Para afrontar el caso de
Coffea Cruda nos irá bien entender que la curiosidad y el afán de
experimentación forman parte del centro de la existencia humana, y que una
represión de este instinto debe derivar necesariamente en una forma de
obstrucción mental que puede manifestarse como obsesión. Y la obsesión podría
ser tomada como la reacción ante dicha represión. Es decir, la obsesión sería
una forma de intentar revertir la represión primeriza de la curiosidad por saber.
Así, pues, el carácter de
Coffea Cruda derivado de esta represión se corresponde con la obsesividad y la
compulsión. Podríamos entender que se trata de una debilidad o malformación del
carácter, que es enmascarada o sepultada con obsesiones diversas; o bien
estamos hablando de un problema espiritual que afecta a multitud de facetas de
la experiencia vital –de aquí que tomemos como punto de partida la represión de
la curiosidad como elemento a partir del cual se construye el carácter
obsesivo-compulsivo-.
Podemos ser
obsesivo-compulsivos con la comida, con el deporte, con la sexualidad, con las ideas,
con el saber, con la salud, con el amor, con el trabajo, con el dinero, con los
detalles, con la propia imagen o con el comportamiento de los demás y con el
propio. Cabrían aquí otras formas emocionales que actuarían de forma
complementaria: el miedo a la impotencia, los celos, la incomunicación, la
falta de contacto con el placer primordial, el miedo a ser excluido y, aún más,
la necesidad de que la realidad no esconda nada, como si ésta estuviese al
servicio de la mente humana. Entonces, pues, podríamos relacionar el carácter
obsesivo con el de una persona que no acepta de buen grado la naturaleza de sus
impulsos. Es decir, a partir de este punto podemos entender que estas personas
se interesan por percibir y comprender aspectos de la conducta humana,
justamente aquellos que les cuesta admitir y expresar desde si mismos.
El trabajo de fondo con
Coffea Cruda gira en torno al adiestramiento mental. Estamos hablando, pues, de
una persona que posee una mente que es más fuerte que su voluntad. O lo que es
lo mismo: alguien que vive esclavo de la voracidad escrutadora de su propia
mente. Hablamos, pues, de convertir lo que es una tortura martirizante en una
habilidad al servicio de un propósito.
La necesidad de escudriñar
en los pliegues de la existencia podría convertir a la persona Coffea Cruda en
alguien que investiga, que recela de la apariencia de las cosas, que sospecha.
El fondo del asunto está en la curiosidad, en una curiosidad primeriza que fue
reprimida, pero que, lejos de haber sido eliminada, ha sido amplificada.
Entonces, pues, Coffea Cruda es alguien que quiere liberar su mente de la
tendencia a sospechar. Si el origen de esta tendencia es la represión de la
curiosidad infantil, entonces, pues, el trabajo debe ir dirigido a reconectarse
con la infancia. Es posible que haya que llegar hasta las primeras
prohibiciones para poder desactivar un sentimiento infantil de separación,
verdadero origen de lo compulsivo y de lo obsesivo.
La creatividad de Coffea
Cruda está más orientada a la observación y a la crítica más que a la expresión
espontánea. Y es posible que un desequilibrio excesivo en este sentido sea la
razón de la tendencia obsesiva de la mente, que tiende a fijarse más en los fallos
que en la vivencia del placer.
Coffea Cruda no permite
que los demás le conozcan. Por eso mismo, procura mostrar una imagen de
superficialidad, frialdad, distancia o hermetismo. Coffea Cruda se corresponde
con alguien que prefiere mostrarse flemático o emocionalmente indiferente. Sin
embargo, estos individuos esconden sus misterios insondables en compartimentos
estancos, de tal manera que nadie diría que llevan el infierno en su interior.
La obsesión es un impulso
agresivo reprimido e interiorizado. Además de lo indicado anteriormente, es
posible que en su niñez la persona haya podido presenciar escenas violentas o
dramáticas entre terceros, o desavenencias profundas que fueron silenciadas. Y
es entonces que se vuelve susceptible a todo lo que sospecha que se le oculta.
El grado 23 de
Escorpio.
La reverberación de Coffea
Cruda se manifiesta en el grado 23 de Escorpio. Se refiere a nativos que llevan
una vida exterior aparentemente calmada y equilibrada. Sin embargo, su modo de
ver la vida es como la de un investigador secreto. La capacidad para escudriñar
es insaciable, hasta el punto de crearse preocupaciones que acaban siendo más fuertes que
su voluntad.
El problema de la mente
está en que no todo es intelectualizable. Es decir, la pulsión por mantener
bajo control lo observado lleva a vivir la mente como si fuera un fin en si
misma, cuando es sólo un medio. Por tanto, un reto asociado a Coffea Cruda y su
relación con el grado 23 de Escorpio es la procura del desarrollo de otros
aspectos de la percepción como, por ejemplo, la imaginación, la intuición, la
creatividad, el disfrute... o simplemente, dejar que lo que uno pretende saber
se manifieste cuando corresponda.
Aún con
todo, y para ir cerrando este capítulo, hay que entender que gran parte de las
obsesiones son formas excitadas del intelecto y de las emociones. Y habría ir
con mucho cuidado, pues la persona que encaja con este rubro es posible que
necesite de la excitación que la obsesión le provee. El asunto es cuando la
obsesión se convierte en un martirio sobre el cual no hay manera de ejercer
control. Estamos hablando, pues, de la excesiva excitabilidad. Por lo tanto, la
secretividad, la tortura o el masoquismo, la excitación y la compulsión sexual
confluyen en Coffea Cruda.
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