Digitalis Purpurea y el grado 4 de
Cáncer.
Acerca del parasitismo emocional.
La
persona que encaja con el perfil de Digitalis Purpurea es alguien que pierde la
percepción de sus límites diluyéndose en el anhelo de amor y armonía. O dicho
de otro modo: renuncia a sí misma por algo que cree mayor que ella. Por otro
lado, suele implicar su compromiso personal con el mantenimiento de una
cohesión en el grupo. El problema es que ello está idealizado y deriva en
esfuerzo inútil, cansancio y decepción.
Por
tanto, y resulta curioso, su identidad se articula en base a lo que va
perdiendo mientras sueña con que en su vida se encarnen algún día esos ideales
de amor. O dicho de otro modo: su identidad se ancla en la pérdida; o lo que es
lo mismo: descubre la realidad de quién es cuando se rinde. O si lo prefieren,
define su existencia por lo que la vida la ha ido quitando.
Una
dificultad relacionada con Digitalis Purpurea son las emociones parasitarias.
Resulta chocante comprobar cómo es posible dejarse capturar por compromisos
torturantes a la par que se anhela un amor libre y armonioso. Es decir,
Digitalis Purpurea acaba dejándose engullir por obligaciones emocionales cuya
dinámica no controla. Sin darse cuenta, se enzarza en actitudes que conllevarán
nuevas obligaciones. Como las limitaciones no están claras, la persona
Digitalis Purpurea no podrá hacer frente a las obligaciones que ella misma se
crea. Entonces, llegará a oscilar entre estar presente y disponible para los
demás; o bien, se ausentará en momentos clave. Este vaivén la llevará a ser
criticada por los demás. Ello sucede porque no regula el nivel de compromiso
desde la voluntad sino desde una fantasía que le lleva a creer que todo es
posible.
La
persona que responde al perfil de Digitalis Purpurea cree que no hay límites
para lo que se hace por amor. Sin embargo, y así lo vive en su propia
existencia, esta actitud genera obligaciones emocionales continuamente. Es a
partir de este hecho que la persona tiende a cargarse de la responsabilidad de
lo que ella misma ha ido generando, sin darse cuenta de repercusiones no
previstas. La sensación que tiene es que nadie secunda tales responsabilidades.
Es entonces que surge el viejo problema de desamparo, de que todo lo tiene uno
que cargar sobre su conciencia. Por tanto, el propósito de un trabajo
relacionado con Digitalis Purpurea es repartir las cargas para tener una
experiencia más gozosa en cuanto a la relación con los demás. Es decir, no
dejarse explotar por la propia prestancia emocional a dejarse la piel.
Para
la persona Digitalis Purpurea el asunto de fondo es que la libertad con la que
quisiera vivir contradice la tendencia a asumir automáticamente obligaciones
emocionales. Mientras no resuelva estos automatismos, vivirá sus emociones como
si fueran mandatos. Y estos mandatos son interpretaciones que hace en relación
a lo que los demás esperan de ella. Sin embargo, a la que se haga consciente de
tal contradicción, podrá darse cuenta de que lo más parecido al amor es la
libertad. Por tanto, una pregunta a hacerse podría ser: ¿era amor eso que
generaba tantas obligaciones?
Otra
forma de representar a Digitalis Purpurea es con la persona que sostiene el
mundo emocional de los demás, como si fuera un coloso. Sin embargo, la razón de
estar llevando tal carga es el miedo a ser abandonada, excluida o no querida.
De ahí que, ante tales razones, le resulte difícil poner límites. Es como si
ponerlos supusiera la muerte de las emociones que quiere compartir.. El asunto
es llegar a deshacerse de estas creencias parasitarias.
Otro
modo de Digitalis Purpurea es siendo proteccionista con los demás, lo cual
lleva a que sus seres queridos se conviertan en parásitos de su afán protector.
