I.- El dinero ha pasado de ser un medio a ser un objetivo en sí mismo. Lo hemos visto evolucionar a lo largo del tiempo, pero ha sido desde el siglo XIX que la economía y el dinero se han convertido en los totems de la cultura. Incluso yo diría que a través del dinero las clases sociales se hablan, luchan, rozan. El dinero es un transportador de ideas, de intenciones. Es el látigo del poder y la vía hacia la miseria para quien carece de él en un mundo que lo ha utilizado para monopolizar y acotar el acceso a los bienes fundamentales. Es un lenguaje que todo el mundo entiende, por eso pasa lo que pasa. Hemos dejado que el dinero lo intervenga todo. Lo hemos convertido en el cielo y en el infierno de nuestras vidas. Con dinero se nos premia, damos validez a un trabajo a través de un suelo apetecible, etcétera.
La pirámide sistémica se dirige a nosotros a través del dinero. Sin embargo, haremos bien en no caer en la repetición de explicaciones alrededor de la crisis financiera y lo que los medios de comunicación provocan para que vayamos cacareando como loros. Deberíamos desafiar las explicaciones dictadas a través de los medios de comunicación. Algo pasa aquí y alguien ha determinado que la forma adecuada de transmitir su mensaje es a través del dinero, todo un lenguaje. Es posible que las razones de la crisis no sean económicas, por más evidencias que se obstinen en darnos. También está claro que los efectos sobre nuestras vidas giran en torno a lo económico, aunque deberíamos ir más allá de explicaciones economicistas.
II.- Plutón fue descubierto en 1930, coincidiendo con las graves secuelas del crash bursátil. Es por ello que puede ser tomado como vector de la evolución del uso que se le da al dinero. La mitología describe a Plutón como patrón del mundo infraterrestre. Se trata de alguien que tiene la potestad sobre algo que no vemos pero que organiza la vida en la que se germinan muchas cosas claves para el devenir de la sociedad. Es el mentor de lo oculto, de lo que está fuera del alcance de la mente consciente pero que tiene la potestad de extender la alfombra por la que caminamos en sociedad.
Cuando Plutón transitó por Tauro, un signo de tierra, se empezaron las primeras extracciones petroleras. Cuando Plutón circuló por Virgo, otro signo de tierra, el dinero empezó a deslocalizarse y, en cierto modo, a descontrolarse. Estos hechos podrían ser de utilidad para interpretar el fundamento de lo que el lobby del dinero proclama como crisis financiera.
Desde el 2008, el año del inicio del derrumbe, Plutón está de visita larga en Capricornio, también signo de tierra, un signo muy relacionado con las cúspides de las pirámides sistémicas. Por cierto, ¿no se han dado cuenta de las noticias acerca de nuevos descubrimientos relacionados con las pirámides (de Egipto, de Bosnia, de la cultura de mesoamérica)? Estamos muy sensibilizados con las pirámides, tanto en lo literal como en lo simbólico. De un tiempo a esta parte se nos está mostrando la perversidad del modo de funcionar de los agentes que dirigen el tráfico de nuestras finanzas. Se nos cae la venda de los ojos. Plutón es como una linterna que alumbra los lugares oscuros de la sociedad.
Prosigo: en el 2008 estalla la crisis y los economistas corren a salir de sus cátedras para proclamar e imponer su explicación. Y entonces todos vamos repitiendo su canción. Se habla en Europa de que si el euro si o que si el euro no. El euro es el objeto de paja que se utiliza para transmitir instrucciones. La continuidad o no del euro no tiene la importancia que le quieren dar. Se la dan para que miremos hacia otra parte, para tenernos distraídos y obnubilados con el lenguaje del dinero, ese que todos entienden. Otra cosa es que si lo que ocurre es un asunto financiero, religioso, moral o algo más sencillo: la neurosis propia del humano en estado de sufrimiento. Por cierto, el descubrimiento de Plutón coincidió con el auge del psicoanálisis. Buen momento, pues, para psicoanalizar una sociedad que está necesitada de recostarse sobre un diván.
III.- Plutón permanecerá en Capricornio hasta pasado el 2020, momento en el que coincidirá con una gran conjunción de Júpiter y Saturno, los medidores del tiempo que regulan la actividad social y política del nuestro mundo humano. Así, pues, paciencia capricorniana.
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