Trumbo o el retorno de Espartaco (Kirk Douglas o el 155).
Tras una re-visión de esta película, que me ha sabido tan bien o mejor que la primera vez, llego a la conclusión de que lo que en ella se cuenta se está repitiendo en el contexto presente. Se me ocurre, por poner un ejemplo cercano, compararlo con el asunto que nos ocupa en Catalunya , con el tema de la sedición independentista y la caza de brujas que se está dando.
El caso es que en el cosmos de Dalton Trumbo hay de todo. Incluso si tomamos la película y la descuartizáramos, salvando las distancias culturales, históricas y en relación al tema que trata, encontraríamos similitudes con la actualidad presente en las diversas funciones que los personajes desarrollan en pantalla. Me parecieron de interés los papeles, a parte del de Donald Trumbo, el de Helen Mirren (periodista, que se podría equiparar a muchos periodistas de por aquí y de por allá), el de John Goodman, el de John Wayne y, por supuesto, el de Kirk Douglas, capital. Luego están los chivatos, los traidores, los amigos incombustibles, la familia que apoya incondicional, los otros perseguidos. Y luego, claro está, tenemos los inquisidores, los perseguidores de la libertad, los paranoicos, los burócratas.
A parte de esta comparación, Trumbo es una gran película, muy bien guionada y dirigida, con un actorazo en estado de gracia, Bryan Cranston, en el papel protagonista.
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