Sepia Officinalis y el grado 23 de Aries.
Durante las tomas de Sepia
Officinalis sentí verdadero horror al vacío. Y no es que no lo hubiera
experimentado antes. La diferencia está en la conciencia de cómo nos las
apañamos para regatear o parchear este sentimiento. A partir de este hecho,
vemos que una gran parte de nuestros actos son totalmente estériles. Es decir,
no sirven mas que para mantenernos entretenidos en relación a ese sentimiento.
Por todo ello, no es de
extrañar que Sepia Officinalis se recomiende a mujeres que experimentan
depresión post-parto, una situación que se puede percibir e identificar con
facilidad. Sin embargo, qué me dicen de esta depresión cuando no surge de razones
concretas. Podemos pensar que el campo de acción de Sepia Officinalis es más
amplio del que nos podríamos imaginar. Por tanto, pues, contemplemos qué
razones podría tener una persona para maquillar y distraerse de este
sentimiento, el del horror al vacío.
Debo decir que este
sentimiento no siempre deriva en depresión sino en frialdad. Durante las tomas
que hice de Sepia Officinalis percibí gelidez, un nivel de frialdad que es como
cuando a uno se le han caído los motivos para estar ilusionado en la vida. Es
posible, pues, que Sepia Officinalis sea interesante para percibir qué queda,
en relación a nuestros motivos para vivir, cuando a éstos se les retira el
componente fantasioso o ilusionante. La respuesta es frialdad, una forma de
hacer las cosas en la que no hay ningún componente que verdaderamente entusiasme.
Estamos hablando de una vida árida, fría, calculadora o distante en relación a
lo emocional.
Otros elementos que pueden
servir para comprender cómo es el perfil de la persona que encaja con Sepia
Officinalis giran en torno a la impotencia y a la fragilidad. El asunto está en
que la persona no quiere ser vista como tal y hará los posibles para esconder
su vulnerabilidad. Puede llegar a un punto en que el escondite se vuelva un verdadero
laberinto, incluso para si misma. Por tanto, la persona Sepia Officinalis es
susceptible a intromisiones, hasta el punto de estar ahuyentando a amigos sin
darse cuenta. Una persona así no lleva bien que los demás conozcan lo que ella
no quiere dar a conocer: una fragilidad que rehúsa quedar a la vista. Incluso,
para el individuo Sepia Officinalis que acude a terapia, es posible que
mantenga sus secretos ante el terapeuta. Teme el descontrol si se abre y se
confía.
A partir de estos hechos
podemos comprender hasta qué punto podemos estar disfrazando nuestra
vulnerabilidad a través de pensamientos-basura, discursos-basura,
actividades-basura, creencias-basura, relaciones-basura. Lo peor es que la
persona no sea consciente de estos montajes y quede perdida en su propio
laberinto. Por tanto, pues, cuando el individuo Sepia Officinalis no es
consciente de esta forma de defensa, persistirá en los errores, incluso
rechazando ayudas, las cuales, dicho sea de paso, son percibidas como
intromisiones que hay que ahuyentar. Y aquí está el tema: la persona ahuyenta
aquello que podría beneficiarla. Y no estoy hablando de ayudas o terapia sino,
incluso, de oportunidades para su desarrollo. Dicho con otras palabras: el
individuo Sepia Officinalis rechaza salir de su laberinto por temor a su propia
impotencia. Lo curioso del caso es que esta impotencia puede estar siendo
percibida como prepotencia o soberbia por los demás.
Sepia Officinalis describe a
alguien que trata de avanzar por la vida sin referentes emocionales. O mejor
dicho, que ve que sus referentes se desmoronan continuamente. Ello da como
consecuencia que la persona no tiene clara su identidad (tropieza en sus
propios pies) y tampoco se identifica con nada ni con nadie (tiende a aislarse).
Estamos hablando, pues, de alguien que cae o tropieza debido a si mismo. Son
sus defensas las que la llevan a caer.
