Gelsemium Sempervirens y el grado 10 de Virgo.
La felicidad emerge cuando uno acepta su propia insignificancia.
Unos de
los efectos surgidos de las tomas de Gelsemium Sempervirens afecta a los
pensamientos, en especial a aquellos que se refieren al devenir cotidiano. No
estamos hablando, pues, de pensamientos espirituales, sino de parásitos mentales que forman parte de las rutinas de cada día. Por consiguiente, el patrón de Gelsemium Sempervirens es
la aprehensión o preocupación por nimiedades. Y cuando la preocupación ocupa la centralidad del pensamiento, la mente se vuelve
fragmentaria, mezquina, aprehensiva o hipocondríaca. Una razón de fondo para esta proliferación es que el individuo Gelsemium Sempervirens parece no
haber encontrado su lugar en la vida. Y hasta es posible que tal situación sea heredada. Es decir, que la persona Gelsemium
Sempervirens procede de un linaje en el que algún ancestro perdió su lugar, su identidad, sus privilegios y su posición social, dejando para sus sucesores una sensación de exilio, ausencia o exclusión. Sea cual sea el origen, la persona Gelsemium
Sempervirens se siente a parte y sin integrarse. Incluso es posible que trate
de acercarse a los demás tratando de serles útil. Sin embargo, esta forma no sólo no le servirá para ubicarse en el cosmos
afectivo sino que puede generar efectos contrarios, llevando a que la persona
se sienta aún más sola. Ello se debe a que ofrece servicio a cambio de
afecto, inclusión y reconocimiento, lo cual
conlleva desigualdad, pues lo que los demás no aceptarán es que se les implique emocionalmente.
En algún momento, Gelsemium Sempervirens perdió su trono. Esto es algo que puede sucederle a algunos niños, como cuando llega un nuevo hermanito, o como cuando se
produce un cambio de colegio o de residencia y debe uno abandonar el lugar que
ocupaba. Y aún más si a ello le sumamos el hecho de que otros miembros de la
familia también perdieron su lugar (aunque
debido a otros motivos). La pérdida del trono también puede percibirse en situaciones en las que la persona se
queda sin trabajo y sin las relaciones surgidas de él. O cuando la persona es jubilada y debe reconstruir su
lugar en el mundo. Pues bien, este espacio es crítico, especialmente cuando la
persona se encuentra en plenitud de facultades, haciendo un buen trabajo y con
buenas relaciones con compañeros y amigos.
El tema
de Gelsemium Sempervirens es la protesta muda o invisible. La persona se queda
para sí pensamientos y emociones,
hasta quedarse sepultado por ellos, siendo incapaz de exponer sus congojas con
normalidad. Cuando esto ocurre,
Gelsemium Sempervirens acabará confiando en personas ajenas
y alejadas del entorno cotidiano, pues se siente más libre. De este modo, la vida de Gelsemium Sempervirens
queda fragmentada hasta volver a la persona invisible o incomprensible ante sus
congéneres más cercanos. Es por ello que tiene más sensación de resultar visible en
entornos que no son los propios de una relación ordinaria. Con los propios
-la familia, por ejemplo- pierde libertad. En cambio, en situaciones al margen,
se siente muy libre.
Hay un
aspecto que liga Gelsemium Sempervirens con la indigencia y el vagabundeo.
Muchos indigentes tienen apetencias grandiosas, en proporción a la realidad que se las niega. A menudo aparecen ante
los demás como humildes o frágiles, cuando en realidad son egocéntricos y megalómanos potenciales.
Otro
detalle significativo en la vida de estas personas es que, cuando alcanzan el
bienestar y la satisfacción, la alegría es fugaz. Y lo mismo se podría aplicar a logros laborales, económicos y afectivos: la sensación de plenitud es efímera. Por consiguiente, es posible que en Gelsemium
Sempervirens haya una idealización del bienestar, como si se
tratara de algo que pudiera permanecer para siempre. Por la misma razón, hay una nostalgia por el pasado, como si ahí hubiera habido satisfacción y plenitud reales. Por lo
tanto, un trabajo relacionado con Gelsemium Sempervirens sería aprender a verse a sí mismo, para estar en paz,
para no fragmentarse, para dejar de añorar lo que ya no volverá, para poder conectarse con el ahora y con el aquí.
Muy
relacionado con todo lo dicho hasta ahora es que el otro tema relacionado con
Gelsemium Sempervirens gira en torno al reconocimiento. En este sentido, la
persona siente que no es reconocida por quienes tiene más cerca. Sin embargo, obtiene reconocimiento en situaciones
inusuales, o entre personas que no son las habituales de su entorno.
En
consecuencia, un posible trabajo relacionado con Gelsemium Sempervirens giraría en torno a la desaparasitación de la mente. Es decir, llegar a saber relacionarse en el
entorno habitual con la misma soltura y eficacia que cuando uno está fuera de él. Desparasitar la mente es ir
quitándole prejuicios y
preocupaciones por nimiedades.
