Darse a los demás, no tanto por ellos sino por quedarse tranquilo con uno mismo. Es la apología de la bondad, aunque el motivo sea neurótico: la salvación de la propia alma. El caso es que nunca será suficiente con lo que uno haga; siempre habrá algo que si se deja de hacer acarreará mala conciencia
El asunto de Phosphoricum Acidum es que uno vive en un bucle. A partir de este hecho son posibles dos tipos de situaciones:
1.- La de la persona que sólo encuentra sentido en la vida cuando ayuda a los demás: primero les hace ver que está disponible; luego percibe que es su propio egoísmo el que le lleva a ello; se desmorona al darse cuenta de su juego. Por tanto, pues, esta persona dedica tanta energía a dar de comer al bucle que acaba agotada, procurando ayudar a los demás para salvar su propia alma. Así, pues, encuentra que no puede cerrar etapas, pues siempre acaba encontrando un motivo de culpa si lo hace, creyendo no haber sido lo suficientemente bondadosa. Vamos, que cree que todavía falta algo por su parte para poder emanciparse de la carga de conciencia.
Ya sea por karma, resonancia de vidas anteriores, por la propia voluntad o por obligación aportada por las circunstancias, Phosphoricum Acidum es la apoteosis de la abnegación y de la compasión. De algún modo, la persona habilita a los demás como los jueces que dictaminarán acerca de la salvación de su propia alma. Por ello, les seducirá, les ayudará, se dará a ellos, lo necesiten o no. Si no atina con las necesidades de aquellos a quienes pretende ayudar, éstos la rehuirán y la dejarán sola en sus ruegos. Es posible que este tipo de personas, al menos una de las variantes de Phosphoricum Acidum, opte por dedicarse al cuidado de los animales, de los enfermos sin remedio, de los discapacitados, de los frágiles, de los vulnerables, de los pobres, de los exiliados, de los desheredados, de los desarraigados, de los indigentes... y aún así percibirá que esta ayuda no es suficientemente eficaz, que se entrega sin que ello se traduzca en beneficio alguno. A partir de aquí empezará a girar el bucle de la autovaloración menospreciativa, por un lado, o se planteará si la ayuda y la entrega es más algo que tiene que más ver con la fe que con la eficiencia. Es decir, que lo que justifica la entrega es el hecho mismo, y no tanto las consecuencias que uno esperaba a priori.
Puede ser, también, que una persona con tal vocación, si ya encontró la manera adecuada de ejercerla, se dedique a fines religiosos o terapéuticos. Es decir, que su actitud esté canalizada y ordenada, aceptando los límites de la condición humana. Es la manera de mantener controlado el grifo emocional.
2.- La otra variante está representada por la persona desgastada emocionalmente debido a los cuidados que ha dispensado a otras almas, ya sea por la vocación o por una obligación coyuntural. Las secuelas de este desgaste se perciben en la dificultad para pedir ayuda, como si para sí misma no encontrara permiso o motivo para hacerlo. Se trata de un bloqueo, apatía, desinterés o abandono en relación a sí misma. Como en la opción 1, puede haber apatía sin que haya un motivo claro. Es posible que ello provenga de una reverberación kármica.
Puede darse el caso de que la persona reclame indirectamente ayuda con excusas superficiales que nada tienen que ver con el motivo real. Puede ofrecer ayuda como forma de reclamar para sí lo que no osa pedir de forma directa.
En definitiva, Phosphoricum Acidum describe a alguien sumamente expuesto a las necesidades de los demás, que puede sentirse mal si no hace nada por atenderlas, aún estando en el derecho de no hacerlo. Su diálogo interno gira en torno a merecer salvar el alma a través de la entrega bondadosa. Sin embargo, está en su derecho en poder decidir cómo prodigar esta ayuda y poner límites que le protejan del vampirismo de los demás.
El grado 17 de Cáncer y el desgaste emocional.
El grado de 17 de Cáncer es uno de los que más intensamente encarnan la capacidad para darse, ya sea por recuerdo de otras vidas, por vocación o por obligación moral. De algún modo, el grado 17 de Cáncer representa a la persona que temporalmente ha cancelado la construcción de su propio futuro en favor de una contingencia dramática que la mantiene hipotecada durante gran parte de su existencia. Ello puede haber generado tal desgaste que ha llevado a la persona a borrar o a olvidar cuáles son sus necesidades elementales.
