lunes, 18 de noviembre de 2019

Psorinum y el grado 25 de Acuario


Psorinum y el grado 25 de Acuario.
La desesperación y sus maquillajes.

Psorinum es alguien que aparenta ser libre y desapegado, aunque vive internamente con una fuerte sensación de dependencia. Esta contradicción es un verdadero drama, y es algo que resulta observable en el comportamiento, en la actitud y en las motivaciones, que nunca están lo suficientemente claras, en parte debido a la problemática emocional subyacente. Los Psorinum son personas poco dadas a mostrar sus necesidades, pues tienden a identificarlas con vulnerabilidad, lo cual agudiza su desesperación. Son aristocráticamente emocionales, alguien que tiene asignada una función superior a la de los demás, lo cual le lleva a adoptar una fachada de falsa autosuficiencia.

Psorinum parece tener dos cabezas, o dos mentes, en lucha. Por un lado, está la actitud que muestra; por el otro, la actitud real. Y resulta que entre ambas media un abismo. Es decir, la persona vive en una contradicción formada por dos extremos irreconciliables, lo cual genera un drama que se vive sin tregua. Por otro lado, y por esa misma razón, Psorinum es alguien que vive alternancias entre un sentimiento de fusión y un sentimiento de aislamiento. Su dificultad principal es que necesita ayuda y no la pide, y si la pide, cuando la pide, no es posible entender qué es lo que está pidiendo, pues la contradicción intrínseca dificulta la expresión sencilla de las necesidades elementales.

Por todo ello, Psorinum preferiría no necesitar nada de los demás, pues mostrar sus necesidades le lleva a experimentar sensaciones de enorme fragilidad y pérdida de control. En consecuencia, optará por auto-marginarse de toda participación emocional sencilla y llana; o marginar sus necesidades, de tal manera que queden ignoradas o enmascaradas del todo, lo cual convierte a la vida de Psorinum en una bomba emocional.

El complejo relacionado con Psorinum es, sin embargo, una idea fija que parece apoderarse de la persona. Se trata de una emoción idealizada. Y es posible que esta idealización sea una forma de defensa orientada a tapar emociones y comportamientos que resultan costosos de admitir.

Por tanto, podríamos decir que Psorinum trata de un sentimiento de desesperación consistente en no poder ser quien uno quisiera ser. O, si lo prefieren, la desesperación de estar siendo lo que uno no quiere ser. Es decir, entre la ficción que uno pretende encarnar y lo que en realidad está encarnando media un abismo. Por ejemplo: la persona puede tener idealizada una actitud de generosidad y apertura que quiere encarnar, mientras vive episodios de posesividad o celos, emociones éstas inadmisibles según su código.

En Psorinum hay un miedo al vacío , el cual es sustituido por pseudo-objetivos, pseudo-estímulos, pseudo-metas, pseudo-ambiciones; o mediante distracciones estériles y autoengaños diversos. Y es justamente cuando estas máscaras que tergiversan la realidad caen, que uno se queda con su desesperación, con la desesperación que tapaba con afán de proyectar una imagen de persona aparentemente autosuficiente, integrada y equilibrada. Podriamos decir que a la persona caracterizada por Psorinum le falta el contacto básico con la realidad, empezando por su cuerpo y acabando en lo esencial de su ser espiritual. Es decir, a la persona le cuesta saber qué hace en este mundo. Y por tanto, pues, le cuesta captar el sentido de sus limitaciones. Y es así que la persona se falsifica y falsifica sus estímulos, los cuales acaban estallando como burbujas, tergiversando la realidad con su propia mirada autoengañada.

Sin embargo, para Psorinum el antídoto contra el autoengaño quizá no sea el desengaño, que resultaría letal, sino otro engaño, un engaño que le ayudara a situarse gradualmente más cerca de la cruda realidad, de tal manera que la pudiera sobrellevar mejor. Sin embargo, esta engaño no puede ser una defensa sólida o estable, pues parte de una tergiversación que afecta a su identidad, a su forma de expresarse y relacionarse.

El grado 25 de Acuario.

El grado en el que Psorinum reverbera es el 25 de Acuario. Se trata de alguien con ideas fijas pero ilusas. De aquí la dificultad, pues vive encumbrado o sepultado por su peculiar cosmovisión. Psorinum se llena de falsas ideas espirituales o psicológicas en relación a lo que cree que es la vida y al lugar que cree que ocupa en ella. Puede convertirse en un fanático, en un dogmático que tapa su falta de contacto de fondo con interfaces sofisticadas. Podríamos decir que esta persona hace de sus delirios artificios con los que engañarse a si misma y tener engañados a los demás. Una ideología, pues, puede estar dando cobertura estos engaños, aunque es más bien una forma de defensa que una propuesta de progreso En Psorinum hay mucho de reaccionario y poco de progresista, por más que se obstine en parecer lo contrario.

La vía hacia la autenticidad podría venir dada por una mejor conciencia del abrazo primordial con la vida, lo cual ayudaría a ceñir mejor la idea ilusoria en el marco de lo real. Un buen ejercicio para Psorinum sería el silencio, el despoje de toda pretensión por encontrar sofisticadas explicaciones en relación a la elementalidad de la vida.

La conjunción de significados formada por Psorinum y el grado 25 de Acuario nos llevaría al retrato de alguien que no quiere expresar, porque la teme, su condición de indigente, náufrago y vagabundo necesitado de ese abrazo primordial. El problema viene cuando identifica ese abrazo con una expectativa idealizada de relación amorosa con alguien en concreto. Cuando llega a este punto, puede llegar a convertirse en un tirano que exige amor a cambio de nada. Por tanto, pues, el trabajo debe centrarse en dar más protagonismo a la autenticidad de lo que se siente por la vida, y menos, a lo que uno espera de ella, pues es la expectativa frustrada la que pervierte una y otra vez la conexión elemental con lo más sencillo y básico.

Esta persona puede adoptar una pose excéntrica, sofisticada y seductora, acaso orientada a maquillar una tiranía y una vulnerabilidad que no quiere reconocer. Por otro lado, teme ser rechazada, lo cual compensará con manipulaciones, chantajes y coacciones, de tal manera que podría llegar a hacer sentir culpables a los demás. Para tapar la desesperación de fondo, además, podría llegar a infundirse de una imagen alegre y aparentemente despreocupada; o, también, solícita y servicial ante las necesidades de los demás. Y hasta es posible que se ponga a ayudar a otras personas, acaso para paliar su melancolía interior o para seguir camuflando un dolor que le resulta intolerable mostrar abiertamente, pues hacerlo ante la vista de los demás le llevaría a sentir que se está humillando en público. Incluso puede optar por mostrar su vulnerabilidad de forma histriónicamente estudiada y premeditada. Y todo, para tapar una desesperación que no tolera o que no acepta. El quid de la cuestión es que cuando se acerca a la aceptación el nivel de desesperación puede aumentar aún más, generando comportamientos reaccionarios. De aquí que el trabajo deba ser gradual, para poder trasmutar esos engaños de imposibles quimeras por otros más sensatos.

Es muy posible, pues, que esta persona, para compensar el abrazo vital que siente que le falta, haya desarrollado habilidades verbales o psicológicas. Y también es muy posible que utilice esas habilidades para conseguir controlar al interlocutor, para imponerle un discurso, para llevarle a hacer sentir culpable de su vacío emocional. La persona simbolizada por Psorinum y por el grado 25 de Acuario, en caso de crisis de convivencia, procurará que sea el otro quien abandone la relación. De este modo, la persona se perpetúa en el papel de abandonada, dando la fuerza al pernicioso bucle de emociones en el que vive.

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