El otro
aspecto relacionado con Gelsemium Sempervirens es que parecen no tener propósitos en la vida, o que temen manifestarlos abiertamente
entre los suyos. Esto da una apariencia de acomodación que es falsa. Gelsemium Sempervirens es un inadaptado
disfrazado de superadaptado. En realidad, su desacuerdo existencial es
manifestado a través de la pasividad, la
furtividad, el silencio o siendo evasivos justamente cuanto más claros y directos deberían ser. Por consiguiente, de
las personas Gelsemium Sempervirens no sabemos lo que piensan, ni lo que
sienten, ni lo que quieren. La conclusión a la que podríamos llegar es que parece no haber identificado lo
verdaderamente importante en su vida; o bien, no se siente apoyado como para
poderlo expresar plenamente. La vida cotidiana ejerce una censura en la vida de
Gelsemium Sempervirens. Sin embargo, tal censura se disipa en entornos atípicos.
Tanto si
la persona no tiene claro lo que quiere, como si lo que le dificulta la
claridad es una censura interna que se activa en presencia de los demás, el principal reto a corto plazo es desenzarzar la mente
diletante, procurando romper la dinámica ocultacionista o de
preocupaciones hipocondríacas o narcisistas. Solamente
de esta manera podremos llegar a percibir que la tal falta de clarificación proviene de un rechazo de fondo a mostrarse y ser visto
como relevante ante la vista ajena. Es posible que en la infancia haya habido
presiones para que el niño que Gelsemium Sempervirens
fue se mostrara tal y como sus padres esperaban. También puede ocurrir lo contrario: que el niño Gelsemium Sempervirens se queje de ser invisible para los
demás. El miedo a ser ignorado
puede formar parte del mismo drama, como la cara opuesta de una misma moneda. La
consecuencia, no querer ser ignorado o sentirse un mero objeto que contenta a
los demás, es que Gelsemium Sempervirens no quiere ser nada
para los demás y quiere serlo todo para no
sabemos quién. Ese quién es él mismo, aunque es lo que
tarda más en descubrirse.
En
realidad, Gelsemium Sempervirens no necesita demostrar nada a nadie. Sin
embargo, puede pasar que se vea acechado por tentaciones de querer ser importante
para los demás. Aquí es cuando veríamos la influencia de los
padres infiltrada en las propias motivaciones. En realidad, a quien quisiera
contentarles es a ellos, cosa imposible, por otro lado.
La
persona Gelsemium Sempervirens piensa muy deprisa y sin control. La razón de esta rapidez, y más cuando se trata de
pensamientos no esenciales, es la soledad. La soledad inflama los pensamientos
parásitos no esenciales hasta
hacer que la mente funcione implosivamente. Sin embargo, cuando la persona
acepta su soledad y su insignificancia en relación a los demás, se cohesiona y puede vivir plenamente la sabiduría oculta de la cual es portadora. Por contra, si se
relaciona con los demás para escapar de la
implosividad de su mundo interior, puede acabar fragmentándose.
Las tomas
de Gelsemium Sempervirens pueden servir a personas que sufrieron (o están sufriendo) pérdidas afectivas prematuras
acompañadas de pérdida de posición social asociada. Un hijo que
pierde a su padre o a su madre (y viceversa), o un marido que pierde a su
esposa, no se relacionará con los demás del mismo modo que antes de la pérdida. Por consiguiente, Gelsemium Sempervirens puede
ayudar en procesos de duelo recientes -o en duelos antiguos no consumados-.
También puede ayudar a personas que han perdido el trabajo y
posición social o económica, puesto que ello les lleva a relacionarse con el mundo
de otra manera. O
a personas mayores que no quieren soltarse de sentimientos y expectativas que
son más propios de cuando fueron jóvenes.
Las
personas Gelsemium Sempervirens suelen identificarse con determinadas categorías sociales, especialmente cuando éstas suponen servicio, eficacia o seguridad. Es decir,
prefiere ser vista por la profesión o rol social que ejerce. En
consecuencia, la persona desaparece bajo estas categorías, las cuales utiliza como prótesis. Estas personas, al llegar a la jubilación (voluntaria o forzosa) pueden experimentar un vacío que tanto puede ser por la pérdida de una costumbre, como por el prestigio o sustrato
social del cual tendrá que prescindir. Esto mismo
también puede ocurrirle a una madre
que ve que sus hijos están creciendo y se marchan de
casa, o encuentran una novia que ocupará el lugar de ella. Se trata de
esas madres que no saben renunciar a su antiguo rol. En realidad, lo que
experimentan estas personas es un sentimiento de exclusión temporal, pudiendo sentir celos de quien ocupe el lugar
que antes ocupaban ellas. Hay en Gelsemium Sempervirens una sensibilidad muy
fina asociada al desplazamiento emocional provocado por un cambio o cesación en las funciones que proporcionaban identidad e inclusión. Ahí veríamos que un trabajo con Gelsemium Sempervirens debe
comportar que, antes que función, uno es persona, y que las
otras personas también lo son, más allá de si son hijos, maridos,
esposas, jefes o subordinados. La idea de fondo para un trabajo relacionado con
el drama de Gelsemium Sempervirens es disfrutar de no ser visto, de no ser
necesario y de resultar totalmente prescindible. Podríamos decir que si Gelsemium Sempervirens acepta su
invisibilidad existencial puede llegar a ser verdaderamente feliz.
