Argentum Metallicum y el grado 3 de Virgo

Argentum Metallicum y el grado 3 de Virgo: la responsabilidad, la adicción al trabajo y la pérdida del sentido del placer.

La primera toma que hice con Argentum Metallicum (10.000 K) me llevó al baño de inmediato. Deduzco, pues, que Argentum Metallicum puede ir bien para ayudar a sacar de dentro a fuera (tanto en sentido físico como psicológico) y a depurar el organismo de material que resiste a desatascarse de entre los intersticios del cuerpo y de la mente. Así, de este modo, podríamos proponer la palabra “atasco” –psicológico, emocional, intelectual, existencial, etcétera- como uno de los elementos de la psicología relacionada con este medicamento.

Se suele recomendar, sin embargo, Argentum Metallicum para molestias relacionadas con los cartílagos, por ejemplo, entre otras muchas y muy diversas aplicaciones. Deduzco que puede ser interesante su uso como preventivo para desgastes en articulaciones y vértebras. Compruebo, además, que tiene infinidad de aplicaciones: para el cansancio, para el agotamiento, para la inquietud, para la angustia, para la desvitalización, para el estrés, para las prisas subjetivas, para la presión interna, para el sufrimiento, para el sentimiento de culpa, para la rigidez.

Un detalle de interés para captar el funcionamiento correspondiente a este perfil refiere a personas que tienden a tomarse el trabajo como una adicción. O, si no como una adicción, como una forma de estar en la vida en la que la productividad actúa como tapadera o impedimento para el disfrute emocional. Dicho de otro modo: las personas cuya forma de funcionar en la vida esté asociada a Argentum Metallicum suelen caer en preocupaciones, ansiedades o manías, muchas veces calco de las mismas carencias que ya experimentaron con sus padres. Es decir, la persona reproduce la falta de disfrute emocional de sus ancestros, adoptando preocupaciones diversas como excusa. Estos individuos son hijos de padres que se dedicaron más al trabajo y al deber que a prestar atención a las emociones. Estamos hablando, pues, de un lastre que ha ido pasando de una generación a otra. Ahora, por poner un ejemplo, estas personas pueden sentirse culpables si no son lo productivos y lo eficientes que creen que se espera de ellas. Se olvidan, pues, de las emociones, de disfrutar, de compartir, de abrazar y ser abrazadas.

Por los recuerdos que vinieron a mi mente durante los días en que lo estuve probando, tuve un recuerdo del momento del parto, de justo antes de asomar la cabecita. Lo rememoré como especialmente estresante. Había incertidumbre y temor. De ahí deduzco que Argentum Metallicum sugiere anhelo de cambio y, al mismo tiempo, un miedo a lo desconocido que se vive con inquietud difícil de contener.

En alta dilución, Argentum Metallicum puede resultar de interés para investigar acerca de las proyecciones que ejerce la madre sobre los hijos. Es decir, que Argentum Metallicum puede ayudar a una madre a que tome conciencia acerca de cómo sus deseos pueden coaccionar o condicionar la libre voluntad de sus hijos. Y también, para éstos, Argentum Metallicum puede ayudarles a sacarse de encima la tentación de hacer las cosas para contentar las supuestas expectativas de los padres.

Estas proyecciones, si no se abordan, pueden generar en la vida de los futuros adultos un fuerte decepción o resentimiento hacia la figura materna. Por tanto, pues, Argentum Metallicum puede ayudar a nominar y trascender los condicionantes de los que se alimenta esta falta de concordia. Bien, más que resentimiento o falta de concordia, obediencia no deseada o una lealtad que va contra natura.

Un residuo que puede quedar de las proyecciones de los padres sobre los hijos, especialmente de la madre, en el caso de Argentum Metallicum, es un temor a incumplir las expectativas que unos y otros se depositan mutuamente, es decir, a quedarse en deuda permanente. Por ello, además, si está inconsciente y sin nominar, puede haber un miedo a la muerte, a no ser querido y aceptado, a ser expulsado o excluido del sistema. Se podría decir que Argentum Metallicum puede influir vivamente en el recuerdo de haber estado en el útero y haber sentido ahí rechazo, opresión, dificultades y variaciones fuertes en el estado emocional de la madre. Acaso, también, una sensación de rigidez o frialdad experimentada en el útero, tomado éste como metáfora del ambiente emocional.

Otros indicios que pueden estar relacionados con Argentum Metallicum giran en torno a la discontinuidad en los ritmos vitales. Esta discontinuidad puede percibirse de muy diversas formas. Puede haber discontinuidad en los deseos, en las ganas de hacer algo, en el nivel de atención (como si la persona emocional o intelectualmente se ausentara), en los cuidados personales propios, en la regularidad del ritmo fisiológico. Por lo tanto, Argentum Metallicum puede ir bien para mejorar la memoria y la concentración, para neutralizar las intermitencias que hacen que uno no acabe lo que se propone, para las distracciones, ausencias y ensimismamientos.

Es muy posible que en el fondo de la cuestión de Argentum Metallicum haya un temor al fracaso emocional. Derivado de ello es una tendencia por parte de la persona a cargar con situaciones emocionales que vienen de la relación familiar. Posiblemente haya una sensación muy antigua relacionada con la dificultad para sentirse acogido, aceptado y cuidado por el amor de los padres. También puede haber situaciones de soledad infantil que dejan consecuencias en las emociones del adulto. La persona puede resultar hermética o poco dada a compartir sentimientos y a dar a conocer sus necesidades.

A través de la toma sucesiva de Argentum Metallicum (en dilución 15 CH y 200 K) percibí que este medicamento podría ser especialmente útil para la relación entre la enfermedad del Parkinson, el insomnio y las enfermedades cardíacas, especialmente si alguna de ellas la ha sufrido algún otro miembro de la familia

Argentum Metallicum y el grado 3 de Virgo.

Argentum Metallicum reverbera en el grado 3 de Virgo. La pasión relacionada con este grado es el trabajo, el cual puede ser utilizado como trinchera, como manía, como servicio o como una forma de cultivo personal. Ahí queda reflejado el artesano, el perfeccionista, alguien que disfruta reconcentrado en una tarea, la cual puede servirle, de paso, para apartarse de los demás. Si este el caso, puede convertirse en un maniático de los detalles, cosa que le serviría para engrosar la trinchera. Se trata de una actitud que anhela la aceptación pero que, por otro lado, prefiere mantenerse a distancia del bullicio y de las pruebas concretas y directas de cariño, las cuales puede considerar superficiales. Es como un no fiarse de las recompensas fáciles, incluso de las afectivas. No confía en la volubilidad emocional de los demás. Ello puede comportar que su comportamiento resulte difícil de entender, pues se trata de alguien que ha acabado interiorizando necesidades o desviándolas hacia el perfeccionismo laboral. Quiere, no obstante, que se le reconozca a largo plazo por su talento, por su mérito y capacidad de trabajo y servicio. Sin embargo, este motivo nunca quedará satisfecho, pues, como ya he indicado, es una desviación y un enmascaramiento de motivos más esenciales. 

El trabajo, pues, en la medida en que a uno le puede servir para sumergirse en un clima autoprotector, puede ser un sustituto idealizado de aquel útero. También puede ocurrir que la persona no sea consciente de este hecho y se sienta raptada (o se deje raptar) por el trabajo, por las tareas, por las preocupaciones, etcétera.