Así, pues, el objetivo de las
tomas de Sepia Officinalis es un retorno a la transparencia primigenia que
permita restaurar la confianza, permitiendo que la persona supere una sensación
de fracaso o inadaptación. Es muy posible que estos indidividuos hayan visto
caer su fe en edades tempranas. Por la misma razón, además, los referentes del
éxito y del reconocimiento. Estas personas no fueron reconocidas, y la
consecuencia de ello es andar escondiendo su necesidad de ser aceptadas. Se
podría decir que avanzan por la vida con el estigma de no ser nadie para los
demás. Lo peor del asunto es que cuando reciben el amor o el reconocimiento que
anhelan, lo rechazan. Y todo se debe a una pérdida de confianza y a un rechazo
de la ayuda externa. Por tanto, pues, tomas de Sepia Officinalis para
desprogramar las capas de autodefensa.
Una forma de observar cómo son
estas defensas es viendo a la persona hablar mucho sin decir nada; o hacer
mucho sin producir; o relacionarse con muchos tipos de persona sin nutrirse
verdaderamente con ello. Puede, no obstante, ser alguien con intereses
espirituales, al menos aparentemente. Sin embargo, pronto veríamos que esta
espiritualidad tiene un componente defensivo o reactivo. Se podría decir que el
único recurso en el que confiar son los ángeles, Dios o lo que entienda que es
lo superior. Sin embargo, insisto, es posible que todo ello forme parte de los
mecanismos de defensa.
Otra forma de cuestionar el
comportamiento de Sepia Officinalis es preguntando a qué le conduce tanto ruido
interno, tantas relaciones que no le corresponden, tantos pensamientos
especulativos que genera, tantas fantasias-basura, tantas pérdidas de tiempo o
tanto desorden mental.
Lo que para la Sepia es su
defensa, el chorro de tinta que arroja, para la persona es ruido, palabras o
actividades que no llevan a ningún sitio.
En la persona Sepia
Officinalis hay una vulnerabilidad innominada y sutil que guarda poca relación
con sus comportamientos defensivos. Ahí veríamos, como señalé antes, a un
individuo que habla y habla para no decir nada. O que se ofende fácilmente y
proyecta sus palabras en forma de acusaciones, señalando a los demás o
criticando la sociedad.
También podemos ver cualidades
de Sepia Officinalis en individuos que son muy amigos de los animales, en la
medida en que éstos no la juzgarán o pondrán en evidencia sus fragilidades; o
acompañadas de personas que no la van a criticar o advertir de algo de lo cual
no quiere ser advertida.
En relación a esto último, la
susceptibilidad del individuo Sepia Officinalis le lleva a reaccionar ante lo
que quizá no sean críticas. Es posible que atribuya tales intenciones en los
demás a sus propias fantasías auto-defensivas. Podríamos decir que esta persona
convierte lo que podría ser fácil en difícil.
Además de lo indicado, Sepia
Officinalis tiene otras formas de taparse. Por ejemplo, un trabajo en el que no
se sentirá reconocida, pero que le servirá para hacer crítica a la sociedad.
También, la enfermedad, ya sea imaginaria o ficticia; o compromisos abstractos;
o teorías de la conspiración. Cualquier cosa que le sirva como excusa para
mantenerse en su cada vez más incomprensible laberinto.
Así, pues, el drama de Sepia
Officinalis es falta de complicidad y
reconocimiento que ha ido derivando en coraza defensiva. Esta coraza es
diferente en cada persona. Podríamos decir que hay personas Sepia Officinalis
extravertidas e introvertidas. Veríamos este detalle en el tipo de defensa
utilizada. Entre estas últimas veríamos a aquellas que tienden a huir de lo
social. O por el contrario, entre las extrovertidas, que se esconden de si
mismas en lo social, en el bullicio de los eventos. En cualquier caso, el común
denominador gira en torno a no manifestar quiénes son sin las laberínticas
defensas, acaso porque manifestarse sin ellas pondría a la luz una
vulnerabilidad que teme ser herida o mal comprendida.
