¿Qué pasaría si el 2012 ocurriera en otro momento?
Se empezó a hablar del 2012 a partir de la década de los 80. En esa época se descubre e interpreta una información arqueológica que apunta a ese año como un momento excepcional en la trayectoria de la humanidad. De hecho, se dice, podría resultar de ahí el final de la historia tal y como la conocemos.
El caso es que, a resultas de tal cosa, se han publicado libros y películas; se han impartido seminarios y cursos; se han pronunciado conferencias; y muchos han hecho del 2012 un modo de vida, un centro de gravedad alrededor del cual giran filosofías y negocios. La teta del 2012 da mucha leche. El mundo alternativo y espiritual recurre de continuo a esa fecha clave para advertirnos de muchas cosas que están clamando al cielo desde hace tiempo. Tales advertencias son repetidas por unos y otros, como si se tratara de un multinivel más. Sin embargo, y si me permiten la herejía, y considerando que estamos en un periodo excepcional desde hace unos meses, me gustaría hacer un poco de ciencia-ficción, una especulación sobre cómo podría haber sido ese descubrimiento arqueológico de haber ocurrido en otro año. Lo formularé en 3 hipótesis diferentes, empezando por una reinterpretación del hecho en si
Hipótesis 1
La época del descubrimiento de lo relacionado con el 2012, mitad de los 80, es propicia para crear una expectativa convertible en negocio. Muchos de los que estábamos ahí también estamos aquí. ¿A quién no le puede interesar vivir la posibilidad de una expectativa de cambio en vida? ¿Tendría sentido plantear un momento así 100 años antes?
Hipótesis 2
Imaginemos que el descubrimiento arqueológico, cuya interpretación vaticinaba que el 2012 va a ser el año de gloria, hubiese acontecido 100 años antes del evento en cuestión. En 1912 no había nadie que pudiera vivirlo. No habría despertado interés entre un público cuya esperanza de vida no llegaba al 2012. Ni tan siquiera el descubridor hubiera podido vender ni una rosca al respecto. No tenía sentido, pues, plantear el asunto con tanta antelación.
Hipótesis 3
Imaginemos que el descubrimiento relativo al 2012 se hubiese efectuado después, por ejemplo, en el 2026. ¿Tendría algún sentido proclamar que en el 2012 se acababa todo cuando estábamos todos en el mismo planeta, el cual seguía girando en torno al Sol? ¿No, eh? Nadie hubiera hecho negocio con una interpretación que auguraba algo que no se hizo realidad.
Conclusión
Un descubrimiento tiene trazas de colar como real si es convertible en una línea de negocio, lo cual es factible si lo que se intenta vender es experimentable en esta vida. Lo relacionado con el 2012, todo y no habiendo ocurrido todavía, demuestra que así es.
Una buena línea de negocio influye en lo real más que la realidad misma.
Sin embargo….
Las posiciones planetarias actuales, las que nos afectan desde hace unos meses, son tan parecidas a las que acontecieron alrededor de 1966-1967, cuando estábamos en los prolegómenos del gran 1968, cuyas secuelas, algunas, pasaron al limbo -y de ahí, al despertar de ahora mismo-, que se podría decir que entre el 2011 y 1968 hay una relación gemela, como si fuera uno espejo del otro. Entiendo que la idea de fondo, la que dio lugar al mayo francés, al festival de Woodstock y a las secuelas de diverso tipo bien palpables por generaciones posteriores, se retiró a meditar a la espera de que otra generación y otra situación la hiciera rebrotar con mayor continuidad y responsabilidad. Y en ello estamos, ¿no?
Y sin nada más que decir, me despido hasta la próxima diletancia
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