Aconitum Napellus y el grado 11 de Piscis: la
personalidad asustadiza.
Se suele recomendar Aconitum Napellus para sustos y
estreses post-traumáticos, apuntando, incluso, hacia aquellas almas altamente
impresionables que recogen energía ambiental cual esponjas hasta dejar que se incrusten
sus impactos en los cuerpos físico, emocional y espiritual.
Sustos los hemos tenido todos en la vida alguna
vez. Sin embargo, hay sustos que, según el entorno, pueden estar siendo experimentados de forma
continuada y sin defensa posible. Por ejemplo, en situaciones de guerra, de
incertidumbre, actos terroristas, accidentes, vejaciones, violaciones o
cualquier otro cúmulo de experiencias que puedan dejar una huella de forma más
o menos permanente. Se podría decir, pues, que Aconitum Napellus, según la
dilución, puede ser indicado para los sustos recientes de causa concreta y para
los sustos cuya causa se ha perdido en el tiempo pero que aún hoy mantienen su
secuela viva. Por tanto, sustos, agitación, temor, aprehensiones.
En una de las tomas que hice -en concreto, la de
10.000 K- me sobrevino un miedo al enfrentamiento, a un evitar o postergar una
situación dolorosa que de abordarla directamente podría haber dado lugar a un
divorcio o a un final que se teme traumático. Y por eso, para evitar un trauma,
uno acaba interiorizando los motivos de discordia; y es así como uno puede
llegar a convertirse en un encubridor de, por ejemplo, de un compañero abusador
o asustador. Por tanto, Aconitum Napellus, lo deduzco de esta experiencia,
podría ir bien para personas que retienen dentro de sí sus conflictos con los
demás, negando lo obvio, para evitar un enfrentamiento que pudiera dar lugar a
un final de relación insoportable. Se trataría, pues, de esas personas que se
asustan antes de que las cosas pasen, si es que llegan a pasar tal y como uno
se las imagina.
Es en la relación con el otro en donde se encarna
el asustadizo fantasma que vive en uno. La relación es -con determinadas
personas, con el mundo, etc-, más que causa, el efecto de un susto existencial.
Debe ser por ello que otra de las
posibilidades relacionadas con Aconitum Napellus es lo relacionado con el
Síndrome de Estocolmo, en el que alguien que ha sido secuestrado acaba
poniéndose del lado del secuestrador. Por lo tanto, estamos hablando de darle
la razón al agresor, al invasor, a la situación, mientras uno va
empequeñeciéndose y degradando su autoestima y su dignidad.
La persona agredida siente que no
puede sobreponerse a la agresión, aunque ya haya pasado, prefiriendo abdicar de
sus derechos y de su dignidad. Una consecuencia de todo ello es la dificultad
para expresar la rabia acumulada. Quien calla otorga, dicen.
El susto se interioriza hasta
hacer que la persona maniobre para evitar expresar su malestar. Cuando el
asunto proviene de una situación antigua que se ha hecho crónica, la persona
optará por un sistema de vida defensivo en el que no quede expuesta a
situaciones que puedan llegar a detonar la violencia interna acumulada. Puede
volverse adicta, incluso al trabajo y a otras formas bien vistas de adicción.
La cuestión es mantenerse distraída ante cualquier cosa que pueda servir de
detonante de la violencia interior retenida y no expresada. Sin embargo, cosas
del destino, atraerá situaciones, circunstancias, eventos y personas en las que
se verá ninguneada, perjudicada, agraviada o invadida, con lo cual la violencia
puede rebrotar.
Así, pues, para la persona que ha
sido agredida o injustamente tratada, el principal escollo ya no es tanto
volver a ser violentada por alguien externo, sino llegar atreverse a expresar
su dolor, su repulsa, su miedo y su violencia cuando una situación que pueda
detonar estas emociones aparezca. Incluso situaciones que no son agresivas en
si mismas pueden llegar a poner en marcha viejos recuerdos de antiguas vejaciones.
Por tanto, la cosa no son las situaciones objetivas, sino si la persona es
capaz de expresar sus emociones sin miedo de sí misma y de su propia violencia.
Aconitum Napellus puede ser de
utilidad en casos de personas que están sufriendo mobbing, bullying o acoso con
susto. O que lo han sufrido y el susto ha quedado dentro.
También, para casos en los que la
persona intuye que puede llegar a ser injustamente tratada, marginada o
excluida si cuenta una verdad que cree que nadie va a tolerar. Para evitar el
trance, la persona preferirá mantenerse oculta o guardando un secreto.
Así, pues,
el trabajo relacionado con Aconitum Napellus y el grado 11 de Piscis es llegar
a conseguir sentirse legitimado para expresar la rabia ante situaciones
injustas.
El grado 11 de Piscis.
El grado 11 de Piscis representa a la persona
condescendiente, que se deja utilizar, que no muestra sus discordias o sus
apetencias reales. Puede tratarse de alguien aparentemente abnegado o
sacrificado, silencioso, contenido o, incluso, en el mejor de los casos, calculador.
Bien, en realidad, falsamente abnegado. Prefiere ponerse a disposición de los
demás antes que demostrar cuáles son sus pretensiones o necesidades a las
claras. Quizá sea por el susto o estrés que puede generar un conflicto abierto,
acaso augur de un final doloroso e insoportable, que la persona interioriza las
heridas de la relación haciendo creer que no pasa nada por el hecho de que no
las manifieste abiertamente. Debido a ello pueden producirse somatizaciones del
estrés. Y es así que veríamos como el cuerpo expresa lo que la censura
interiorizada no le permite al alma. También, como vía alternativa, puede
habilitarse el trabajo cotidiano -o la preocupación por mezquindades- como
tapadera de las emociones que uno no se permite expresar. Entonces, pues, el
trabajo quedaría convertido en una forma de adicción.
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