Es ahí como vemos que la rueda de las obligaciones sigue girando sin control,
pues la persona tiende a abdicar de poner límites. La consecuencia de ello es
que éstos pueden venir impuestos sin control: ya sea porque las demandas de los
demás la llevan al estrés; ya sea porque es el cuerpo el que obliga a parar.
No
poner límites puede llevar al colapso por estrés a la persona representada por
Digitalis Purpurea. No obstante suele recomendarse para problemas relacionados
con el corazón, entre otras aplicaciones.
El grado 4 de Cáncer.
La
reverberación de Digitalis Purpurea recae sobre el 4 de Cáncer. Este grado
representa a la persona sensitiva, médium o telépata. Estamos hablando de
alguien que capta las necesidades de los
demás a distancia. O como mínimo, el estado de su mente se ve condicionado por
este hecho. La consecuencia de ello es la preocupación y un sentimiento de
responsabilidad. El deseo oculto relacionado con este grado es poder estar
solo. Sin embargo, siendo como es uno de los más contradictorios del signo, la
persona rara vez consigue la calma , el tiempo y el espacio que necesita para
sí misma.
En
la persona Digitalis Purpurea hay una discordia entre lo que se anhela y lo que
se necesita; entre lo que quiere de los demás y lo que los demás quieren de
ella.
Es
muy probable que la razón de estas contradicciones tenga su origen en una
relación familiar disfunciónal, en la que las personas se sentían obligadas a
actuar en contra de su voluntad natural. Podríamos hablar, pues, de coacciones
a la libertad de sentir y obrar en pro de una armonía que nunca llega.
De
acuerdo con esta hipótesis, la persona Digitalis Purpurea ha vivido en un entorno
en que las personas no ocupan el lugar que les corresponde. El sistema de
convivencia es un caos y las normas, cuando se intenta ponerlas, aportan aún
más desorden. La consecuencia de ello es que la persona tiene la sensación de
no encajar en ningún sitio, y tampoco tiene claro cuál ha de ser su aportación
para lograr una cierta armonía.
Otro
factor que puede ser de ayuda para entender el desorden sistémico relacionado
con este grado y con Digitalis Purpurea es el que se deriva del uso dinero,
entendido éste como generador de obligaciones no deseadas que condicionan la
convivencia emocional. Por ejemplo, en los casos de herencias mal repartidas. O
en el caso de negocios o intercambios económicos en los que ha habido equívoco,
deslealtad o traición a la palabra dada.
A
modo de conclusión, la psicología encarnada en la alianza entre el grado 4 de
Cáncer y Digitalis Purpurea corresponde a alguien que cree que el mundo podría
llegar a ser mejor con esfuerzo. Por tanto, hará los posibles para que ello sea
así. Sin embargo, tal empeño contiene una gran paradoja, y es que el esfuerzo
debe ser justo y concernido a las posibilidades y limitaciones de cada persona.
Saltarse este hecho puede conllevar que todo siga igual, pues cualquier
extralimitación por parte de uno conllevará que otro se desentienda del trato.
Llegados
a este punto habría que sugerir a la persona que se olvide de pretender mejorar
el mundo con su esfuerzo. Es muy posible que si pudiera sacarse de encima esta
idea, el mundo (su mundo interior) podría llegar a ser mejor. O dicho con otras
palabras: Digitalis Purpurea / grado 4 de Cáncer personifica el idealismo en
relación a la especie humana. Este idealismo genera obligaciones insostenibles
amparadas en una mejora que rara vez se cumple.
Es posible
que detrás de estos comportamientos subsista un antiguo pánico al castigo. O,
si lo prefieren, a un karma relacionado con la amenaza de exclusión del grupo
debido a un mal comportamiento. Por tanto, podríamos decir que la bondad a la
que Digitalis Purpurea se obliga viene de ahí. Entonces, pues, el tratamiento
homeopático irá dirigido a ayudar a desprogramar estas actitudes parasitarias.
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