En el 2020 se acaba el ciclo neoliberal -vinculado a la gran conjunción entre Saturno y Plutón de los primeros años 80-. Recordemos que en esos años, en coincidencia con los mandatos de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, se instauró un sistema de valores en el que desaparecía la narrativa pro-estatal y se instauraba otra de tipo individualista-mercantilista. O si lo prefieren: el neoliberalismo nos llevó a pensar que cada cual podía construir su propia realidad. En realidad, lo que sucedió es que el individuo se ha convertido en una pieza más del mercado. Es decir, algo que se puede vender y comprar en función de la ley de la oferta y la demanda. La narrativa que establecía que el estado regulaba ha sido sustituida por la mercantilización del yo. O lo que es lo mismo: el romanticismo se ha reciclado en individualismo, y así hasta formar parte de las transacciones del mercado. El resultado es que somos más individualistas y, en el fondo, menos individuales. El individualismo ha sometido y arrinconado la individualidad. Una muestra de ello es la proliferación de técnicas de autoayuda, terapias, etcétera. Promesas de auto-realización. También la práctica de la astrología se ha beneficiado de tal coyuntura. El resultado de la mercantilización del alma es que todo puede valer, especialmente si se puede comprar o vender.
Dos.
El próximo ciclo, el que se iniciará con la próxima conjunción entre Saturno y Plutón, pondrá el acento en lo estatal, en el control de lo público, en la regulación, en la persecución. El estado (y lo estatolátrico) volverá por sus fueros, como clamando por el retorno del padre. Ya lo estamos notando. Y en España, lo estatolátrico será hispanolátrico, que es como decir que la única forma de salvar al catolicismo es mediante un estado fuerte, censor, unificador y centralista. Sin embargo, la conjunción entre Saturno y Plutón viene acompañada de una cuadratura con Eris, un nanoplaneta transplutoniano. Esto quiere decir que este nuevo orden estatolátrico va a venir con los pies hincados en barro. Sin embargo, esta estatolatría dará fuertes coletazos antes de perecer. Coletazos mortíferos, por cierto.
Como complemento a esto: en los primeros años 90 se produjo una gran conjunción entre Urano y Neptuno, que coincidió con la firma de Tratado de Maastricht y con la eclosión popular de internet. Pues bien, esa conjunción también llevaba consigo una cuadratura con Eris, y ya vimos que pocos años después se produjo la burbuja de las empresas punto.com -y demás burbujas que luego han ido viniendo-. Pues bien, vamos a vivir otra macro-burbuja, solo que esta vez vendrá del afán regulador de lo estatolátrico. Y este afán tiene (tendrá) cosas perversas, como las tuvo (y las tiene) la mercatolatría neoliberal.
Tres.
Durante el ciclo que ahora está finalizando, la astrología (por poner un ejemplo que me pilla muy de cerca) ha tomado presencia pública como nunca antes. Los medios de comunicación e internet han facilitado este hecho. Teniendo en cuenta que España es un país católico, esta presencia pública resulta bien paradójica. Lo católico y la astrología son incompatibles. Si la astrología ha proliferado, ¿será porque España ha dejado de ser católica? Es posible. El caso es que cuando ha habido alguna reacción contra la astrología, ha sido a través de asociaciones que pretendían investirse como únicas defensoras de la verdad. Pensemos en James Randi o, en España, los Toharia y los Armentia de turno. Pero ahora, lo que resulta sintomático es que sea el estado español el que está tomando la iniciativa.
Intuyo que España está siendo un territorio propicio para hacer ensayos sobre el nuevo orden estatolátrico. Primero se persiguió la homeopatía, a la cual han aplicado algo así como un 155. Y ahora van a por lo que la campaña gubernamental nombra como pseudociencias. El asunto es cómo lo harán. Pues bien, la pista está en la letra pequeña de la campaña. Observen que no va contra los profesionales, sino que va dirigida a disuadir a los usuarios, para que eviten, para que denuncien. Y eso que esta campaña solo es una tentativa tímida. No sabemos si irá a más, apretando más tuercas, o si se trata de un mero postureo.
Y de ello hablaré en la segunda parte de este artículo.
6 comentarios:
Pues no lo veo...
Libra (copio de una web de horóscopos al azar): "tiende a ser sensible a las necesidades de los demás y suele ser muy sociable. No soportan el conflicto y la crueldad y son muy diplomáticos ante los conflictos. Suelen buscar el consenso ante una situación conflictiva. Saben valorar los esfuerzos de los demás y les gusta vivir y trabajar en equipo." O sea que luna conjunción saturno-plutón en libra como la de los ochenta significó el fin de todo eso en el discurso dominante: el fin de de lo social y del consenso. No potencia las características del signo sino que las liquida (acorde con el carácter de ambos planetas).
Ahora tenemos la conjunción en Capricornio. Y capricornio es la política, la ley, el estado... no deberíamos esperar precisamente lo contrario a un resurgir del estatalismo? Una liquidación del estado, la burocracia, los sistemas políticos...
libra es falso, la verdad... yo nunca confiaría en un veleta, hedonista, diletante, etc... capricornio es frío, cruel, distante (el Estado)... y Eris es muy griega... (Zizek la cita... la discordia, el antagonismo... lo Real traumático ?
los que sabéis, opinad, por favor...
No olvidemos que Margaret Thatcher era Libra, la mujer de hierro.
la conjunción de Libra fomentó el trato entre ofertante y comprador... de hecho, esta conjunción en Libra inició toda la desregulación neoliberal. La conjunción de Capricornio procurará un retorno a la ley y al orden... pero, claro, una cosa es la pretensión y otra lo que salga... y lo que salga ya viene con vicios bajo el brazo.
en la segunda parte del artículo entraré en detalles
agradezco vuestra atención !!
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