Otra prueba de la
vulnerabilidad propia de Sepia Officinalis es la identificación de lo que
parece ser un no por parte de otros como una agresión de la cual hay que
defenderse. Por tanto, pues, el objetivo de un trabajo relacionado con Sepia
Officinalis supondría aprender a no tomarse las contrariedades como si fueran
imposibilidades, sino como una forma de entender que se trata de una invitación
a modificar algo de la propia conducta. Recordemos que Sepia Officinalis tiene
tal temor al fracaso que es capaz de rechazar el éxito, y que todas las
interpretaciones que haga van en dirección a dar de comer a ese bucle.
Otra forma de defensa podría
ser falsificar o esconder la necesidad de ayuda o apoyo. Esta forma da lugar a
que la realidad, tanto la interna como la externa, se perciba como deforme.
Incluso, los propios intereses o motivos es posible que acaben siendo víctimas
de tal deformidad.
El grado 23 de Aries.
El grado en el que reverbera
Sepia Officinalis es el 23 de Aries. Este grado refleja a un individuo que está
en lucha sin que los motivos estén claros. O, si lo prefieren, alguien que
lucha por una causa que no va a ningún puerto, pues sus motivos no están claros
y tiende a enrocarse en una defensa que le anula.
El 23 de Aries es uno de los
grados más difíciles de entender. Sus motivaciones son muy abstractas y no
suelen casar con las demandas de concreción que la vida impone. Así, pues,
estamos hablando de alguien que pierde el interés por aquello por lo que sigue
luchando. Digamos que se mantiene en lucha porque es con lo único concreto con
que puede identificarse.
La persona significada por el
grado 23 de Aries utiliza la mundanidad para esconderse. Es decir, lo mundano
no es que sea fuente de su interés, sino, más bien, una forma de ausentarse de
su propia vida interior. Esta persona utilizará los defectos de la mundanidad –
lo injusto de la sociedad, por ejemplo- como excusa para evitar hacer frente a
un potencial que rechaza encarnar. Este potencial gira alrededor de la
intuición o de la mediumnidad. Puede tratarse de alguien que puede predecir el
futuro. Sin embargo, algo hay que no le permite aprovechar plenamente este
potencial. Posiblemente sea debido a una mezcla de prejuicio, responsabilidad
y, muy especialmente, miedo al fracaso. Precisamente esto último, muy
relacionado con el horror al vacío, constituye el factor que genera mayor
sufrimiento en estas personas.
El otro elemento a tener en
cuenta es que la alianza entre el rasgo fundamental que se corresponde con
Sepia Officinalis y el grado 23 de Aries se refleja en una persona soñadora, en
la que su mayor temor es que la realidad mundana no secunde sus visiones y
anhelos. Ante el temor al fracaso, para defenderse, es posible que abomine de
su propio potencial, o que se niegue a aceptar las oportunidades que se le
presentan. Por lo tanto, podríamos decir que el trabajo a desarrollar
consistiría en despejar la mente de prejuicios y visiones negativas. Es decir,
que la interpretación que la persona hace de su potencial esté apoyada en una
filosofía de vida que resulte propicia para su desarrollo y manifestación. O,
si lo prefieren, indagar acerca de si esta persona da más valor a sus nobles
propósitos o si, por el contrario, alimenta el bucle de un diálogo interior que
le sirve para seguir negándose a sí misma.
Podremos observar
manifestaciones de este grado en la actitud de personas que llegan tarde,
apresuradas, que hablan mucho para decir nada, que desaprovechan el tiempo, que
viven muy socializadas –dispersas en relaciones que no les aportan nada- o
atareadas en actividades vacías, o insatisfechas con la vida que viven.
2 comentarios:
excelente artículo, gracias por la valiosa aportación
gracias, Katia !!
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