lo tiene Baldomera Larra, precursora en España de las actuales estafas piramidales. Y adivinen qué dirigentes políticos tienen en su Carta aspectos entre Júpiter y Plutón: pues casi todos. Incluso Pedro Sánchez, que cuenta con una cuadratura entre Júpiter y Plutón. ¿Veremos en el 2020 con qué nos sorprende?
En cuanto a tránsitos generales, los aspectos entre Júpiter y Plutón dan muy buenos ejemplos: La eclosión de la crisis financiera (2007-2008) de la pasada década coincidió con una conjunción entre ambos. Y la anterior conjunción, la de 1994, coincidió con lo que en España se denominó como "cultura del pelotazo". Y en 1999, año en que se abolió la Ley Glass Steagall, que protegía a los pequeños ahorradores, había un quincuncio entre ambos. La abolición de esta ley es la que permitió la proliferación de productos bancarios fraudulentos. Y la lista es larga, con aspectos fuertes, incluyendo el quincuncio, entre Júpiter y Plutón.
Para concluir: hace unos días alguien preguntó si podría haber algún día en el que el humano deje de mentir (ni estafe, ni engañe). Y la respuesta es que no. La mentira está tan instalada en la sociedad como lo está en la naturaleza, en la que hay animales que traman emboscadas, engañan, se hacen pasar por otros, cambian de color, etcétera... y todos ellos son carnívoros. ¿Será que deberíamos dejar de comer carne?
Y para finalizar, una pregunta: ¿Siguen las élites gubernamentales ofreciendo al pueblo en sacrificio a sus dioses, para obtener de ellos favores, diseñando crisis financieras y políticas a tal efecto?
Una forma de estafa, aunque les parezca extraño que relacione ambos términos, fueron los sacrificios humanos. O si lo prefieren, las actuales estafas tienen su origen en la creencia humana de que los dioses agradecerán y prodigarán fortuna entre quienes entreguen a sus hijos en sacrificio. Me pregunto qué concepto de Dios puede tener alguien que considera que le irá mejor si entrega a a sus iguales en sacrificio. A sus iguales es un decir, pues quien se atribuye la potestad de decidir sobre el tema es porque ha desarrollado un carisma que resulta incontestable por los componentes del clan. Es decir, quien entrega a inocentes en sacrificio es porque cuenta con la complicidad del resto de la sociedad. En consecuencia, las mayor parte de las estafas suceden por consentimiento de toda la pirámide social. O lo que es lo mismo: participamos en estafas cuyo resultado será la entrega de inocentes en sacrificio, cosa que sólo vemos cuando la capacidad de la estafa para permanecer oculta rebosa los límites del armario. Y aunque vivimos en una sociedad supuestamente secularizada, el viejo rastro de muertes sacrificiales aún está aquí. Otra forma de sacrificio incruento podría ser, por ejemplo, el pago de impuestos. Y es de este modo que la pirámide social se perpetúa, manteniendo así los privilegios de una minoría, la cual es llevada a hombros por la gran mayoría.
Plutón tiene mucho que ver con las estafas. Y las estafas pueden ser financieras, bancarias, económicas, religiosas, culturales, políticas, ideológicas e, incluso, institucionales. Pues bien, el tránsito de Plutón por Capricornio nos ayuda a percibir y entender estos hechos. Desde que ingresó, en el 2008, nuestra sociedad no deja de estar atónita por la cantidad de corrupciones que salen del armario. Es como si se nos hubiese caído la venda de los ojos, y todo lo que venía sucediendo de tapadillo ahora lo vemos a las claras.
Durante el 2020 nos afectará en primera instancia la conjunción entre Saturno y Plutón. Los aspectos entre Saturno y Plutón están relacionados con estafas institucionalizadas. De tan institucionalizadas, que ni nos damos cuenta de hasta qué punto nos afectan. Es como decir que el sistema operativo de la sociedad, heredado del Imperio Romano, fuera todo él fraudulento. Sin embargo, como es tan antiguo rara vez pensamos en ello de forma consciente. Podríamos decir que los aspectos entre Saturno y Plutón hablan de estafas que perviven durante generaciones, transmitidas de unos a otros a través de creencias.
En cambio, los aspectos entre Júpiter y Plutón sí que suelen estar relacionados con ese tipo de estafas que estallan en nuestras narices. Estos aspectos son relativamente frecuentes, lo cual indica que los estafadores son muy creativos, y que se las ingenian para proponer nuevos y diferentes juegos.
En el artículo que le dediqué al sistema Ponzi (en este enlace: Planeta Ponzi) observamos que Carlo Ponzi tenía en su carta una conjunción entre Júpiter y Plutón. También tiene un aspecto fuerte Bernie Madoff. Y también lo tiene Baldomera Larra, precursora en España de las actuales estafas piramidales. Y adivinen qué dirigentes políticos tienen en su Carta aspectos entre Júpiter y Plutón: pues casi todos. Incluso Pedro Sánchez, que cuenta con una cuadratura entre Júpiter y Plutón. ¿Veremos en el 2020 con qué nos sorprende?
En cuanto a tránsitos generales, los aspectos entre Júpiter y Plutón dan muy buenos ejemplos: La eclosión de la crisis financiera (2007-2008) de la pasada década coincidió con una conjunción entre ambos. Y la anterior conjunción, la de 1994, coincidió con lo que en España se denominó como "cultura del pelotazo". Y en 1999, año en que se abolió la Ley Glass Steagall, que protegía a los pequeños ahorradores, había un quincuncio entre ambos. La abolición de esta ley es la que permitió la proliferación de productos bancarios fraudulentos. Y la lista es larga, con aspectos fuertes, incluyendo el quincuncio, entre Júpiter y Plutón.
Para concluir: hace unos días alguien preguntó si podría haber algún día en el que el humano deje de mentir (ni estafe, ni engañe). Y la respuesta es que no. La mentira está tan instalada en la sociedad como lo está en la naturaleza, en la que hay animales que traman emboscadas, engañan, se hacen pasar por otros, cambian de color, etcétera... y todos ellos son carnívoros. ¿Será que deberíamos dejar de comer carne?
Y para finalizar, una pregunta: ¿Siguen las élites gubernamentales ofreciendo al pueblo en sacrificio a sus dioses, para obtener de ellos favores, diseñando crisis financieras y políticas a tal efecto?