La toma
de conciencia relacionada con Gelsemium Sempervirens ayudará a eliminar lastres del pasado, especialmente cuando están relacionados con viejos momentos de esplendor o
felicidad. Gelsemium Sempervirens ayuda a aceptar lo insignificante que es uno
en su vida y, más aún, en la de los demás. La consecuencia de ello es
la libertad y el descanso mental. Tengamos en cuenta que Gelsemium
Sempervirens, por resultar útil y sentirse acogido, puede
recurrir a la coacción emocional si con ello cree
que los demás permanecerán durante más tiempo a su lado. Por tanto,
pues, puede ir bien para quienes sienten celos, manipulan o hacen lo que fuera
para coaccionar a los demás. Y es precisamente este
hecho el que lleva a la mente a vivir en una cadena de preocupaciones y
pensamientos estériles, sospechas y
especulaciones en relación a otras personas. De ahí que el trabajo debe ir dirigido a aquietar la mente, a
simplificar o reducir la cantidad de preocupaciones, y a aceptar la propia
insignificancia o temporalidad. Consolidado este trabajo, la persona Gelsemium
Sempervirens vivirá con mayor sensación de ligereza y libertad, y con menos complicaciones
emocionales.
Además, el homeopático Gelsemium Sempervirens
ayuda a que la mente se concentre en el verdadero interés de su propósito. Por esa misma razón, puede ayudar a dormir a quien necesite liberarse de
pensamientos sobrantes e imágenes parasitarias. A quien
esté estudiando, además, le ayudará a mantener la atención en lo verdaderamente prioritario. A quien se vea en la
necesidad de atender diversos asuntos, las tomas de Gelsemium Sempervirens le
aportarán una idea más clara acerca del orden que deberá seguir cada asunto. Tomemos en cuenta que a los individuos
Gelsemium Sempervirens les falta autoridad sobre sí mismos, pues tienden a fragmentarse cuando se dejan poseer
por preocupaciones.
Gelsemium
Sempervirens anhela un reconocimiento que no guarda relación con la realidad de su ser. Ello nos llevaría a pensar que el primer reconocimiento a conquistar es el
de la opinión que uno tiene de sí. Sin embargo, el drama de Gelsemium Sempervirens es que no
se reconoce en lo que es su ser más allá de la función con la que se identifica.
Incluso la opinión que los demás tienen de él es mejor y más ajustada a la realidad que lo que Gelsemium Sempervirens cree.
Por
consiguiente, Gelsemium Sempervirens puede ayudar a que cada persona encuentre
en sí misma la verdadera razón de vivir, más allá de la función que tenga como padre, madre,
esposa, marido, hijo o hija, profesor, alumno, médico o lo que sea.
El
individuo Gelsemium Sempervirens es alguien que se sabe egocéntrico y trata de disimularlo. O bien, en caso de que no lo
sepa, se queja de que lo dejan solo. En realidad quisiera ser el centro de la
atención, pues ello equivale a ser
querido, reconocido y aceptado. Puede tratarse, no obstante, de alguien que
trata de contenerse, y más si sabe que tiene un fuerte
ego que al expresarse con fuerza acaba provocando la huida de los demás.
El drama
de este grado es la represión del reconocimiento (y de la
vida social, en tanto en cuanto es la base de dicho reconocimiento). Es decir,
cuando Gelsemium Sempervirens se expresa plenamente le huyen; y cuando logra
pasar desapercibido, los demás le reconocen en unos términos que no coinciden con los suyos (o con lo que él considera la realidad de sí mismo). Lo vemos, por
ejemplo, en personas que oscilan entre
la opinión que tienen de sí mismos y la opinión de los demás, poco o nada coincidente. Por tanto, pues, el tema de
Gelsemium Sempervirens está en el espejo y lo que en
realidad se ve en él. Por tanto, pues, un buen
trabajo sería cerrar los ojos, para
percibir cuál es la imagen real que uno
tiene de sí, más allá de especulaciones acerca de
lo que piensen los demás y de lo que uno ve en
espejos ajenos.
El
problema de Gelsemium Sempervirens es la influencia de la opinión que los padres de uno ha dejado en nuestra identidad. Por
tanto, pues, el trabajo girará en torno a una
desidentificación progresiva en relación a esas opiniones, sean cuales sean. El resultado final de
esta desidentificación será la aceptación del aplauso efímero, cuando llega, y la aceptación del propio anonimato.
El grado 10 de Virgo.
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El grado
de resonancia de Gelsemium Sempervirens es el 10 de Virgo, que representa a
alguien cuyo ser desaparece o se esconde debajo de una personalidad funcional,
entendiendo como tal cuando las personas viven condicionadas por la función que la familia y la sociedad les asigna. Por tanto, el
descubrimiento relacionado con este grado gira en torno a sacarse de encima
todas estas categorías, a cambio de darle la
prioridad a la persona que es cada cual.
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