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THERIDION CURASSAVICUM y el grado 13 de Leo.
Las palabras más definitorias relacionadas
con Theridion Curassavicum es la falta de aceptación de la realidad, la falta
de encaje del fracaso en la propia vida, la tendencia a idealizar las emociones
(y a uno mismo) y la tendencia a extralimitarse en algunos aspectos de la
relación con sus semejantes.
En sus relaciones con los demás, los
Theridion Curassavicum son personas de carácter fuerte y absorbente, aunque con
un fondo suave, seductor y cariñoso. Se trata de una forma de ser que puede
provocar admiración o rechazo, ya que pueden resultar invasivos y autoritarios.
Sin embargo, hay un fondo de bondad y una suavidad que a menudo choca con sus
otros rasgos.
El individuo cuyo carácter es afín a
Theridion Curassavicum es propenso a revisar su pasado. Ello no supone que sea
necesariamente crítico consigo mismo. Más bien lo suyo es una forma de
nostalgia, un estar en el mundo sin estar del todo presente en el aquí y en el
ahora, acaso porque a Theridion Curassavicum le gusta más la fantasía que la
realidad en crudo.
A Theridion Curassavicum le gusta ir hacia atrás en el tiempo, acaso
para comprenderse, aceptarse o revolverse ante oportunidades perdidas o mal
aprovechadas. O para contemplar en el pasado lo que hubiéramos querido que
fuese. Esto refuerza la idea de que el punto débil de Theridion
Curassavicum es la aceptación de lo que uno es, hace, siente, piensa y
necesita. El drama, no obstante, radica en que esta persona espera que aquellos
eventos pasados vuelvan, ya sea para completar lo interrumpido; o bien, para
fantasear sobre lo que no pudo ser, pensando en que podríamos hacer que el
pasado volviera a aparecer en el presente en los términos de la propia
apetencia.
A Theridion Curassavicum no le gusta fracasar, y ni tan siquiera
reconocer que ha fracasado. Es por eso que con su mente especula con proseguir
aquellas experiencias que quedaron interrumpidas. Bien, en realidad, más que
proseguir, Theridion Curassavicum cree que nada acabó y que, por esa razón, se
puede retomar como si no hubiera generado ninguna circunstancia adversa, o como
si no hubiera acabado. Ello nos lleva a pensar que Theridion Curassavicum no
soporta el no como respuesta.
Como Theridion Curassavicum no acepta que es su propio
comportamiento el que le perjudica, acaba construyendo una visión de sí mismo
en el que deja fuera de la conciencia todo aquello que no le favorece o no le
gusta reconocer. En su lugar antepone una elucubración que elimina las causas
reales y da relevancia a teorías emocionales. La consecuencia de ello es, a no
más tardar, la caída del pedestal.
Por otro lado, Theridion Curassavicum no acepta que no pueda haber
un final feliz. Este hecho le lleva a estar fantaseando sobre situaciones que
se han revelado como fracasos u oportunidades que no se supieron aprovechar.
Por la misma razón, en los aspectos emocionales de su relación con los demás,
suele idealizar el vínculo y los sentimientos. Esto le lleva a extralimitarse
en el trato afectivo, llegando a creer que los demás sienten lo mismo. En otro
ámbito, también puede haber arrebatos mesiánicos, en los que Theridion
Curassavicum pontifica sobre cómo los demás deberían vivir o qué deberían
creer.
Theridion Curassavicum no es necesariamente crítico o
perfeccionista sino que, más bien, es un iluso que no acepta que la realidad le
contradiga.
El grado 13 de Leo.
El grado 13 de Leo representa a una persona que sacrifica
su abstracto anhelo de gloria en beneficio de realizaciones más concretas.
Estas personas suelen actuar consecuentemente, aunque en su interior hay un
idealismo que pervive debajo de todas las obligaciones materiales, acaso
esperando que algún día sea posible trascender tales obligaciones cotidianas
para entregarse plenamente a lo espiritual, a lo creativo, a lo artístico, a lo
contemplativo, a lo sensual, a la libertad, etcétera. Puede ser modesto,
humilde y servicial, aunque en su interior puede estar soñando con la gloria en
esta vida.
Por consiguiente, las personas que encajan en este rubro
lo hacen todo por amor, sacrificando la idealidad en favor del servicio a los
demás y del cuidado de los vínculos con las personas queridas.
Es posible que estas personas se planteen el éxito
laboral o social como una ofrenda que hacen (o harán) a la familia, lo cual
hace de la profesión algo más de lo que parece ser. Sin embargo, es posible que
algunos individuos puedan adoptar el sacrificio por la familia como una forma
de tapar un sentimiento de no poder encarnar ese abstracto anhelo de gloria. En
este caso, esta renuncia ficticia les puede llevar a sentirse atados, como si
hubieran sido captados y enredados por los asuntos cotidianos y por las
emociones y obligaciones a ellos asociadas.
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