La función de Phosphoricum Acidum es ayudar a re-establecer el contacto con las ganas de vivir que quedaron eclipsadas durante tanto tiempo, llevando a la persona a que sea capaz de identificar y expresar concretamente lo que necesita sin evasiones ni subterfugios.
El asunto de Phosphoricum Acidum es que uno vive en un bucle. A partir de este hecho son posibles dos tipos de situaciones:
1.- La de la persona que sólo encuentra sentido en la vida cuando ayuda a los demás: primero les hace ver que está disponible; luego percibe que es su propio egoísmo el que le lleva a ello; se desmorona al darse cuenta de su juego. Por tanto, pues, esta persona dedica tanta energía a dar de comer al bucle que acaba agotada, procurando ayudar a los demás para salvar su propia alma. Así, pues, encuentra que no puede cerrar etapas, pues siempre acaba encontrando un motivo de culpa si lo hace, creyendo no haber sido lo suficientemente bondadosa. Vamos, que cree que todavía falta algo por su parte para poder emanciparse de la carga de conciencia.
Ya sea por karma, resonancia de vidas anteriores, por la propia voluntad o por obligación aportada por las circunstancias, Phosphoricum Acidum es la apoteosis de la abnegación y de la compasión. De algún modo, la persona habilita a los demás como los jueces que dictaminarán acerca de la salvación de su propia alma. Por ello, les seducirá, les ayudará, se dará a ellos, lo necesiten o no. Si no atina con las necesidades de aquellos a quienes pretende ayudar, éstos la rehuirán y la dejarán sola en sus ruegos. Es posible que este tipo de personas, al menos una de las variantes de Phosphoricum Acidum, opte por dedicarse al cuidado de los animales, de los enfermos sin remedio, de los discapacitados, de los frágiles, de los vulnerables, de los pobres, de los exiliados, de los desheredados, de los desarraigados, de los indigentes... y aún así percibirá que esta ayuda no es suficientemente eficaz, que se entrega sin que ello se traduzca en beneficio alguno. A partir de aquí empezará a girar el bucle de la autovaloración menospreciativa, por un lado, o se planteará si la ayuda y la entrega es más algo que tiene que más ver con la fe que con la eficiencia. Es decir, que lo que justifica la entrega es el hecho mismo, y no tanto las consecuencias que uno esperaba a priori.
Puede ser, también, que una persona con tal vocación, si ya encontró la manera adecuada de ejercerla, se dedique a fines religiosos o terapéuticos. Es decir, que su actitud esté canalizada y ordenada, aceptando los límites de la condición humana. Es la manera de mantener controlado el grifo emocional.
2.- La otra variante está representada por la persona desgastada emocionalmente debido a los cuidados que ha dispensado a otras almas, ya sea por la vocación o por una obligación coyuntural. Las secuelas de este desgaste se perciben en la dificultad para pedir ayuda, como si para sí misma no encontrara permiso o motivo para hacerlo. Se trata de un bloqueo, apatía, desinterés o abandono en relación a sí misma. Como en la opción 1, puede haber apatía sin que haya un motivo claro. Es posible que ello provenga de una reverberación kármica.
Puede darse el caso de que la persona reclame indirectamente ayuda con excusas superficiales que nada tienen que ver con el motivo real. Puede ofrecer ayuda como forma de reclamar para sí lo que no osa pedir de forma directa.
En definitiva, Phosphoricum Acidum describe a alguien sumamente expuesto a las necesidades de los demás, que puede sentirse mal si no hace nada por atenderlas, aún estando en el derecho de no hacerlo. Su diálogo interno gira en torno a merecer salvar el alma a través de la entrega bondadosa. Sin embargo, está en su derecho en poder decidir cómo prodigar esta ayuda y poner límites que le protejan del vampirismo de los demás.
El grado 17 de Cáncer y el desgaste emocional.
El grado de 17 de Cáncer es uno de los que más intensamente encarnan la capacidad para darse, ya sea por recuerdo de otras vidas, por vocación o por obligación moral. De algún modo, el grado 17 de Cáncer representa a la persona que temporalmente ha cancelado la construcción de su propio futuro en favor de una contingencia dramática que la mantiene hipotecada durante gran parte de su existencia. Ello puede haber generado tal desgaste que ha llevado a la persona a borrar o a olvidar cuáles son sus necesidades elementales.
La función de Phosphoricum Acidum es ayudar a re-establecer el contacto con las ganas de vivir que quedaron eclipsadas durante tanto tiempo, llevando a la persona a que sea capaz de identificar y expresar concretamente lo que necesita sin evasiones ni subterfugios.
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