Crisis económica y Medicina China
Por Gabriel Gutiérrez
gabriel@pangea.org
Hace ya tiempo que voy viendo cómo el sistema de la Medicina Tradicional China (MTC) de los 5 elementos se adapta estupendamente a la hora de analizar las dinámicas propias de entornos sociales y organizativos. La MTC conlleva un enfoque sistémico en el que la naturaleza y los seres vivos -y los humanos no somos excepción-, evolucionan, formulan y expresan sus emociones y motivos siguiendo el ritmo natural de las estaciones.
La MTC entiende la vida como una gran calendario o mandala orgánico. La estructura de este mandala nos la encontramos en lo mayor –en la naturaleza viva en su conjunto- y en lo menor –en empresas y organizaciones; en nuestro cuerpo y nuestra vida; en la sociedad; etc-. De este modo, la evolución de los asuntos humanos, enmarcados en el paisaje mayor del que forman parte, siguen el ritmo de las estaciones. No evoluciona igual una decisión o un proyecto en primavera que en otoño; no evoluciona igual una relación iniciada en verano que en invierno. Somos sensibles a los momentos, a las estaciones, al día y a la noche. Por otro lado, nuestro cuerpo y nuestra psique funcionan como una empresa; y las empresas en las que participamos también son sensibles al ciclo estacional. Personas y organizaciones evolucionamos dentro de ese paisaje mayor llamado sociedad, la cual, por otro lado, es afectada por un marco todavía mayor que nos engloba a todos y a todas las cosas: desde cómo crece una planta a cómo crece una empresa y las personas que en ella participan.
Según la MTC, el año se divide en 5 estaciones que se corresponden con los 5 elementos y con los 5 sistemas de órganos. Son 5 momentos-fuerza que dan lugar a que en cada elemento del paisaje –países, comunidades, personas, empresas, proyectos- se reproduzca la cualidad de cada momento. Así, pues, cada estación reactiva un elemento, el correspondiente sistema de órganos, las emociones asociadas a cada uno de ellos, los asuntos que esas emociones estimulan y, en las empresas, los departamentos que ejercen funciones equivalentes a las de los órganos en el cuerpo. Si ese órgano, función, asunto o departamento padeciesen de alguna disfunción, ésta se haría más evidente durante la estación que lo reactiva.
Así, pues, y procurando no extenderme demasiado, diré que, según el sistema en el que se ampara la MTC, las cinco estaciones que forman el ciclo anual tienen una duración de unos dos meses y medio cada una. Así, pues, la primavera, que abarca el periodo comprendido entre mediados de marzo y final de mayo, reactiva el sistema hígado-vesícula; el verano, que abarca desde final de mayo hasta mitad de agosto, el sistema corazón-intestino delgado; la llamada quinta estación -entre mediados de agosto y finales de octubre- se relaciona con el sistema bazo-páncreas-estómago; el otoño –entre finales de octubre y principios de enero-, reactiva el sistema pulmón-intestino grueso; y, finalmente, el invierno –desde enero hasta mediado marzo, el sistema renal. Como el cuerpo humano funciona como una empresa -puesto que busca prosperar, economizar, reestablecer, completar y equilibrar-, se podría también decir que una organización –la propia vida personal, la familia, una empresa o la sociedad misma- también lo hace siguiendo ritmos y pautas orgánicas que están activas en la naturaleza.
Haciendo uso de traslaticios y metáforas, podríamos convenir que el sistema hepático se correspondería con la función formativa que podemos localizar en contextos sociales. En el hígado organizativo estarían representadas actividades y profesiones relacionadas con la formación, las escuelas, las universidades, la innovación, la creatividad, el coaching, la psicología, la pedagogía, etc.
El sistema cardíaco se relaciona con las juntas directivas y con la dirección de cada departamento en las empresas y, en general, con el liderazgo, las decisiones, el coraje, el honor, principios, valores y autoestima personal.
El sistema bazo-páncreas-estómago, con la productividad, logística, administración, contabilidad, transporte, provisiones, compras y ventas, economía y sistema financiero en general.
El sistema pulmonar, con el marketing, publicidad, argumentos; con la imagen con que se nos ve, con las relaciones externas, con nuestro lugar en el mercado y en la mente de las personas: con la imagen corporativa.
El sistema renal –regulador del sistema óseo y cuyo meridiano incluye el oído- guarda relación con la historia, el pasado, las estructuras que permanecen; con la experiencia acumulada, con la cultura de la empresa y, también, con las relaciones internas en el seno de la organización (o de la familia), auditorías, selección de personal, transmisiones y herencias.
Pero lo interesante viene ahora. Resulta que los dos episodios más recientes relacionados con lo que se está conviniendo en llamar “crisis económica” han tenido lugar durante la quinta estación, la que reactiva el bazo-páncreas colectivo: el sistema financiero global. A partir de mitad de agosto y hasta finales de octubre transitaremos otra vez por ella. Prestemos atención a lo que pueda suceder. Si durante el tiempo que ha mediado desde el año pasado a éste, se han aplicado las rectificaciones acertadas podría ser que no ocurriera nada. Sería una buena señal que así fuese. Sin embargo, si la terapia aplicada es infructuosa, volveremos a tener otro episodio similar al tenido en las últimas quintas estaciones.
Y ahora, aprovechando que han llegado hasta aquí, les notifico que tengo listo (a falta de algunos pequeños retoques) un libro que acabo de escribir sobre el tema que he expuesto en este artículo, suponiendo que encuentre un editor valiente y con la parabólica mental lo suficientemente abierta. Por cierto, ¿no sabrán de un editor que quiera apostar por un libro así?
Para más información:
http://substracte.wordpress.com/
http://reinvencion.wordpress.com/
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